10/Septiembre/21
Que necesario es un diario.
Durante las vacaciones de verano conocí a un chavo, desde el primer día que cruzamos platica noté su interés sobre mí.
Él era el que siempre se acercaba y saludaba con cualquier excusa que encontraba.
Dijo que le atraía y gustaba y aunque por el pie izquierdo se empezaba decidí conocerlo más.
Se que esto estaba mal nos abrazábamos con tanto sentimiento, no agarrábamos la mano con tanto acercamiento que al recordar que sólo amigos éramos miento.
Fuimos al cine sus abrazo ya eran habituales que el no tenerlos era como estar separables.
De momento me pidió el número hablábamos y era sincero. De la nada sentí su alejamiento y con cada mensaje seco sólo sé que siento y para nada lo intento.
Hoy cruzamos miradas y más que palabras fueron excusas y disculpas porque dejó no sólo cosas sino ilusionadas en mi corazón anheladas.
Me rechazo como un pedazo que sólo era un trazo. Y aunque quise decirle mil cosas sólo me dispuse a llegar a casa. Al hacerlo entre como si no hubiera pasado nada.
Aunque por dentro estaba cayendo y con cada paso huyendo a mí cuarto sufriendo. Quería lastimarme tan siquiera regañarme y dejarme por un hombre usarme.
Pero en su lugar, escribí como con cada párrafo morí y aún así describí lo que un hombre hace por ti.
Escribiré cada vez que de nuevo pase.