Prejuicios y amor

CAPITULO 39

Lily estaba mucho más que indignada. Sus ojos se mantenían en el suelo de tierra y yerba que la llevaba junto con ese bastardo hacia la casa algo escondida a la que la había llevado. Maldición, apretó los labios, ¿Qué demonios se creía ese hombre? Un dolor inesperado aceleró los latidos del corazón al recordarse sola en el lujosos departamento en espera de un hombre que había logrado lo que nadie a pesar de ser lo que ella siempre había detestado. Sus ojos se llenaron de lágrimas, que se negó a soltar. No quería que TT se diera cuenta de lo mucho que sintió su abandono, sobretodo que un empleado fuera hasta ahí y la sacará del lugar...

"—¿Qué hace usted aquí?

Era un hombre joven que estaba sorprendido al verla frente a él en el momento de entrar al departamento. Miró alrededor nervioso y entonces fue que ella le reconoció como el asistente que acompañaba a TT aquella noche del baile, cuando todo empezó. 

—¿Dónde está TT?

—Usted no debería estar aquí...

Carraspeó incómodo. Jugueteó con las llaves en sus manos mirándola nervioso. 

Su casa... — se aclaró la garganta —, le he mandado un correo para avisar que puede volver, todo está arreglado y...

¿Por qué TT no me lo dijo personalmente? — quiso saber ella —, ¿Por qué no ha venido a casa?

Ha surgido algo... — apartó la mirada como si revisara el lugar —. Si quiere puedo darle toda la información sobre la devolución de su...casa y puede preguntar sus dudas. Podemos tomar un café, aquí a unas calles...

No, quiero saber qué ha pasado con TT — movió la cabeza con vehemencia —, ¿Por qué no ha regresado a casa? ¿Qué demonios pasa con él?

No puedo darle información — el hombre se aclaró la garganta —, lo único que voy a decir para tranquilizarla es que él está bien y en un lugar seguro.

—¿Por qué?

El hombre la miró con sorpresa y levantó los hombros como si no supiera que decir.

Lo siento señorita... Ramos — titubeó antes de decir su nombre —, usted debe regresar a casa. Aquí no hay nada para usted... No en estos momentos.

—¡No voy a irme de aquí sin saber de TT!

El señor Torbes no va a volver en un largo tiempo .

¿Cuánto tiempo?

No puedo responder a eso — la miró a los ojos mostrándole su sinceridad —, como le dije antes ha surgido una emergencia.

Lily lo miró levantar la barbilla y supo que no obtendría una respuesta a sus preguntas. ¡Mierda! TT debió hablar con ella, o al menos pedirle a alguien que le avisará que no volvería. Debió pensar en que ella estaba en su casa preocupada por su ausencia. ¡Al menos debió ser considerado! ¿Qué demonios debía esperar de un hombre rico como TT? ¡Él era como todos ellos! ¡Un maldito egoísta que solo pensaba en sus intereses! Lily pasó una mano por su cabello alborotándolo y soltó un suspiro aguantando no decir lo que sentía en esos momentos al pobre asistente que no tenía la culpa, después de todo el hombre frente a ella era un empleado que seguía órdenes de su jefe.

¿Cuándo puedo volver a casa?"

...

Sorbió el exceso de humedad de su nariz y soltó un suspiro buscando dejar atrás ese episodio que en algún momento de ese último año intentó dejar atrás. Sus ojos volvieron al trasero masculino y apretó las manos en puños enojada con lo que estaba pasando, incluidos sus propios sentimientos.

—¿Puedes bajarme ya? 

Su voz sonó ahogada por la posición en la que estaba. 

Un sonido burlón salió de TT.

—¿Crees que podrás comportarte?

—¿Quién piensas que soy? ¿Una niña? — resopló ella.

—Bueno, has estado comportándote como una...

—Bueno, no creo que todo esto sea una situación normal — replicó torciendo la boca —. No contigo comportándote como un delincuente.

TT rió. Movió la cabeza. La bajó, Lily jadeó al sentir su cuerpo deslizándose contra el suyo y sus manos recorriendo su figura. Aguantó la respiración mientras sus pies tocaban el suelo y evitó encontrarse con sus ojos. ¡Mierda! ¡Esto no debía ser así! Había pasado un año desde que se vieron por última vez y ella no podía sentir aquel escalofrío recorriendo su piel. No aquella sensación de absoluto deseo. ¡Él te abandono! ¿Recuerdas? Te dejó sola por días en su departamento sin tomarse la molestia de avisar que te quería fuera de su vida. Él se fue y te dejo como algo que se bota y... Su razón gritaba una verdad que por un tiempo la mantuvo de pie. Una vez, sólo una vez cometía un error y pasaba página. Era muy consciente de no regresar a seguir tropezando con lo mismo. 

Se lamió los labios, secos de repente y movió la cabeza dando un paso hacia atrás para alejarse de TT.

Lo escuchó suspirar.

—Te ves hermosa con ese nuevo look — estiró la mano tocando un mechón oscuro junto con el rosado, lo acarició sutilmente —. No ha hecho que pierdas nada de lo que eres. Sigues siendo m... Lily...

—No...

Volvió a alejarse. No iba a permitir que dijera nada más. Todo estaba bien ahora y no iba a dejar que TT acabará con lo que le habían costado arreglar, cada pedazo de su dignidad.

—No.

TT la miró fijamente. Ella se encontró con su mirada una vez que tomó fuerzas para seguir enfrentándose a él. Levantó la barbilla mostrando una seguridad que no sentía pero que debía mostrar a pesar de todo. Era su único modo de defensa ante ese hombre.

—No sé que ha sido todo esto — cruzó los brazos sobre su pecho —, como pudiste hacer semejante tontería. ¿Secuestrarme? ¿De verdad? Pudiste hablar conmigo...

—¿Me hubieras escuchado? — inquirió con un suspiro.

—No lo sé, quizá si — levantó los hombros —, quizá por curiosidad; para saber lo que tienes que decir y para encontrar una respuesta del porqué me dejaste abandonada en tu departamento.

Lily lo miró demandando una respuesta. TT enfrentó su mirada manteniendo un tenso silencio que parecía ser absoluto.




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