Pre-destinados

UN VINCULO ROTO

Y de pronto ahí se encontraban ambas chicas; con el cabello desordenado y varios rasguños y muestras de batalla en el rostro. Frente a ellas se encontraban Carlota y Sergei, quienes tenían en el rostro, las miradas más amenazadoras que cualquiera de ellas le hubiera visto jamás. Se encontraban en la dirección del plantel a puerta cerrada, mientras del otro lado, Rosalinda hacía lo posible por colarse y defender a su sobrina. Sin embargo, sus intentos no rindieron frutos.

Era consciente de que aquella situación ponía en riesgo la integridad física de su sobrina, pues Carlota no se tentaría el corazón a la hora de imponerle algún castigo por su comportamiento.

Marijo también era consciente de esto, por lo que permaneció con la mirada baja, incapaz de mirar a aquella aterradora mujer directamente a la cara. Sin embargo, por primera vez, no era Carlota quien más le aterraba. Pues en ese momento, quien se encontraba gritando a todo pulmón, era nada más y nada menos que Sergei Vasíliev. El hombre se encontraba gritando en ruso, mientras señalaba a su hija quien le sostenía la mirada sin ninguna pizca de temor. Marijo no pudo evitar mirarla de reojo con algo de admiración, pues parecía ser que aquella chica, estaba dispuesta a reñir a su padre y defenderse. Algo que ella no se sentía capaz de lograr. Sin embargo, aquello que comenzó como una fuerte discusión por parte del director para con su hija, muy pronto se convirtió en un mar de disculpas y llanto. Jacqueline se había puesto de pie, mientras se acercaba a su padre dándole un fuerte abrazo mientras ambos se encontraban llorando, ante la mirada incrédula de Marijo, quien no entendía que demonios estaba ocurriendo. Por un instante aquella escena le pareció ridícula, por lo que una ligera sonrisa se le escapó de los labios. Pero para su mala suerte, la cual, pareciera que siempre la acompañaba, Carlota pudo ser testigo de aquella pequeña muestra de burla de parte suya. Lo cual fue más que suficiente para lograr que la chispa encendiera.

──¿Creés acaso que esto es gracioso? ──le cuestionó en un tono de voz tan amenazador, que le provocó una fuerte sensación de escalofríos recorriéndole por la nuca.

 

Fue entonces cuando giró en dirección hacia su tía, quien la observaba furiosa con los brazos cruzados. Aquello le provocó temor. Era más que claro que el castigo que le impondría sería ejemplar, y en su mente comenzaba a imaginar qué clase de cosas le esperaban. De pronto observó discretamente a Jacqueline y a su padre, y por un momento sintió celos de ellos.

Recordó la plática que había sostenido con el profesor Yoshioka sobre sus padres, y se sintió desprotegida. Repentinamente, comenzó a extrañar a sus progenitores. Si ellos estuvieran ahí, alguien podría defenderla. Alguien podría hablar por ella. Alguien podría evitar todas las injusticias a las que había tenido que someterse en poco tiempo. Pensó en eso, y sin darse cuenta, una lágrima se escapó de sus ojos cayendo de golpe en el escritorio. Quiso ocultarlo, pero ya era tarde. Carlota había sido testigo de ello y de pronto comenzó a bajar la guardia. Nunca la había visto llorar. O al menos, no de esa manera. Limpió discretamente su rostro, mientras trataba de actuar con normalidad, a la espera de recibir el temible castigo que su estricta tía había preparado para ella. Pero en ese instante, fue interrumpida por el sonido de las puertas abriéndose. Rosalinda había logrado entrar, acompañada por el resto de los profesores, quienes lucían miradas para nada alentadoras.

──Hemos fallado ──dijo antes de que alguien pudiera decir algo. Carlota y Sergei giraron hacia ella y se le acercaron.

──¿Qué quiere decir miladi? ──cuestionó Vasíliev algo intrigado.

──Los medios están interesados en la academia, pero no por las razones que esperamos ──respondió la mujer.

──Por una vez en tu vida, ¿quieres hablar claramente? ──espetó Carlota.

Rosalinda le dedicó una pesada mirada, pero pasó a su lado, tratando de ignorar su comentario.

──Se ha hecho viral el video de la pelea entre Jacqueline y María José. Los medios han sacado diversas notas amarillistas, que aseguran que la academia promueve actos de violencia por parte de los alumnos. Eso sin mencionar el hecho de que, bueno, Marijo es sumamente conocida por todos y que ahora, el rostro de Jacqueline lo es también.

Vasíliev cerró los ojos y se llevó una mano a la frente, tratando de reponer la compostura. Carlota por su parte, se mordió el labio tratando de encontrar la manera de solucionar aquello.

──¿Me está diciendo, señora mía, ¿qué toda esta situación ha eclipsado el romance entre el joven Nara y la señorita Fiore? ──cuestionó el hombre con cautela.

Rosalinda no respondió con palabras, pero asintió con la cabeza, mientras bajaba la mirada y se acercaba sutilmente a su sobrina, quien permanecía sentada con la vista clavada en el suelo. Sin quererlo, había metido a todos otra vez en problemas.

 

«Esto es malo. Me enviarán lejos» ──. Pensó temerosa, pues era más que claro que su tía Carlota no dejaría pasar esto por alto.

 

Sin darse cuenta, había comenzado a temblar y su frente se había llenado de sudor. Sintió un fuerte escalofrío recorriéndole por la nuca y se sobó los brazos a la espera de mitigar aquello.

──Creo, estimadas señoras, que es más que claro que su sobrina merece una reprimenda por lo ocurrido ──dijo de pronto el hombre, provocando que el temor creciera en ella.

Sin embargo, las cosas no fueron como él esperaba. María José continuaba con la mirada abajo, por lo que no era capaz de darse cuenta de lo que en realidad estaba ocurriendo en el aula. Pero, tanto Carlota, como Rosalinda, reaccionaron a la defensiva. Por un breve instante, Marijo se quedó completamente sorda y fue incapaz de escuchar lo que estaba ocurriendo. Fue entonces cuando levantó la mirada y pudo observar con claridad, cómo su tía Rosalinda se acercaba al director de manera amenazadora, mientras lo apuntaba con el dedo. Quiso observar un poco más, pero en ese momento, la profesora Anna, junto con el profesor Camilo, la hicieron detenerse para resguardarla con sus cuerpos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.