Prai-Isu: Secretos Ocultos

Capítulo 20

De vuelta con el equipo de Florián, quienes comenzaban a recobrar el reconocimiento de a poco.

Florián se levanta sobresaltado al instante, mirando a su alrededor.

—¿Dónde? —Mira hacia abajo y ve a Elvira—. ¡Elvira! —La sacude un poco.

Poco a poco recobra el reconocimiento. Florián suspira aliviado. El sonido de quejidos lo hace voltearse, era Liz.

—Me duele la cabeza y... No siento mi pierna —se queja.

—¿Dónde estamos? —pregunto Elvira débilmente.

Florián la ayuda a levantarse y hace lo mismo con Liz.

—Al fin se levantaron —dijo un chico delante de ellos.

Florián se colocó delante de sus dos hermanas. Aquel chico ríe.

—No te preocupes, no les haré daño —se gira para mirarlos.

—¿Quién eres tú? —pregunto Liz curiosa.

—Me llamo Eric —dice con una sonrisa.

Elvira se sonroja levemente y desvía la mirada.

—¿Dónde estamos? —pregunto Florián.

—Hace rato, estaban por ser atacados por un callón. Les salvé la vida —contesto.

—¿Por qué harías algo como eso? —volvió a preguntar Liz.

—Porque yo se lo pedí —dijo una mujer saltando de un árbol.

Al incorporarse, Liz lanzo una sonrisa triunfal.

—Estaba pensando cuando aparecerías. Renesme.

—Lamento la tardanza —dice carismática.

—¿Es la chica de la que nos platicaste? —susurro Florián a Liz.

—Así es, ella es como una hermana para mí —dice Liz con cariño—. Ya decía que ese tal Eric me era conocido —comento.

—De vez en cuando me ayuda en misiones, pero él tiene sus propias motivaciones —contesto Renesme.

—Me pareció que este combate en conjunto sería divertido. Así que decidí venir —respondió Eric.

Florián bajo la guardia al ver el ambiente tan familiar. Elvira miró hacia todos lados.

—¿Qué paso con la chica que nos acompañó? —pregunto angustiada.

Eric se extrañó por su comentario.

—Cuando intervine... No había ninguna otra persona en el lugar.

Los chicos se quedaron confundidos por tal comentario. Renesme siente algo extraño y se coloca delante de ellos e interviene un ataque con una cuchilla.

—Ya nos encontraron.

—Excelente —dice Eric ansioso.

—Son muchos... —dice Renesme seriamente—. No creo que ellos estén en condiciones para pelear —analizo.

—¿Qué propones? —pregunta Eric.

—Cuídalos, me haré cargo de mis enemigos, lo demás lo dejo en tus manos —dice mientras saca un artefacto, toca ciertos botones y vuelve a guardarlo.

—Bien, nos veremos entonces —se despide.

—Lamento mucho que nuestro reencuentro allá dice tan breve, pero no tengo tiempo para reuniones, no por ahora —dice Renesme.

—No te preocupes, te entiendo —dice Liz comprensiva.

—Me hubiera gustado verla... Salúdala de mi parte —fue lo último que dijo y se adentró a los enemigos.

Renesme llamo su atención y los desvió de los demás, pero el resto que quedo se acercó contra ellos.

—No se preocupen, yo me encargo de ellos —dijo Eric.

Con su arco, coloca la flecha y la lanza, al instante él comienza a dirigirla con sus manos, atacando a los enemigos cercados.

—Blizzard —dijo mientras colocaba el arco frente a ellos y los lanzo lejos de ellos con una ola de aire, para luego ser atacados a la distancia con su flecha.

No tardo mucho para que la flecha regresara y todos los enemigos fueran eliminados.

—Wow —dijo Liz asombrada.

—Gracias, ahora debemos movernos —dice mientras ayuda a los demás.

Renesme se encontraba corriendo, alejando a cierto grupo de personas de los demás.

—Es una lástima que no haya podido verla —pensó mientras se desanimaba.

Al instante, una silueta pasa al lado de ella, dirigiéndose al lado contrario.

—¿Esas eran... campanas? —supuso al ver pasar a la silueta, dejando en el aire aquel sonido.

De vuelta con el equipo de Jil, que se encontraba en un gran aprieto, debido a que Agur estaba indefenso y Fivi capturada.

—Ahora, ¿unas últimas palabras? —dijo la mujer delante de ellos.

Nadie dijo nada.

—¿No? Bueno, como quieran —se colocó en posición de ataque.

Agur intento reflexionar rápido en ese momento, tomo una de sus esferas de su cinturón y la lanzo hacia ella. La mujer la partió a la mitad y exploto, entonces hizo un par de volteretas hacia atrás, dándoles algo de tiempo.

—Creo que debemos darle un fin a esto —dijo Jil.




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