Prejuicios y amor

CAPITULO 20

- Pasemos al comedor.

La elegante voz de Rebecca interrumpió cualquier cosa que pasará en la sala. Victor sostuvo el brazo de Sarah en un elegante y caballerezco gesto. TT miró a Lily e hizo un gesto de hacerle paso para que ella caminara delante de él. Lily se movió sonrojada y siguió a la pareja hasta la siguiente habitación.

¡Mierda! Era tan... Formal, tan elegante, ella había tenido suficiente en los últimos años de todo eso. Se detuvo abruptamente mirando la elegancia de la mesa. Se frotó las manos de manera discreta y se detuvo mientras cada uno se acercaba a el lugar que le correspondía.

- Por favor Lily - le llamó Victor con una enorme sonrisa amable -, siéntate aquí cerca de mí, aquí podremos conocernos mejor.

Lily dudó por un instante antes de acercarse. Rebecca no se veía muy complacida, TT simplemente se acercó a ella y le ayudó a sentarse. Mientras Victor la ayudaba, Lily observó a la pareja y le sorprendió que TT se inclinará a la rubia demasiado cerca y le dijera algo al oído que la hizo sonreír y mirarlo de una manera íntima. Miró al hombre mayor sonreírle a su madre mientras le ayudaba a sentarse. Una ligera molestia se clavó en su estómago y bajó la mirada.

- Entonces, ¿Muñecas? - levantó una ceja gruesa -, no imagino que tipo de muñecas haces. Las únicas que he conocido son las que compraba para mi hija cuando era una niña.

- Son completamente diferentes - respondió buscando ser amable.

- Utiliza muñecas viejas y las renueva - Sarah anunció mostrando un orgullo que Lily sabía no era real.

Por mucho tiempo su madre criticaba la manera en la que se ganaba la vida. No le gustaba que estuviera rodeada de muñecas que la gente botaba, "era basura" decía. Y aunque realmente no le importaba lo que su madre pensara de su trabajo buscaba la manera de evitar el tema cada vez que se encontraban que la mayoría de veces era en casa de su madrina.

- Parece ser un trabajo interesante - la miró curioso -. Debes de tener mucha imaginación para crear a partir de una muñeca ya hecha algo nuevo.

- Es un trabajo interesante - asintió Lily.

- Yo no sabría que hacer con uná muñeca vieja - comentó Rebecca mirándola desde su lugar frente a ella en la mesa -. Lo primero que haria sería tirarla a la basura. Sobre todo si ya ha sido usada por varios...

Los ojos verdes se clavaron en Sarah, el tono malicioso de su voz fue demasiado obvio y las mejillas de ella se sonrojaron. Lily apretó las manos en puños sobre su regazo.

- Me gusta darle una nueva vida a las muñecas que alguna vez hicieron felices a las niñas - respondió buscando ser demasiado amable.

- Hasta que se olvidaron de ella...s - la última palabra tardó un poco en terminarla y miró a Sarah que ya había perdido un poco del color bajó el maquillaje -. ¿Qué opinas de esto Sarah? ¿Piensas que una muñeca con las que han jugado... Algunas niñas y son descartadas tiene una nueva oportunidad de ser usadas? Después de todo, ya no es la misma que cuando era nueva, recién fabricada. Está sucia, tiene el cabello sin brillo y quizá carece de la calidad de poder ser presumida.

- Te sorprendería lo bien que quedan cuando termino con ellas.

- ¿Es verdad Sarah? - su mirada se despegó de Lily para posarse despectiva en la mujer que se mostraba nerviosa al lado de Victor Sanders - ¿De ser unas muñecas viejas terminan obteniendo lo mejor? ¿De verdad nadie nota que alguna vez fueron la basura de alguien?

- Ya es suficiente - TT interrumpió mirando fríamente a su hermanastra -, la cena se enfría.

- Desde luego querido - le sonrió en un tono mucho más educado -. La cena se enfría.

Lily miró la sopa por unos segundos antes de levantar la cuchara y encontrándose con la mirada azul. Un destello se apagó antes de que Lily pudiera adivinar el motivo. Ahora parecían dos pedazos de hielo que fue inevitable que ella se estremeciera. Bajó los ojos concentrándose en la sopa al frente. Fue inevitable recordar aquella noche cuando TT la invitó a cenar a aquél restaurante de lujo. Apretó la cuchara y la llevo a la boca probando la excelente sopa.

Una risa interrumpió el silencio.

Rebecca dejó cuidadosamente la cuchara en el plato y volvió a reír recargándose en su silla. Lily la miró curiosa lo mismo que los demás comensales. Escuchó a TT suspirar profundamente.

- ¡Aquí estamos! - exclamó ella moviendo los brazos -. ¡Todos unos hipócritas haciendo como que todo está bien! ¡Joder! ¡No lo está! - miró a su padre buscando enfrentarse a él -. ¡Esa! La traes a casa como si no supieras quien es en realidad, ¡la cualquiera que otros hombres ricos han comprado! Y su hija, que sigue los pasos de su madre...

- ¡Rebecca, qué demonios...

Lily no pudo evitar una exclamación. Dejó caer la cuchara en el plato provocando que la sopa brincara hasta el inmaculado mantel. 

La rubia se levantó mirando hacia Lily que estaba tan impactada como su madre, Victor Sanders y... TT no había dicho una sola palabra, se mantuvo en su sitio y casi parecía resignado a toda esa escena.

- Pareces sorprendida - levantó una inmaculada ceja, Lily se sorprendió de que no estuviera erizada como todo lo demás en ella -, no tienes que fingir, estoy segura que planearon esto muy bien. Un hombre rico que se confía ante una mujer calculadora que lo único que quiere es su dinero. ¿Cómo piensan apoderarse de la fortuna de mi padre? Quizá por esa razón te metiste con TT. Si todo salía mal con tu madre..., Pero al final no pudiste con un hombre como TT, pero, ¡Que importa! Ya tienes al próximo, ¿No es verdad?

- ¿De qué estás hablando?

Fue inevitable que Lily hablara. ¿Quién mierdas de creía esa mujer? ¿Cómo podría aseverar que ella y su madre planearon semejante tontería? Miró a Sarah que se levantaba temblorosa de su silla frente a ella. Victor la sostuvo del brazo.

- ¿Qué demonios está pasando contigo Rebecca? - demandó Victor enfurecido por la escena.




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