Prejuicios y amor

CAPITULO 40

TT la besó. Lily jadeó su sorpresa y evitó corresponder lo que fue inútil. Sus brazos rodearon su cuello y se aferró a él como se había jurado nunca lo haría. Dejó que él entrara en su boca y sus lenguas se enredaran entre sonidos de anhelo. TT hundió sus manos en el cabello y sus dedos se aferraron en mechones rosadosy oscuros. 

—Todas las noches imaginaba como sería volver a besarte — susurró él bajando sus labios a su barbilla buscando un camino a su cuello —, como sería volver a tocar tu cuerpo, hacerte el amor...

—No — jadeó ella moviendo la cabeza —. No podemos...esto... Tú... Yo...

—No Lily, no voy a dejarte ir tan fácil — gruñó TT bajando sus manos hasta la cintura y acercándola a se cuerpo —. No cuando al fin estás aquí y mis fantasías son muy poca cosa a comparación con la realidad.

La lengua masculina se tomó su tiempo con las zonas erógenas desde su mandíbula hasta la curva de su hombro. Lily se estremeció y sus manos se aferraron a la tela de la camisa. ¡Mierda! ¿Qué demonios estaba haciendo? Debería empujar a TT al otro lado de la habitación y huir de ese lugar. Un gemido salió de su garganta sin poder evitarlo. Apretó los labios y movió la cabeza buscando un poco de fuerza o que saliera a la luz el poco orgullo que le quedaba.

—¡Eres deliciosa Lily!

¡No! Su cabeza se movió de un lado a otro con más impetu y volvió a aferrarse al algodón.

¡Esto no puede pasar! gritó en su cabeza mientras se arqueaba dejando que TT arrastrará sus labios por su piel. ¡Es una locura! ¡Mierda! ¡Es... Recuerda... Se dijo... Te dejó sin que supieras de él por un año. Ni siquiera te mandó un mensaje o lo que fuera para saber que estaba bien. No pensó en ti. Fue un egoísta y...

—Creo que no...

Lily se apartó jadeante. Pasó una temblorosa mano por su cabello buscando arreglarlo. Dió varios pasos hacia atrás hasta que sus piernas chocaron con algún mueble. Miró a cualquier parte menos a él que mantenía la respiración agitada como la de ella. Negó con la cabeza mientras que sus jadeos se convertían en dbiles sollozos.

—Es difícil... — balbuceó temblando —, desearía que fuera mucho más fácil poder olvidar , pero no puedo. Es difícil cuando no sabía nada de ti y todos los peores pensamientos pasaban por mi cabeza. Te imaginaba muerto o quizá en un cuarto sucio golpeado por tus secuestradores... Con una mujer en la cama mientras te burlabas de mi por ser una estúpida que cayó en tus garras y...

—Lily, yo nunca...

—No me llamaste — siguió como si no lo hubiera escuchado ,—. No me dijiste... Al menos pudiste decir algo. Mandar a tu asistente a darme algún mensaje. Él sólo me sacó del departamento sin saber que más hacer. No era su trabajo lidiar con una mujer esperando...

—¡Joder Lily!

TT pasó una mano por su cabello. La culpa fue como un ácido en su pecho.

—¡Mierda! ¡Ha pasado un año y cada día está ahí y yo...

—Lo siento — susurró ronco —. No sé que más decirte. Pude cometer un error, pero todo lo que se vino fue demasiado para pensar en cualquier otra cosa. Debí..., Debí hacer muchas cosas, pero de algo estaba seguro y eso era que tú estabas en casa y no habría problemas. Estabas protegida. Nada iba a pasarte...

Lily bajo las mirada a sus manos que apretaba temblorosa sobre su estómago. ¡Mierda! ¡Una maldita lágrima se escapó! Había estado luchando fuertemente para no dejarla salir y ahora estaba llorando frente a él y lo que menos quería era que la viera débil. Levantó una mano y limpió rápido esa traicionera lágrima. Suspiró profundamente. 

—¿Debería agradecer entonces tú hospitalidad?

¡Mierda! ¿De verdad sonaba con tanta ironía? Se estremeció.

—Sólo si quieres — levantó los hombros.

Ella movió la cabeza hacia él.

—Gracias.

Hubo un tenso silencio entre ellos. 

Lily volvió a estremecerse y rodeó su cintura con sus brazos. Era consciente del hombre que estaba al otro lado de la habitación y que no dejaba de mirarla. ¿Podría en algún momento de su vida dejar de sentir como su cuerpo anhelaba estar cerca de TT? ¡Un año! ¡Un maldito año! Y ella estaba ahí, en la misma habitación después de ser secuestrada, cargada como un saco de patatas y besada hasta que estuvo a punto de entregarse a él. Debería salir de ahí o exigirle que la regresará a la ciudad con Charly que, quizá estaría muerto de preocupación por ella...

—Charly...

—Él está bien — dijo TT —, pedí que lo llevaran a su hotel.

Lily asintió hizo una mueca, buscando aguantar un poco más todos los sentimientos encontrados que estaban a punto de desbordarse. Soltó el aire y se dijo que sería la última vez.

—¿Puedes.... Puedes llevarme al hotel? — le pidió con voz tranquila — Charly debe estar preocupado por mí.

—¿Hay algo entre Charly y tú?

—Si.

—¡Joder! — exclamó en voz baja TT.

 Lily dió media vuelta y lo miró sintiéndose un poco más ella misma. 

El silencio que les rodeaba mientras TT la regresaba a la ciudad fue poco a poco relajando su cuerpo hasta el punto de cerrar sus ojos y caer dormida en el asiento junto a él consecuencia del jetlang.

TT la observó sin parpadear sintiendo un nudo en el estómago. ¡Joder! Debió haber las cosas mucho mejor. En ese momento estaba concentrado en arreglar el enorme problema en el que le había metido Rebecca. No perdió tiempo en suspenderla del trabajo y reclamar lo que estaba pasando. ¡Demonios! Ella había negado vehemente que supiera algo acerca de lo que hacían sus malditos amigos.

"—¡Les estaba haciendo un favor! — insistió ella moviéndose por la habitación de un lado a otro —, ellos querían que les ayudará a traer mercancía sin tener que pagar impuestos y yo...

—¡Joder Rebecca! — levantó la voz furioso —, ¿Acaso no estabas pensando? Eres demasiado inteligente para que esos malditos hombres pudieran engañarte.

Rebecca pasó una mano por su desarreglado cabello. Hizo un gesto de angustia. Quizá demasiado angustiado para que él bsucaa apiadarse de ella. Se acercó y rodeó su delgado cuerpo abrazándola. Recargó su cabeza sobre su cabello rubio mientras ella se hundía en su hombro y lloraba.




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