Predicción de amor

Capítulo 3: hey, pirata

Entre conversaciones varias, salió lo del sueño que tuve ya que Chloe les asomó el tema. No tuve otra que contarles, claro que fue la misma versión que le di Chloe.  

—Entonces estás perdidamente enamorada de mí y tu forma de declararte es ¿Contándome un supuesto sueño en donde yo era tu novio, pero yo no era yo y luego si era yo? 

Ryan retiene su risa después de ese cuestionamiento tan pesado de su parte. Tomo un de los cojines del sofá y se lo lanzo en toda la cara. 

—Me impresiona tu nivel de razonamiento. —Sabrina finge una arcada.  

—¿Te puedes tomar las cosas por una vez en la vida en serio?  

Suelta una carcajada que se extiende demasiado y que hace que prive su respiración por unos segundos. Yo me mantengo al otro extremo del sofá con los brazos cruzados y con un gesto ponderado esperando a que el termine de revolverse en sí mismo.  

—Está bien, está bien. 

Se levanta a paso lento tratando de hacer que su resonante risa se detenga. 

—¿Cuál es tu teoría? ¿Qué crees que te quiera decir el sueño? A parte, de que quieres tener un novio. —Sabrina rueda sus ojos por la obviedad del asunto. 

Suspiro y cruzo mis piernas por encima del sofá viéndolos fijamente. 

—He estado pensado en que... 

El momento en que les voy a responder oímos que el timbre de la casa suena. Me levanto,  voy y abro la puerta. 

—¡Llegó por quien lloraban! 

Chloe  me va provocar un infarto un día de estos. 

Me abraza y me da un beso en la mejilla, entra a mi casa con toda la confianza del mundo sin necesidad de que yo la invite.  

—¡Hola amigos míos! 

Voy de nuevo hasta la sala, y visualizo como Chloe está acomodándose en uno de los sofás de una sola plaza y yo vuelvo a mi siento. 

—Llegas un poco tarde ricitos de oro. 

Le dice Ryan a Chloe a la vez que le pasa un bol con palomitas que prepare después de que mis papás se fueran. 

—Aunque pensándolo bien, llegas justo a tiempo debido a que expondremos nuestras teorías sobre el sueño de Ali. —Sabrina anuncia con emoción. 

—¡Uh! Me encanta la idea. ¡Yo tengo una! Bueno, a decir verdad, no es una teoría —hago un ademán para que prosiga—¿Recuerdan a mi prima Dakota? 

Teniendo en cuenta que conocemos a la gran mayoría de su familia asentimos con firmeza. 

—Hace un tiempo ella tuvo un sueño similar y ambas llegamos a la conclusión de que muy pronto llegaría el “chico de sus sueños” —Ryan y yo nos miramos las caras con incredulidad—.  Hace un mes ella conoció a un chico en el gimnasio y ahora hablan todos los días. 

—Eso te puede pasar a ti. 

—Vale...—Sabrina gira hacia mí, pero sin embargo no quita la mirada de Chloe—. Ahora yo te tengo una teoría más real. 

Chloe no tardó en chillar. 

—Mi teoría está basada en hechos reales. — Chloe le responde mientras hace un mohín. 

—Yo digo que es un mensaje que te esta mandado tu subconsciente —dice Ryan—. Y es que tu mente esta tan ocupada en solo pensar que quieres tener un novio, que como resultado creaste a alguien que se calificaría como la persona de tus “sueños”. —Chloe bufa. 

—Por Dios, fue lo mismo que yo dije. —alza las manos hacia arriba y Sabrina le lanza unas palomitas.  

—Obviamente que no, en ningún momento le dije que el tal Thomas llegara a su vida. 

—Dinos, ¿Qué teoría tienes tu? Al fin y al cabo, es tu mente. —agrega Sabrina.  

Me quedo en silencio por largos segundos. El asunto con ese tal Thomas, es lo único que no me encaja pero lo demás… lo que ellos no saben, si.  

—Tienen razón...—me miran atentamente—. A lo mejor por fin llegará alguien a mi vida y solo me resta esperar un poco más —digo con una sonrisa estampada en mi cara, para lograr comerlos. Convencerme—. Ya llegará a mi Thomas. 

*** 

Lunes. 31 de octubre, 2011.  

Observo unos catálogos del centro de artes de Denver y me deleito con los maravillosos cuadros que son expuestos en aquel lugar, me digo a mí misma que tengo que ir. Me sobresalto cuando mamá entra sin anunciarse a mi habitación, dejo el catálogo a un lado y va directo mi cesto de ropa sucia. 

—¿Que hacías que te asusté? 

Pregunta sin verme y recogiendo mi ropa. Tomo el catálogo y lo alzó para luego contestar. 

—Solo veía el catálogo del centro de artes. 

—Creí que esa tontería del arte ya la habías dejado atrás. —se reincorpora y me da una mirada llena de suficiencia. 

—Todo lo que hago para ti es una tontería—murmuro y no sé si me alcanza a escuchar—Solo lo estaba viendo. ¿No puedo? 

—Lo que debes hacer es concentrarte en la universidad y comenzar a hacer esto tú. —señala mi ropa sucia. 

—Si no lo hago es porque no dejas, eres muy quisquillosa. No me dejas ni que yo lleve la ropa a la tintorería. 

—¿Muy fácil solo llevar, no? Lávala tú. Yo a tu edad… 

—Si, si, tú a mi edad ya estabas próxima a tener tu propia casa porque te casarías con mi papá. ¿Qué quieres? ¿Qué me busque un marido? 

Digo ya harta de la conversación, me levanto de mi cama y camino con los pies descalzos hasta mi baño.  

