Prai—isu: El Reino Perdido

Capítulo 5

Al día siguiente todos se despertaron, querían tener la ilusión de que todo simplemente fue un mal sueño y que estarían en sus respectivas habitaciones en casa, pero lamentablemente no fue así.

Lentamente, cada uno de ellos salió de su respectiva habitación, temerosos de lo que se encontrarían al otro lado de esta.

—¡Buenos días mis queridos visitantes! —saludo Jasón desde la lámpara de la sala principal.

—¿Cómo llegaste hasta ahí arriba? —pregunto Leonardo señalando.

—Jasón es una especie de acróbata —respondió Lucinda al salir de su habitación.

—Exactamente —Jasón salta hasta donde estaban todos, pero no logra agarrarse y cae.

Todos se acercan asustados para verlo, pero no estaba por ningún lado.

—Me gusta el parkour —sale de repente frente a Clelia.

La misma retrocede un par de centímetros, topando con Agur.

—No creo que debas asustar a la visita de esa manera —comento Agur frio.

—Puede ser —se sienta en la barandilla.

—¿Dónde está Coraline? —pregunto Lucinda.

—Aquí —alzo la voz desde abajo—. ¿Podrían bajar por favor?

Los chicos algo inseguros los hacen lentamente mientras no despegan la vista de Jasón.

—Tu hermano es algo... ¿Excéntrico? —comento Elvira.

—Oh, sí, pueden ignorarlo. No es como le importe —respondió desinteresada.

Coraline comienza a caminar a él otro lado del castillo.

—Y... ¿A dónde vamos? —pregunto Florián.

—Quiero que conozcan toda la historia de mi pueblo, mientras vamos camino a el almuerzo —anuncio con elegancia.

—Antes de eso, tengo una pregunta... Su majestad —hablo Agur.

—Claro que sí, ilustre plebeyo —lo mira con una sonrisa coqueta.

—Antes de llegar a su pueblo, logre divisar otras estructuras a la lejanía, quisiera saber ¿Qué son?

—Oh, eso... —su mirada cambia a una más seria y mira a Lucinda—. ¿No les has dicho?

Lucinda se cruza de brazos.

—No lo creí relevante —responde, desviando la mirada.

Coraline sonríe falsamente

—Se trata de nada más y nada menos de los reinos vecinos.

—¿Vecinos? —Agur analiza sus palabras—. ¿Se refiere a las cinco monarquías restantes?

—Bueno, seis, hay una nueva. Pero no entrare en detalle —comento.

—¿Por qué seria relevante conocer esa información? —cuestiono Florián.

—Porque... Sus amigas viven en ellas —respondió nuevamente en seriedad.

—¿Amigas? —voltean a mirar a Lucinda.

—Se refiere a las chicas, las que me ayudaron a proteger Radiance hace un año atrás —responde.

—¿Qué? —Todos se sobresaltan.

—¿Ellas son parte de las cinco monarquías? —pregunto Agur.

—Seis —corrigió Coraline.

—Eso explica las edades —analizo Florián.

—¿Podemos ir a verlas? —pregunto Elvira emocionada.

— No lo creo, ellas deben tener sus ocupaciones y además... —comentaba Coraline con cierto nerviosismo.

En ese momento, llega un caballero a la escena.

—Mi Reina, lamento molestar —comento arrodillándose.

—¿Qué quieres? —pregunto con un tono molesto mientras lo miraba de forma siniestra.

—Sabe que no la molestaría si no fuese algo importante. Pero allá fuera se encuentran dos personas que dicen querer verla —Hablo con la cabeza agachada.

—¿Ah? No estoy esperando a nadie, despáchalas —respondió rápidamente.

—Pero, dicen ser de un reino lejano, “Reboot” —agrego.

—Ese... Ese es el reino al que pertenecemos —comento Clelia.

Coraline los mira.

—¿Así? —Mira a su soldado—. Muy bien, hare una excepción. Déjalos pasar —ordeno.

—Cómo ordene, mi reina —se levanta y se va.

—¿Qué hará la reina aquí? —pregunto Leonardo.

—¿La conoces? —pregunto Florián.

—No, para nada, pero sé que es una mujer porque fui para ser reclutado como caballero —comento.

—Es cierto... —recordó Elvira.

Las puertas principales se abren, dejando entrar a dicha reina. No logran verla al principio, más que su silueta y su voz, pues no paraba de hablar.

—¿Ves? Te dije que nos dejarían pasar. Oh, por dios, este lugar en enorme, ¿ves ese decorado? Sin duda se trata de un castillo antiguo, tal vez llegue con nuevas ideas para remodelar el castillo —comentaba como si estuviera con alguien más.

Finalmente se coloca frente a los demás, era una mujer de cabello naranja con rizos, ojos cafés y un vestido evase del mismo color. Llevaba puestas unas botas texanas con agujetas y una corona color dorada.




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