Prejuicios y amor

CAPITULO 12

La cena estuvo bien. Hablaron de diversos temas. Ella lo hizo reír, era una de las pocas veces que disfrutaba con una mujer que no se esforzaba por fingir parecer inteligente. Le gustó descubrir cada uno de sus gestos y el brillo del castaño de sus ojos ante la poca luz que les rodeaba. Incluso no le importó que recargara los codos en la mesa enmarcando con las manos su rostro. Cada segundo que pasaba su deseo por ella crecía hasta aguantar las ganas de levantarse y llevarla sobre su hombro por todo el elegante restaurante como un salvaje. 

Todavía podía mirar sus ojos llenos de deseo mientras la tomaba por completo y escuchar cada uno de sus gemidos. Cada detalle se apoderaba de él día y noche. Un cosquilleo recorrió su cuerpo y ella detuvo su últimas palabras abruptamente.

- Lo siento - recargó su espalda en la silla y bajó las manos hasta su regazo -. A veces no sé cuando parar. Debes estar aburrido, podemos irnos ya...

- No estoy aburrido - su voz salió ronca -. Es interesante cuando te muestras tal y como eres.

Lily abrió la boca con sorpresa, sus mejillas se sonrojaron y vió como se fueron cerrando las puertas que anteriormente estuvieron abiertas por completo. Apretó los labios molesto consigo mismo por acabar con el momento.

- Vamos - se levantó y buscó su mano ayudándole a levantarse.

- De verdad, lo siento - caminó un paso delante de él con su mano en la espalda -. No quería ser tan pesada. Charly dice...

TT se detuvo en seco. Fue como un chorro de agua helada. Lily se volvió a él mirándole extrañada.

- ¿Pasa algo?

- ¿Quién demonios es Charly? - demandó buscando su brazo y tomándolo para acercarla a su cuerpo.

- Estamos...

-¿Quién demonios es Charly?

-No es de tu incumbencia - respondió molesta e intentó zafarse de su mano.

La miró con furia, estaba perdiendo la paciencia. Lily estaba frente a él confundida y furiosa por su cambio de humor, incluso no entendía que era lo que le pasaba. Nunca antes se sintió tan posesivo con una mujer, una que luchaba en cuerpo y alma por mantenerse alejada de él. ¡Demonios! Estaban demasiado cerca y el calor de su cuerpo, su aroma le provocaba deseos de tomarla de los hombros y obligarla a responder su pregunta entre un cúmulo de besos. ¿Qué demonios estaba ocultándole? Se acercó más a ella. La vió ponerse nerviosa.

-Debo ir al tocador.

Dió media vuelta y se alejó caminando a toda prisa. Él se quedó sin poder moverse para ir tras ella. Un empleado se acercó y solicito le ofreció su ayuda.

-Estoy bien.

Se mostró irritado y se quedó en el lugar con las miradas de los comensales sobre él.

 

Lily casi corrió al baño. Cerró la puerta recargándose en ella con la respiración agitada. Se tomó unos segundos y respiró profundamente. Todavía temblando se acercó hasta el lujoso espejo recargándose en la superficie blanca y brillante. ¡Mierda! Miró su rostro pálidecido y sus ojos que se veían enormes y asustados. Tenía que mantener la calma, la noche estaba yendo bien hásta ese momento. TT tuvo un cambio muy drástico cuando nombró a Charly. ¿Qué mierda era esa? Él no tenía derecho a cuestionarla acerca de sus amigos. ¡Acerca de nada! No eran nada, sólo un par de desconocidos que tuvieron una noche absurda, aunque en la manera de haber actuado de los dos fue... Frunció el ceño y abrió con manos temblorosas el grifo buscando refrescarse para calmar su ansiedad. 

La puerta se abrió. Los pasos de una mujer en altos tacones se movió tras ella. Se detuvo a su lado quizás a retocar su maquillaje.

- Nunca me hubiera imaginado encontrarte en un sitio como éste.

Lily levantó la mirada hacia el reflejo de la mujer a su lado. No era posible que pudiera olvidar aquel rostro. Fueron algunos años de molesta tortura. Era inevitable que se olvidara de ella y su hermana.

- Regina - dijo su nombre con evidente desprecio -. Hace tiempo que no tenía el placer de verte.

- Liliana, querida - sonrió burlona -, no hay necesidad de ser tan amable.

- No ahora, ni nunca - asintió levantando la barbilla.

- Te ví haciendo una escena con TT - continuó -. No me sorprendió, siempre has sido... diferente.

La miró de arriba abajo recargándose en el mueble de baño. Cruzó sus esbeltos brazos sobre un vestido que seguramente estaba fuera de su presupuesto.

- Como ves sigo siéndolo - posó una mano en su cintura.

- No me sorprende, aunque tengo curiosidad de saber ¿que haces con un hombre como TT? - la cuestionó altiva -. Él no tiene costumbre de salir a alguien como tú. Es demasiado exigente en sus gustos con las mujeres, a no ser que..., bueno, tú sabes...

Lily rió con una fuerte carcajada. La miró divertida moviendo la cabeza hacía atrás.

- ¿Por qué no lo dices? - inquirió divertida -. ¿A no ser que sea una chica fácil? ¿Una zorra?, ¿Una puta?

- ¡Liliana! ¡No seas tan vulgar! - fingió estar escandalizada -. Parece que fue en vano toda la educación de alto nivel que has recibido de cada uno de los esposos de tu madre. 

- Fui una mala inversión - levantó los hombros con ironía.

- Si mi padre te viera...

- ¿Crees que me importa?

- Él siempre pensó que eras un caso perdido - sonrió con desprecio -. Que no valía la pena lo que pagó por tus estudios.

- No lo obligué a nada.

- Tu madre insistió - la malicia en su voz enfermó a Lily -, ella quería que fueras como nosotras.

- ¡Gracias a Dios que no lo soy! - exclamó burlona.

- Si, gracias a Dios por eso - volvió a recorrerla con la mirada -. Tenías que convertirte en lo que eres. ¡Mírate! Con esos tatuajes y esas cosas en la cara, ese pelo tan... ¡Rosado!. Sigo sin entender porque TT está contigo está noche.

- Bueno, deberías preguntarle a él - se movió para apartarse de ella. ¡Mierda, quería alejarse de esa perra!

- Quizá lo haga - asintió -, estaría interesado en saber más de ti. Llegar a conocerte lo haría alejarse y tirarte como la basura que eres.




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