—A mí no hablas así. —me advierte. 

—Nada de lo que hago para ti es suficiente —me sostengo del marco de la puerta del baño—. Fuiste tan feliz cuando supiste que no podría estudiar Arte, pero cuando te dije que estudiaría Psicología lo viste como una carrera mediocre, pero me exiges con constancia ser la mejor, pero nada parece ser suficiente. 

» Trabajo, aporto a la casa, hago mis quehaceres y no salgo a fiestas, y solo porque la estúpida ropa sucia está ahí me vienes a salir con el mismo sermón de siempre que tú a mi edad ya te ibas a casar, y eras una mujer hecha y derecha. 

La ropa que tenía en sus brazos la lanza al suelo dándome una mirada de mucha represión mientras se acerca con pasos amenazantes. 

—Ojalá y consigas tu objetivo de tener tu total independencia y así te vayas, ya me estás hartando con tu rebeldía y groserías. 

Se da la vuelta y se va cerrando la puerta de mi habitación con mucha fuerza a la vez que yo suelto un bufido lleno de rabia. Tomo la tonta ropa sucia y la coloco en su lugar; en el cesto. 

Mi celular vibra sobre mi cama. 

Sabrina: ¿Entonces si vamos a ir a la fiesta? 

Leo todos los mensajes anteriores y me doy cuenta que llevan rato hablando. 

Ryan: Yo ya les dije que sí. 

Chloe: Yo obviamente que iré. 

Sabrina: pues alguien por ahí no…. 

Chloe: Ali ha estado ocupada, entendámosla. 

Sabrina: Vivo y estudió a media hora de ustedes. ¡Que salga ella también!  

Ryan: Si sabes que la distancia de donde vives tu a donde vivimos cada uno de nosotros es la misma ¿No? 

Sabrina: ¡Ryan, cállate! 

Camino por toda mi habitación, y las palabras que le grite a mi mamá me rondan la cabeza. Después de unos segundo, tomo una decisión.  

Aliyah: Si iré. 

Chloe: ¿QUEEEEE?. 

Sabrina: ¡Gracias Dios!  

Ryan: ¡A pedir dulces, pequeñas brujas!  


*** 

Nos abrimos paso entre las personas, y después de mucho, llegamos a la barra. Ryan es quien toma la iniciativa de pedir nuestra bebidas, mientras las chicas y yo buscamos una mesa cerca.  

El club está abarrotado de gente, veo disfraces muy geniales y otros muy clásicos. Cómo el mío, que solo tomé el disfraz de chica pirata de hace dos años; tuve la fortuna de que aún me quedara. 

—En serio creí que no vendrías. —Chloe toma mi brazo y me abraza. Sus antenas de Alien me golpean la cara y me hago un lado.  

—No lo iba a hacer —Ryan llega con las bebidas y las pone en la mesa—, pero luego cambie de opinión. Quería distraerme.  

—Nos alegra que estés aquí —Chloe vuelve a abrazarme y yo quitó sus antenas de mi cara, con un manotón—. En fin, ¡Hoy vinimos pasarla bien!  

—¡Esta fiesta está genial! —grita Sabrina de repente alzando su trago, los chicos hacen los mismo y yo tomo mi vaso con soda. Chocamos y gritamos salud.   

La música está a tope, cada vez las personas se multiplican más y luego mis amigos y yo, vamos al centro del lugar para bailar, muy a mi pesar. Ryan es quien se desenvuelve más en el lugar, se esparce por cada rincón del club con su disfraz de beisbolista zombie. Sabrina, por otro lado bebe hasta más no poder, y sobre todo si esas bebidas son parecidas a la sangre, ya que es su completo al disfraz de vampiro que usa.  

Chloe también bebe, pero en menor medida y se mantiene a mi lado bailando. Yo solo me mezo lentamente, más de una vez me río por las apariciones repentinas se Ryan a nuestro alrededor, y los gritos de celebración de Sabrina. Ellos si que saben cómo disfrutarse las fiestas.  

—¡Karaoke! ¡Hay Karaoke! —Chloe me toma de las manos  y las agita.  

Me lleva con ella, y luego busca a Ryan y Sabrina para hacernos subir al escenario. Las personas en el club comenzaron a gritar, al ver que íbamos a cantar.  

—No, que vergüenza, Chloe —digo entre risas—. Hay muchas personas.  

—Ay, relájate —nos pasa a cada uno un micrófono—. Sabrina es la mejor que canta, pero por suerte está ebria y no nos dejará a nosotros tres en ridículo. —reímos, incluso Sabrina. 

Chloe pide la canción, y apenas suena, ya sabemos que no necesitaremos leer la letra en la pantalla. Ryan es quien empieza a cantar, o según la dinámica de la letra, a rapear.  

Él hace lo mejor que puede.  

Chloe, Sabrina y yo, le hacemos barra con nuestras manos arriba y balanceos. Su parte acaba, y sigue nuestra pelirroja, quien aunque esté bajo los efectos del alcohol, igual comienza a cantar muy entonada. 

You can’t see shiny cars 
And that’s when you need me there 
With you I’ll always share 
Because 

Grita la última palabra, y entonces Chloe y yo cantamos el coro. No lo hacemos perfecto, claramente pero damos todo de nosotras; en algún parte Ryan también canta y las personas se emocionan al punto de también empezar a cantar.  


When the sun shines, we’ll shine together 
Told you I’ll be here forever 
Said I’ll always be your friend 
Took an oath, I’ma stick it out to the end 
Now that it’s raining more than ever 
Know that we’ll still have each other 
You can stand under my umbrella 
 




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