02/Junio/21
Que necesario es un diario.
Hace semanas que no tenía pesadillas son como heridas en ruinas pero hoy volvieron.
Estaba acostada en el sillón de la sala me prometí que solo cerraría los ojos un momento para descansar.
El mundo del sueño me sedujo, soñe que estaba caminando por unas escaleras pero lo hacía con una agilidad de creer que no me caería, como jugando con mi equilibrio.
Saltaba los escalones con un pie, parecía que estás escaleras no tenían fin, se veía una niebla blanca hasta el final.
Salte lo más que pude hasta alcanzar esa niebla y de tanto en tanto estaba en lo que parecía un precipicio, si saltaba ese último escalón no sabría lo que pasaría.
Me resbale y caí, de ahí en más todo era muy blanco y nuevamente me levante asustada y agitada pero esta vez fue diferente, era como si mi cuerpo me mostrará el total de la pesadilla y hasta sentir en carne propia la reacción de mi cuerpo. Fue como una prueba a la tormenta.
Me levante de golpe, pero esta vez mamá estaba cerca y vivió en persona mi herida cohibida.
Herida de vida
Herida de vuelta
Herida de lejanía
Herida de agonía
Herida de sombría.
Escribiré cada vez que de nuevo pase.