Estaba completamente seguro de que las explosiones eran provocadas por la misma oscuridad. Tal vez en consecuencia de algún cortocircuito de alguna casa cercana.
Todos en la sala estábamos tensos. Sabíamos que esto era algo más que una simple oscuridad, era una exterminación.
Vi como Mike caminó hacia la ventana.
En ese momento, una segunda explosión resonó cerca de la casa, aún más fuerte que la anterior. Pudimos ver el color rojizo del fuego causado por la detonación, junto a su onda expansiva, la cual acababa con todo a su paso.
Los cristales de nuestra sala no fueron la excepción. Estos se rompieron debido a la fuerza de la explosión.
Los trozos de la ventana volaron por toda la sala, impactando y rasgando los muebles cercanos. Algunos se encajaron en la pared, impulsados como si fuesen dardos de cerbatana, otros únicamente alcanzaron a romper los objetos de porcelana que estaban en los muebles cercanos, mientras que otros lograron rasguñar las lámparas del lugar, las cuales estaban inservibles por el momento, así que no le tomamos importancia a estos objetos.
Todos, en el momento que las explosiones hicieron volar los cristales, saltamos detrás de los muebles, buscando cualquier objeto que nos pudiese proteger de los mortíferos trozos.
La sala quedó completamente hecha un desastre, pero, podía asegurar que todos nosotros habíamos salido ilesos, ya que todos alcanzamos a ocultarnos de los vidrios.
O eso suponía.
Después de que transcurrieron unos cuantos minutos de que los vidrios se hicieron añicos, hicimos un pequeño recuento de los daños. El florero, al igual que algunas estatuillas de colección que Ross tenía en el lugar, estaban completamente destruidas, no tenían remedio en lo absoluto. Otras, en cambio, habían resultado con daños graves, pero no eran pérdida total.
Los sillones de la sala estaban cubiertos por completo de cientos de fragmentos de los vidrios que habían sido despedido en todas direcciones, por lo que ninguno de nosotros los usaría hasta que lo limpiásemos apropiadamente. Se podían sentir las astillas cuando pasábamos la mano por uno de ellos.
Todos en la sala estábamos completamente ilesos debido a nuestra gran velocidad de reacción. Volteé hacia todos lados buscando a los chicos para constatar que así eran las cosas, pero, fue en ese momento que me percaté de que algo estaba mal. Solo podía ver cinco sombras en la sala, y con la mía serían seis.
Había una persona que faltaba.
Unos instantes después, Van se dio cuenta de lo mismo y comenzó a caminar por toda la sala, buscando a la séptima persona habitante de esta casa.
Buscó detrás de los sillones y las mesas volcadas, pero no lo pudo encontrar por ningún lado. Era como si hubiese desaparecido.
—Esto tiene que ser una broma.
Y, en el caso de que en realidad fuese una broma, no creo que este sea el momento apropiado para hacerlas, y menos de ese tipo.
Estaba concentrado pensando en que esto podría ser una broma cuando creí escuchar una leve respiración a un lado de mí. Volteé rápidamente y vi a una persona parada a un lado de mí. Sus ojos parecían brillar y tenía una apariencia de lo peor.
Yo nunca había creído que los zombis eran reales, sino que estos eran producto de la ciencia ficción de las películas. Pero, lo que vi frente a mí me hizo dudar completamente de esto.
Su cara no parecía tener carne, y avanzaba dando tumbos. De su rostro sobresalían figuras geométricas con bordes afilados como cuchillas, como si hubiese muerto apuñalado con cientos de objetos puntiagudos en la cara.
En ese momento, un pensamiento pasó por mi cabeza.
Tenía que actuar rápidamente si esa persona era quien yo creía. Extendí mis manos y toqué su cuerpo, frío. Estaba lleno de objetos con bordes y una especie de líquido caliente emanaba de estas.
Al tocarlo, lo solté inmediatamente. Gracias a un destello de luz que dio en el lugar en ese momento, me pude ver las manos y logré contemplar por completo a la persona ahí parada.
Sangre, había sangre en mis manos. Era imposible que confundiese el color y el olor característico de la sangre ¿humana? Entonces, quiere decir que…
–¡Mike!
Una voz a un lado de mí gritó, aturdiéndome por completo. Era una voz chillona a la vez que se quebraba. Podía identificar que estaba al borde del llanto, desesperada. Esa era Katy.
En ese momento, el cuerpo frente a mí se tambaleó una vez más y cayó al suelo. Extendí mis manos para cacharlo e impedir su caída. Mi ropa por completo se manchó de un líquido rojo que no saldría en mucho tiempo. Cientos de cortes se me hicieron en el momento en que lo toqué.
Los brazos me comenzaron a escocer más a medida que tomaba el cuerpo que caía. Puedo asegurar que no menos de una decena de cortes se habían hecho en el momento de atraparlo, además de los que se hicieron después.
Lentamente, lo acosté en el suelo mientras Katy y Van se acercaban, seguidos de Ross y Jack. Parecía que Eveline no se había percatado aún del estado en que se encontraba Mike.
Editado: 28.06.2020