Capítulo 3...

POV KARIN

-Por favor mamá, solo es una foto ya has tirado todo lo que él me dio. —

-¡Aun lo sigues defendiendo! Después de todo lo que te ha hecho, aun sigues defendiéndolo, ¿acaso el lo hizo? ¿Acaso te defendió mientras todos te humillaban?—mis ojos se llenan de lagrimas, el dolor que llevo dentro al recordar lo que Andrés me hizo y como de paso perdí a la única persona que le he abierto mi corazón y de la cual me enamoré, todo eso y el hecho que ella me lo recuerde a cada momento además de decirme lo mucho que la defraudé solo hacen que mi corazón ya hecho trizas no logre recuperarse.— ¡dame esa foto ahora Karin! .—le entrego con todo mi pesar la fotografía, la única prueba tangible de nuestro amor que guardé, esa tarde nos escapamos a un mirador a las afueras de la ciudad y esperamos el atardecer , nos tomamos la foto acompañados de la promesa de que nunca nos dejaríamos y que nada nos separaría, cosa que el claramente no cumplió… Y es cuando la va a quemar que mi pequeña Sofi hace presencia.

-Mami mi hermana está mal para que le haces esto, es solo una foto. —Y cuando voy a decir algo, agarra a Sofi del pelo y levanta la mano para golpearla. —

-¡Noooo! Mamá no por favor. —Me sacuden delicadamente, siento una caricia en mi rostro y abro los ojos de golpe.-

-Tranquila pequeña solo fue un mal sueño.-- ¿qué? ¿Pequeña? De pronto recuerdo lo que pasó y retiro su mano de mi cara, todo está oscuro ni siquiera sé quién es, pero claramente no es la misma voz del parque.-

-¿Qui-ien eres? Por favor no me hagas daño. —comienzo a llorar ya no quiero más, después de ese maldito sueño quede psicológicamente mal además de no tener ni la más remota idea de dónde y con quien estoy. —

-Lo siento no quise asustarte, yo no te haré nada tranquila. —enciende una lámpara y lo veo, es el, oh si es el.-

-Tu-ttu estabas en el parque, yo te vi. —Lo recuerdo, el del periódico, llevo mi mano a mi cuello siento un ardor, claro, el pinchazo. —

-Sí, soy yo. —mis ojos se empiezan a cerrar de nuevo, y solo casi inconsciente reparo en el dulce aroma a menta que el tan cerca mío desprende, el me ayudó, el me salvó. —Shhhh duerme pequeña, te voy a cuidar. —siento un beso en mi frente y me rindo al sueño de nuevo.-

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Tengo calor, siento algo pesado en mi estomago y tengo mucho calor, me muevo un poco y el peso sigue ahí, abro los ojos y descubro al dueño de ese peso y también del agradable olor que me inunda, me tomo un segundo para observarlo y guau es muy guapo, realmente muy guapo, recuerdo que anoche me habló y dijo que no me haría nada, aun así quiero saber cómo llegué aquí. Vuelvo a moverme, esta vez mas fuerte y despierta y ¡santa madre! ¡Sus ojos! Son profundos pero a la vez se ven dulces, ok no debería estar pensando eso, me mira un tanto adormilado y se levanta de golpe.

-Lo siento, yo debí dormirme cuanto te hablé anoche. —Lo observo y me transmite algo extraño, pero extraño bueno diría que está preocupado o no lo sé, no soy muy buena leyendo a las personas y suelo equivocarme. —

-Está bien, no hay problema ¿Qué paso? ¿Cómo llegue aquí?—tengo que preguntar ¿no?

-Yo te traje. —encoje los hombros, ok, eso ya lo asumí pero quiero saber más. —te contare todo, pero creo que necesitas una ducha. — Bueno, bueno, eso no fue una forma muy sutil de decir que huelo mal.-

-E—ee si claro, tengo ropa en mi mochila. —lo observo, espero que la haya tomado.-

-Sí, la puse a lavar y ya debe estar lista la traigo enseguida. —sale de la habitación dejándome con la boca literalmente abierta, ¿el lavó mi ropa? Ósea está claro que fue el lavarropas pero quien tiene ese detalle hoy, al menos conmigo nadie lo había tenido, no termino de meditar en eso cuando vuelve a entrar a la habitación con mi ropa en sus manos, ahora mas despierta lo repaso completamente, alto, fuerte, no excesivamente musculoso pero fuerte, sus ojos son verdes pero un verde muy claro, su pelo alborotado me deja entrever que tiene pequeñas ondas y su porte tan elegante que incluso en ese pantalón de deporte lo hacen realmente muy atractivo, me mira risueño.-

-Gracias. —Eso sale de mi boca casi inconscientemente. — Gracias por ayudarme ayer y por cuidarme durante la noche.-- lo observo y noto que me mira, y no con lástima incluso diría que, con ¿ternura? Debe ser un poco mayor que yo, quizá me ve como una niñita perdida y de ahí viene su mirada. —

-Lo haría una y mil veces. —Se acerca hasta acariciar mi mejilla y yo siento un cosquilleo por todo el cuerpo que me hace temblar. —voy a preparar algo para desayunar mientras te bañas así podemos conversar. —me pasa mi ropa y nuestras manos se rosan, otra vez ese cosquilleo que ya ni recuerdo cuando fue la última vez que lo sentí y luego se va. -

Me meto en la bañera y siento una sensación realmente agradable, hace tiempo no me daba un baño así, lo necesitaba, siento ese maldito cansancio agotador que hace que me pese todo el cuerpo y me fatigue y anoto mentalmente que debo comprar mis medicinas rápido. Me detengo pensar en lo que ocurrió ayer e inconscientemente lagrimas corren por mis mejillas, me invade otra vez esa sensación de miedo y trato de pensar en otra cosa, de pronto unos ojos verdes y unas manos cálidas vienen a mi mente, involuntariamente se me escapa una risita, las veces que lo tuve cerca me transmitió tanta seguridad que por breves momentos olvide toda la basura que me rodea, siento que puedo confiar en él, después de todo cuando más vulnerable estuve él no se aprovechó de mi, fue como un ángel en el momento preciso, pensando en eso termino mi baño, me visto y trato de peinarme, me miro al espejo y realmente me veo demacrada, estoy muuucho mas delgada y unas ojeras horribles adornan mi rostro, tengo el deseo de poder arreglarme ya que no quiero que me vea así, pero recuerdo que ya me vio e incluso peor asique no le doy importancia y me dispongo a salir.—