CAPITULO 13

Un cálido beso en su frente la despertó.  Lily abrió los ojos pesados por el sueño. Por unos instantes se sintió desorientada al percibir la oscuridad que le rodeaba. Parpadeó y se incorporó de la suave superficie en donde había estado recargada y movió la cabeza descubriendo al hombre que estaba a su lado. Los recuerdos de la noche volvieron a ella como un torrente de imágenes. Se apartó pasando una mano por su cabello.

- La bella durmiente a despertado.

- Lo siento - se disculpó con la voz ronca por el sueño -. ¿Cuánto tiempo dormi? No debiste dejarme.

- No demasiado - respondió TT divertido -. Parece que lo necesitabas. Después de lo que pasó.

- ¡Oh! - gimió ocultando su rostro en sus manos -. Soy la peor cita de tu vida. 

- Ha sido interesante - volvió a reír suavemente -. Por un momento pensé que tendría que llevarte en brazos.

- Es vergonzoso - lo miró apenas adivinando su silueta.

- No lo es - se inclinó a ella -. Fue agradable verte dormir todo éste tiempo.

- ¿Dormí mucho? - miró alerta el lugar en donde se encontraba.

- Solo el camino a mi departamento.

- ¿Tu departamento? - abrió los ojos girándose a verlo.

- Prometí invitarte una copa para tranquilizarte - anunció con voz suave -, parece que está noche no fue nada bien para ti. Tenemos que hablar de ello.

- No es nada importante - replicó de inmediato -. Ya ha pasado.

- Alguien te hizo llorar y no voy a dejarlo así.

- Deberías, no es tu problema.

- Estabas en una cita conmigo y no puedo dejar que algo así pase - dijo con firmeza -. Nadie hace llorar a mi compañera.

- Es muy dulce de tu parte pero esto no te incumbe.

- Deja que yo lo decida.

Lily de acercó a la puerta buscando la manija para abrirla. La mano masculina la detuvo. Él estaba demasiado cerca y ella tembló ante esa cercanía. Podía sentir su aliento muy cerca de su mejilla.

- Deberíamos salir, tu... Bruno debe estar esperando...

- Él nos espera en algún lugar del estacionamiento - musitó -. Es muy discreto.

- Estoy segura de ello - su voz salió algo temblorosa -. Pero no me gustaría que pensara en algo que no es.

- ¿En qué podría pensar Bruno? - se inclinó hasta rozar sus labios en su hombro -. No le pago una fortuna para que piense.

- ¡Eso es grosero! - se movió un poco quedando frente a TT -. No puedes evitar que tenga sus propios pensamientos. ¡Es un ser humano!

- ¿Lo crees? - la acercó a su cuerpo -. A veces creo que Bruno es un robot. Nunca lo he visto tener algún sentir.

- Pues debe sentir algo, tú no estás con él todo el tiempo.

- Quizá - gruñó antes de besar su hombro -, lo conozco desde hace casi cinco años y no he logrado descifrarlo, pero no voy a perder mi tiempo con hacer un estudio acerca del comportamiento de mi empleado. Prefiero pasar agradables momentos contigo.

- No, no lo harás - lo empujó buscando apartarlo -. No vamos a tener ”agradables momentos". Tomemos esa copa y me llevarás a casa.

TT rió y se alejó. La miró divertido antes de soltar un suspiro.

- Estoy empezando a acostumbrarme a la palabra no - se acomodó la chaqueta -. Es poco común que mis citas rechacen pasar un buen rato conmigo.

- Siempre hay una primera vez.

Dicho eso Lily salió del vehículo tropezándose hasta buscar su equilibrio. Llevó su cabeza hacia atrás y levantó la barbilla mirándolo desde el exterior. TT la admiró desde su lugar en el asiento trasero tomando su tiempo para salir. No sería buena idea hacerlo con una carpa en la parte delantera de sus pantalones. ¡Demonios! Verla así se le asemejaba a una guerrera dispuesta a una buena batalla. Él estaba dispuesto a darle una, no estaba seguro de quién ganaría pero haría lo posible para pelear por una noche con ella en su cama.

Un par de minutos después la llevaba del brazo por el pavimento del semioscuro estacionamiento. Junto al ascensor estaba Bruno con las piernas semi abiertas y las manos unidas al frente. Sus ojos impasibles como siempre. No hubo un gesto al verlos acercarse. Lily pensó en las palabras de TT. ¿Habría algo dentro de él? ¿Alguna vez le demostraría a alguien sus sentimientos? Quizás así actuaba en el trabajo y en cuanto llevaba a casa todo cambiaba y se volvía cariñoso ante su familia. Le dedicó una sonrisa amistosa en cuanto se acercaron al ascensor.

- Es pero no haber tardado tanto - dijo amistosa -. Siento mucho haberme quedado dormida.

Bruno apenas asintió la cabeza y oprimió el botón del ascensor junto a él. La puerta se abrió de inmediato. Él se movió a un lado permitiendo que entraran.

- Gracias Bruno.

TT le dió el paso como todo un caballero y entró tras ella. Las puertas se cerraron. TT se acercó a ella y cruzó los brazos mirando al frente.

- Te dije que Bruno no es humano.

- Solo actúa como un profesional - le defendió -. Imagino que en casa, frente a su familia es diferente.

- No tiene familia - anunció tranquilamente -. Ni siquiera una abuela que le dé besos cada que llega a casa.

- ¡Eso es cruel! - lo miró molesta -. Podría ocultar a su familia. Por alguna razón no quiere que su familia sea algo que te importe

TT rió y movió la cabeza negando. 

- Puede ser - rodeó sus hombros -. Algunas veces es mejor mantener a la familia lejos.

Lily apretó los labios y bajó la mirada hasta sus manos apretadas en puños a cada lado de su cuerpo. TT la acercó a su cuerpo como si comprendiera.

Las puertas de abrieron y la joven se encontró ante la entrada del departamento. Paredes de ladrillos rústicos iluminadas suavemente con una luz amarilla. Una pequeña jardinera con plantas de hojas esbeltas. El piso era de concreto color terracota. Nunca  imaginó que el departamento de Thomas Torbes fuera así. Hubiera apostado mucho dinero a un departamento sofisticado, con lo último en diseño de interiores. Obras de arte muy costosas y muebles imposibles de usar, no esos sillones de piel suave que parecía gastada por el uso y el resto de muebles de madera castaña. Lily caminó curiosa delante de su anfitrión, había olvidado sus modales, quizá, pero no quería perder la oportunidad de conocer algo del enigmático magnate.