Preciado Tesoro

Lo que no dije, mis sentimientos de amor.

Las cosas que no dije

 

Si tan solo pudiese volver el tiempo atrás, creo que podría decir aquellas palabras las cuales callé, no tendría arrepentimientos, más sí un corazón aliviado y lleno de gracia.

Existen palabras que nuestros corazones callan, ya sea por razones tontas o miedo, que, a la larga provocan inseguridades dentro de uno mismo, tantas preguntas del porqué no lo dije y el qué sería, preguntas que no tendrían respuestas a lo largo de nuestras vidas.

Cuando uno crece con tales inseguridades de adolescente es más difícil el confiar en si misma a futuro, sin confianza hasta el amar se vuelve complicado, destrozando lo que podría haber sido un gran amor.

Un adulto, con una fuerte coraza, ¿Qué es lo que puede ofrecer?, cuando busca desesperadamente ser amado, pero no sabe cómo amar.

La vida es bella, los paisajes son hermosos, el cantar de las aves puede ser un poco molestoso, pero dentro de todo, otorgan cierta melodía satisfactoria, relajante.

¿Cómo poder disfrutar la belleza de la vida? Cuando al mirarlo solo podemos obtener de ellos viejos recuerdos de infelicidad.

Laguna de aguas claras, montañas verdosas, brisa suave de verano, paisaje en el cual solo puedo recordar los momentos con aquella persona que ya no se encuentra a mi lado, el atardecer que se vuelve amargo.

El amor que pude profesar y la mano que temí sujetar, utopía de felicidad la que deje atrás.

Tener guardadas las palabras en nuestro interior puede resultar doloroso, desgarrador. La determinación de no soltarlo lentamente se desgasta, buscando así la oportunidad de poder expresarla.

 ¿Cometerías el mismo error dos veces?, ¿Buscarías a aquella persona la cual prometiste no volver a ver?

Es decir, si amas tanto a una persona, la cual prometiste no volver a ver, ¿la buscarías de nuevo? O lo dejarías ir todo de nuevo, extrañando a esa persona.

Me encantaría buscarlo, pero si lo hago no sería de su agrado, tales pensamientos inundan mi pesar, desgarrándome una vez más.

Mi cobardía me persigue, dejándome sin aliento, desmembrándome de a poco para dejarme sin poder volver a amar, no herir a otro nunca más.

“Cuando el viento dorado de otoño abraza el Jade, todos los escenarios de amor, sin importar cuantos sean, se desvanecerán”.

¿Realmente quiero deshacer los recuerdos que con tanta maña abrazo cada noche?, a pesar de verlos como paisaje invernal, con cada sueño los veo primaveral.

La coraza formada en mi ser, la cual estuvo a un paso de romperse, ante los problemas dio un paso atrás, destruyendo toda posibilidad de formar un camino más allá de lo pensado.

Caer por mi insensatez, quebrando ambos corazones, ¿Tan débil puedo ser?, aquella mano la cual intentaba sostener la mía ahora ya no está, aunque intenté buscarla y sostenerla lo hice tarde, ya nunca volverá a tenderse para mí.

Las palabras que al principio callé, pude decirlas, fueron escuchadas.

Mi mente sabía que nada cambiaría, ya no voltearía a verme, más mi corazón mantenía la fe de que tan solo una cosa podría llegar a su interior, que voltearía a tomarme la mano e intentar dar nuevos pasos, lentos y cortos, pero seguros pasos.

Estaba dispuesta a tirar la coraza de una sola vez, no cometer más errores, muy tarde, su mirada ya no puedo contemplar.

A este punto sé que cada uno debe seguir por diferentes caminos, pero, ¿Qué tan doloroso puede ser?

Mientras la otra persona avanza, tan solo quedo parada en mi sitio, observando cómo se aleja sin siquiera voltear atrás.

Durante el tiempo que contemplo su dorso, intento recordar su voz, su mirar, el agarre que tenía, la calidez que emanaba de él para mí, al cabo nunca pude decir todo hasta el final.

Cuanta insensatez de mi parte, vaya a saber cuándo pueda enamorarme de nuevo de tal forma tan mágica, la cual me hacía sentir volar.

Subidas y bajadas toda pareja las tiene, pero solo pocas de ellas saben sobrepasar todas las dificultades, mi temor no me dejo saltar junto a él.

Realmente lo amaba, lo desilusioné, me siento tan tonta, ya nada puedo hacer.

Me gustaría seguir creyendo en que algún día llamaras y dirás “Podemos hacerlo”, pero el corazón y la mente nunca están de acuerdo.

Dentro de mí, nunca te dejaré ir. Aunque mi mente sí lo haga; con ello te llevas mi corazón, todos los sentimientos de amor, mientras te desvaneces a lo largo de tu camino.




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