Oímos las explosiones muy cerca de la casa, por lo que me acerqué a la ventana a ver qué estaba pasando exactamente afuera. Caminé lentamente, con la precaución necesaria ante estos casos.
Llegué a la ventana y miré calle abajo. Una bola de fuego se podía ver tenuemente a lo lejos. Era como una especie de hongo, como si una bomba táctica hubiese caído por accidente en el lugar.
Y, fue en ese momento, que solo alcancé a ver un pequeño resplandor y un estruendoso sonido. Una explosión había ocurrido casi frente a la casa. La onda expansiva comenzó a destruir principalmente los cristales de las ventanas de las casas cercanas.
En ese momento, me giré rápidamente hacia donde estaba Eveline, la cual aún estaba sentada frente a la televisión, como si esperase algo en especial. Algo que no iba a suceder.
Yo sabía que ella no iba a poder buscar un refugio a tiempo, por lo que, en el momento en que los cristales comenzaron a crujir ante la intensidad de la onda expansiva, me lancé sobre el cuerpo indefenso de Eveline, la cual seguía mirando el televisor sin darle importancia a lo que estaba sucediendo a su alrededor.
¿Por qué me lancé a salvarla? Supongo que nunca lo sabré en realidad, pero, no creo que necesite una explicación para lo que yo haga.
En el momento en que mi cuerpo hizo contacto con el de Eveline, los vidrios de nuestra sala se hicieron añicos, volando hacia todos lados. Pude sentir como cientos de cristales se enterraban en mi cuerpo. Quería gritar. Me dolía, pero, no podía hacerlo.
Un pequeño trozo de cristal había cortado mis cuerdas vocales. ¿Cómo sé esto? Fácil, trataba de hablar, pero no me salía sonido.
Cientos de trozos, grandes y pequeños, atravesaron mi cuerpo como si fuesen balas extremadamente afiladas, con el propósito de acabar con mi vida. No estoy seguro que Eveline haya salido ilesa, pero, al menos, logrará sobrevivir ya que la mayor cantidad de fragmentos dieron en mi cuerpo.
Me duele. Siento con la sangre brota por todas partes. Tosí. Sangre salía de mi boca, pero no se escuchó en lo absoluto. Silencio. No podía escuchar nada en lo absoluto. Me había quedado ciego por completo.
Traté de abrir los ojos. Ciego. Un gran trozo de cristal me había golpeado de lado y había perforado mi ojo izquierdo, desde donde la sangre salía como una verdadera cascada, sin intenciones de detenerse.
De pronto, otro fragmento, más chico que mi mano, golpeó mi rostro nuevamente, cortando mi ojo derecho desde la cuenca. Otra línea de sangre salía desde mi rostro.
Estaba perdiendo una gran cantidad de sangre. Sabía que iba a morir. Sí, definitivamente iba a morir, no había manera de que me salvase después de ver todas mis heridas.
Traté de mover mi mano derecha. Se movió lentamente. Traté con el izquierdo. Ni siquiera se movió, ya que se encontraba tirado a casi dos metros de mi cuerpo. La gran cantidad de vidrios desprendidos por la onda expansiva me lo había cortado limpiamente, y la sangre salía a borbotones desde el muñón.
Sentía cómo mi cuerpo gritaba. Cientos de heridas en mi cuerpo sangraban. Mi cuerpo estaba a de un color rojo. Pero, lo más importante. Eveline estaba completamente a salvo. Ella viviría. Yo, no lo creo.
Me levanté lentamente. Los tendones de mis piernas habían sido cortados, por lo que caminar correctamente era imposible para mí. El suelo estaba lleno por completo de vidrios listos para cortar la carne de quien pasase por sobre ellos.
Traté de avanzar hacia donde alguna persona me pudiese ayudar, pero, no podía ver en lo absoluto. Sentía dolor. El dolor estaba nublando mi pensamiento. Logré apoyarme en una mesa que alcancé con mi brazo casi deshecho en su totalidad, al mismo tiempo, mi cuerpo comenzó a derrumbarse. Apoyé lo que quedaba de mi pierna izquierda en el suelo.
Traté de levantarme lentamente mientras mi cuerpo se rompía. Era frágil como el cristal. La vida de una persona es muy frágil. Entonces, ¿cómo podemos llamar al vidrio la cosa más frágil del mundo?
Intenté hacer ruido, pero no podía. Mi cuerpo se tambaleaba. Gritaba. Mis músculos estaban rasgándose cada vez más. Sentía como si tuviera cientos de agujas dentro del cuerpo, perforando todos mis órganos, los cuales seguramente estaban sangrando. No me quedaba mucho tiempo de vida, pero, al menos, quería despedirme.
Tenía que decirles adiós. A Katy y a Jack, tenía que despedirme de ellos principalmente. Sentía como mi cuerpo se caía al suelo. Había llegado mi hora de partir. Lo sabía.
Pero, no caí al suelo. Alguien me atrapó. Sabía que su cuerpo se llenaría de heridas con tan solo tocarme un momento, pero, no le importó. Me dejó en el suelo lentamente. Estaba respirando dificultosamente. Mi corazón estaba a punto de dejar de latir por completo.
No podía oír nada. Cientos de cristales habían golpeado mis oídos. Era un verdadero milagro el que estuviese vivo. Estaba sordo por completo. Mudo y Ciego. Desangrándome en medio de la oscuridad.
De pronto, sentí como algo era depositado en mi pecho, el cual estaba destruido por completo. Se podía ver la condición de mis órganos desde el exterior. Cosas que deberían estar ocultas estaban a plena vista.
Y, después de menos de tres minutos de que el caos se había desatado producto de las explosiones. Sentí que mi conciencia se apagó. Morí.
Editado: 28.06.2020