Pregúntame ¿por qué?

Prólogo...

¿Y ahora qué? Eso era lo único que pasaba por mi mente en este momento y claro como no preguntármelo si voy en este autobús que me lleva al lugar más alejado que conseguí con lo poco que tenia de dinero, exactamente 12 horas de viaje hasta la capital, esta empezando a oscurecer ya veo que voy a llegar casi al amanecer y aunque debería estar disfrutando de dormir para que mañana empiece mi auténtica pesadilla aquí estoy llorando como una magdalena y pensando en como todo cambió de ayer a hoy…

- ¿Quiere una manta señorita? - el joven auxiliar me interrumpe mis profundos y tristes pensamientos.

-Si, te lo agradecería. - asiente me dedica una tierna sonrisa y se va, si, seguro vio mis ojos rojos y ha pensado pobre chica sufriendo por amor ja ja ja ojalá fuera eso.

- ¿Mamá? ¿mamá? - la pequeña que va sentada a mi lado despierta, cuando yo subí ella ya venia y la verdad que ha estado durmiendo todo el camino hasta ahora, me mira y tiene unos dulces ojitos marones levemente enrojecidos por las ganas que tiene de llorar pobrecita, me recuerda tanto a mi pequeña Sofi.

-Tranquila, tu mami fue al baño con tu hermanito y ahora viene ¿ok? - ella asiente y sonríe, es muy tierna – Me llamo Karin ¿y tú?

-Soy Jazmín, vamos a ver a mi papá. - lo último lo dice con un brillo en la mirada que me aprieta el corazón, si yo hablo del que dice ser mi padre creo que lo único que mis ojos demostrarían seria odio, en fin, no voy a pensar en eso ahora.

-Que lindo nombre, como una bella florecita. - Sonríe, si, me encantan los niños debe ser porque a temprana edad cambie las muñecas por un bebé de verdad, claro, mi Sofi, ¿Qué estarás haciendo? mejor le sigo hablando. - Ahora que vamos a ser compañeras de viaje ¿Qué haremos? .-

-No tengo sueño, podemos escuchar música. - sus ojitos se van hacia mis audífonos, si soy fanática de escuchar música y menos mal que alcancé a sacar mi Tablet y mis audífonos antes de irme porque o sino todo sería peor.

-A ver. - opto por hablar así me distraigo. - ¿Qué música te gusta Jaz? -

-Mmmm, Maluma, si ese me gusta. - ok, ¿es en serio? A esta pequeña de unos 9 años le gusta Maluma, yo amo la música excepto a él, creo que mi noche será muuuy larga, si señor muy largo. -

-No tengo música de Maluma, pero podemos escuchar otra cosa dale, busquemos algo. - Asiente le paso uno de mis audífonos y matamos el tiempo entre una canción y otra, algunas la cantamos otras las tarareamos, los señores que van atrás ya no sé cuántas veces nos han hablado de que nos callemos pero que se jodan viejos berrinchudos y amargados, de pronto siento pesado mis ojos y se que me voy a dormir en cualquier momento, miro a Jazmín y ya esta durmiendo, me acomodo y me dispongo a dormir. –

-Eres una mal agradecida, el día que tu padre nos dejo debió llevarte con él, tendría que haberte dejado botada, de que me sirvió todos estos años perdidos contigo. - estoy llorando desconsoladamente he dado todo de mí, he sido la chica que hace todo lo que su madre le dice y ella lleva casi una hora diciéndome lo mucho que me desprecia.

-Mamá solo te digo que no estoy de acuerdo, sabes que me gusta mi trabajo no quiero dejarlo, nos da dinero que sirve para la casa. - creí que eso la calmaría pero que equivocada, fue lo peor que dije. -

-Que, ahora me vas a sacar en cara lo que ayudas, acaso yo te he sacado en cara tolo lo que he hecho por ti, sal de aquí maldita mal agradecida. - siento mi mejilla arder y claro, siempre he pensado que sus palabras son las que causan el mayor dolor, pero el golpe que me acaba de dar fue como si me partieran el corazón el mil pedazos. -

-¡Se acabó!.- grito tan fuerte que Sofi sale de su habitación asustada, mi pequeña, cuanto lo siento.- Me voy, eso es lo que querías ¿cierto? que me vaya, así puedes acusarme de ser una mala hija que te abandonó, algún día te vas a arrepentir espero que nos sea demasiado tarde Inés.- miro a Sofi y está llorando, aquí viene lo difícil.-

-No te vayas nana. - sé que quiere abrazarme, pero también sé que tiene miedo, mamá no le hará nada, lo sé, siempre y cuando no demuestre que me apoya. –

-Tranquila pequeña te amo mucho. - la abrazo y al oído le digo. - te buscaré, recuerdas el viejo correo electrónico, te escribiré allí ¿ok? - asiente y se aleja, tomo mi mochila, echo mi billetera, mi Tablet, audífonos y ya. Miro por ultima vez a la que hasta este día considere mi madre y me voy, no sin antes escuchar su grito. -

-Y que nunca se te ocurra volver, olvídate que existimos. - cierro con fuerzas los ojos y lagrimas corren por mis mejillas. Siento que me mueven y despierto, seco las lagrimas que entre una mezcla de sueño-recuerdo salieron y veo a Jaz abrigándose. -

-Ya llegamos Karin, voy a ver a mi papi. - esta tan feliz que hasta me alegra a mí, acomodo mi ropa y miro para afuera.

Efectivamente estamos entrando al gran terminal, y yo solo pienso que voy a hacer ahora, jamás había salido de mi ciudad y claramente nunca pensé que la primera vez que lo hiciera seria en estas condiciones. Pero aquí estamos, cualquiera pensaría que soy una chica rebelde que se escapo de casa para vivir la vida loca, peor no, no es mi caso solo soy una chica, que se fue de un lugar donde ya no la querían y que quiere por fin sentir lo que se siente vivir. La pregunta que ronda en mi cabeza es ¿lo conseguiré?



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En el texto hay: esperanza, desiciones, romance

Editado: 01.05.2019

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