Preludio de una melodía

Capítulo único : Un Lazo de Amor

20 de Diciembre, 2019.

-Nena, tus galletas son una delicia, es difícil mantener la dieta y cuidarme al mismo tiempo cuando las horneas - toma una tercera de la charola, mientras Nora coloca otra en el horno. En dos mordidas se termina la galleta. Estaba acercando su mano para tomar otra, cuando la charola es retirada de su alcance - Hey!-. Se queja.

- Vas a devorarlas todas- le sonríe. Erik rodea la barra de la cocina y se coloca junto a ella. Levanta su rostro del decorado de las galletas para besarla con dulzura.

-Nora, nena...- le sonríe mientras la observa- Llevamos, qué...un poco más de 5 años?- acaricia con su dedo pulgar el borde de su mejilla - Cielo, yo...-.

  • -Los regalos! - se aparta de él con brusquedad se va hacia la sala del apartamento - va a ser navidad y aún faltan los regalos de tus padres - nerviosa saca algunas cosas de su bolso con prisa- ví una preciosa pañoleta española en los aparadores de una boutique -.
  •  

-Nora, cielo- él  se encontraba junto a ella. Toma sus manos - Te amo preciosa...- la gira hacia él para que lo mire.

-Lo sé Erik, yo también te quiero...- Él sonríe con tristeza.

-Me quieres, sí, pero no me amas- Se aparta de ella unos pasos dándole la espalda- No sé que sea, pero siempre e sentido que hay algo que te mantiene alejada de mi. Siempre qué toco el tema, haces todo lo posible para evitarlo o desviarlo de la conversación. Lo dejado pasar, justificando, dándote tiempo a qué de verdad me ames. Yo sé lo que quiero, y es a ti nena. Pero no puedo esperar más, no si te alejas. Esta vez seré yo quien lo haga, y si deseas dar el siguente paso, estaré feliz de que me alcances- Besa su frente a modo de despedida- cuídate mucho preciosa, felices fiestas - camina hacia la puerta principal, cerrándola al salir. Nora se queda ahí de pie, mirando la puerta cuando la campanilla de la cocina suena avisándole que las galletas en el horno están listas.

Camina hasta la cocina, del horno extraer la charola, pero está cae al suelo al quemarla, y las galletas se rompen, cómo ella. Comienza a llorar, sintiendo esa amargura que ignora de dónde proviene, y que siempre en estas fechas la embarga. Con torpez limpia y recoge el desastre. Sus manos tiemblan. Esa melodía vuelve a sonar en su mente. La tararea, sólo así siente un poco de paz. Sus dedos cosquillean. La sensación de su pecho es más intensa. Deja todo y va hasta su habitación; de su closet extraer el estuche de su violín. Lo abre y toma ambas piezas de su interior. Las notas son vividas en su mente, obligándola a tocarla como si se le fuera la vida misma entre las cuerdas de su instrumento. Añoranza, deseo, desesperación. Solo deja que la música fluya y la envuelva, dándole un poco de ese alivio que parece obtener después de tocarla.

Vuelve...

La voz en su cabeza la llama. Sus ojos están cerrados. Sumergida en el embrujo de la melodía.

Vuelve...

Su corazón late con tanta fuerza que siente saldrá de su pecho. Sumergida en sus notas abre los ojos. Siente las mejillas empapadas por las lágrimas. "A dónde? A dónde debo regresar?" Se pregunta con angustia.

Vuelve...

Entonces frente a ella, en el espejo de cuerpo completo; cómo olas de mar, su reflejo la mira. Es ella, lo sabe, pero viste diferente. No sabe en qué momento a dejado de tocar; cómo si estuviera hechizada, comienza andar hacia su reflejo. La mujer le sonríe. Lo hace con tristeza, pues no alcanza a iluminar sus ojos cuando lo hace. Escucha la voz llamándola. Una vez que está de pie frente al espejo, la imagen se desvanece y en su lugar la silueta de un hombre de cabello negro le da la espalda. Es alto, de complexión delgada. Un elegante traje moldea la silueta de su cuerpo. Nora se queda perdida en la forma de su espalda, una sensación más fuerte tira de ella, impulsando  a atravesar el espejo e ir hacia él." Quién es él?".

El hombre al otro lado del espejo se gira. Quedándose de piedra la mira sin parpadear -Emily...- su voz es casi un susurro. Avanza hasta el espejo y estira su mano hacia ella. Los dedos le queman por tocarla. Nora hace lo mismo y toma su mano. La fuerza la jala y empuja desde su espalda obligándola a cruzar por el espejo. Una sensación de vértigo la embriaga y al iinstante, después de cruzar, su cuerpo pierde todas las fuerzas, sus piernas dejan de sostenerla, envuelta en la obscuridad, se desvanece.

20 de Dicembre, 1920; Inglaterra.

Es Emily, no puede creerlo. Ella yace en sus brazos. En su mano sostiene un violín , viste ropas extrañas. Edward la mira facinado. 5 años desde aquella horrible noche. No creía en el amor, pero cuando la conoció, todo su mundo cambio. Su sonrisa, la alegría y la magia con la que veía las cosas, su voz. Todo en ella lo embrujo por completo.

Y ahora estaba de nuevo con él, cómo lo había prometido. Deslizó una caricia por su rostro, su cabello se había esparcido por éste. Delgados mechones del color del oro se deslizaron entre sus dedos, mientras delineaba con la mirada aquellas cejas obscuras que contrastaban en lo nivea de su piel.

Alzándose con ella en brazos, la deposita sobre su cama. Es tal cuál la recuerda; siente que de nuevo vuelve a respirar.

Esa noche atraparon al culpable. Un hombre ahogado en los placeres mundanos,  lo llevaron a cometer semejan atrocidad. Iba por él, pero Emily lo vio antes que los demás y se interpuso, salvando su vida. Cuántas noches deseando haber sido él, pero también lo embriagaban los celos, si el no estaba otros estarían más que dispuesto a casarse con ella. No, imposible, Emily era suya, sólo suya.



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En el texto hay: navidad, reencarnación, promesa de amor

Editado: 01.12.2019

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