Prejuicios y amor

CAPITULO 21

Aquella escena de revelaba ante ella cada vez que permitía a su cerebro funcionar. Así que trabajaba sin descanso, no le importaba si caía enferma como Charly insistía en advertirle. ¡Era una maldita tortura! Los arañazos en sus mejillas, su pecho y el jodido beso que la hizo perder la compostura. El beso que le había demostrado a TT que su hermana tenía razón. Que era una zorra, TT apenas la tocaba y ella perdía cualquier capacidad humana y se dejaba llevar por sus caricias. 

Gimió y recargó su cabeza entre sus manos. ¡Mierda! Podría gritar su frustración y seguir su camino. ¿era capaz de hacerlo? Tenía que hacerlo, no era que le fuera imposible. TT no era importante en su vida. No lo necesitaba para seguir su camino, no necesitaba a nadie. Estaba sola desde que tenía dieciocho años y pretendía seguir de esa manera hasta que el destino así lo quisiera... ¿Y si su destino había llegado? ¡No!, No debía pensar de esa manera. Un hombre como TT no era nadie en su vida. Ella había huido de tipos como él. Dejó que el hombre que pensó sería el amor de su vida se fuera sin pelear por él.

Crecieron juntos a pesar de la diferencia de edad. Fueron por años los mejores amigos. Se declararon su amor al mismo tiempo y entonces... Lily movió la cabeza buscando que las lágrimas desaparecieran. 

Un romance que duró seis meses. Tony decidió que era más importante seguir su camino y su profesión de medicina. Se fue sin decir nada. No hubo una disculpa, una excusa, una palabra. Aquello la había destrozado, gracias a Dios que su madre y su madrina no supieron nada sobre ellos. No tendría que escuchar de nadie lo tristes que estaban por ella. 

Logró componer su vida, dejó que Tony se fuera y se hizo de su hogar empezando su negocio que le ayudó a pagarle a su madrina el dinero que le prestó para comprar la pequeña y abandonada escuela. Estaba feliz por lo que había logrado. Era independiente y tenía que seguir así.

Seguir su camino sin necesitar a nadie.

- ¿Piensas seguir así, sin hablar?

La voz de Charly interrumpió el silencio y sus pensamientos. Levantó la mirada observando a su amigo tras la máquina de coser. Le sonrió apenas y movió la cabeza. 

- ¿Estamos trabajando? - su voz salió algo sarcástica -, ¿Acaso tenemos tiempo para perderlo en absurdas charlas?

- Bueno pequeña - Charly ladeó la cabeza inquieto -, has estado muy callada desde que me pediste que fuera por ti a la casa donde tuviste la cita con TT. Digamos que me tienes al borde y me gustaría saber que pasó, el porqué de esos rasguños en la cara y el tirante roto - la miró por unos segundos en silencio y poco a poco sus ojos se fueron empequeñeciendo y después se abrieron con sorpresa - ¿Podría ser que él...

- Dejémonos de absurdos - interrumpió Lily irritada -. TT no me hizo nada. No enfrente de su familia. Y de...mi madre...

- ¡¿Que demonios?¡ - Charly se levantó como si fuera un muñeco en una caja de sorpresa -¡¿Tu madre?! ¡¿Su familia?! ¿No me digas que el hombre se atrevió a declararse y tú...

- ¡Dios! Eso es lo más tonto que ha pasado por tu mente - replicó sus palabras -, ¿Crees qué un hombre como él sería capaz de hacer algo así? Es de lo más absurdo.

- Cosas más increíbles han pasado - Charly levantó los hombros y la miró curioso -, aunque de verdad me gustaría saber que ha pasado de verdad. Esas heridas..., no comprendo quée pudo haber sucedido..

- Nada importante - apartó la mirada de su amigo y tomo la muñeca a la que trenzaba el cabello -. Nada importante.

En un segundo Charly ya estaba a su lado sentándose en el banco junto a ella. 

- ¿Ya no confías en mí? - inquirió -, sé que he dicho cosas que te han herido, de verdad no fue mi intención o quizá si, pero eres mi mejor amiga y no quiero que mis acciones nos separen, yo... Te quiero, eres como mi hermana, la que nunca he tenido y...

- Lo siento Charly - Lily suspiró y recargó su mejilla en la palma de su mano mirándole -, no quiero hablar de ello. No es algo de lo que me gustaría hablar. ¡Mierda!

- Por supuesto - asintió él - respetaré tu desición aunque no dejo de preocuparme por como estás. No puedo evitar ver esos rasguños y pensar en que pudo haber ocurrido.

- Gracias por preocuparte de mi - le sonrió - y ahora tenemos que terminar el trabajo. Aún nos falta un par más.

Charly asintió y antes de levantarse le dió un beso en la mejilla alborotando de manera cariñosa su cabello.

Volvieron al trabajo y pasaron horas antes de que volvieran a hablar.

 

Terminó la llamada. Una sonrisa de triunfo apareció en sus labios. Todo había salido como lo planeó. Cada paso que estaba dando para lograr sus propósitos estaba dando frutos y éste último era uno de los más importantes. 

Su corazón se aceleró cuando la llegada del esperado correo apareció en la pantalla de su computadora. Lo abrió y leyó la misiva recargándose en la cómoda silla de su oficina. De inmediato recibió una llamada, era el abogado, todo estaba arreglado y al fin podía decir que esa parte de su plan estaba listo.

¡Al fin podía atrapar a una de ellas! ¿Qué era mejor que tener en sus manos a la más débil? Nunca se había podido resistir a...

Llamaron a la puerta y cerró de inmediato su correo, levantó la mirada y una sonrisa amable apareció al ver de quien se trataba.

 

TT se recargó en su cómoda silla y cruzó los brazos mirando a la muy esperada visita de esa mañana. Rebecca se acercaba al escritorio con una suave cadencia en sus caderas. Su hermanastra era una mujer muy bella, la bonita adolescente que conoció cuando él y su madre llegaron a la casa de Victor se había convertido en una mujer sofisticada y elegante. Ni siquiera el golpe que amorataba su ojo parecía importar mucho, estaba perfectamente maquillado.

Ella se acercó llevando una carpeta que dejó sobre la superficie del escritorio. Se sentó en una silla frente a él y suspiró cruzando una pierna.




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