Si bien la muerte repentina y horrorosa de Mike nos había golpeado a todos, no podíamos quedarnos más tiempo en este lugar, necesitábamos irnos de aquí a buscar a las otras seis personas que Van había mostrado, con las cuales, sería posible detener este final.
Tomamos el cuerpo de Mike y lo llevamos al patio. Cargado entre los dos únicos hombres que quedábamos. Las manos se laceraban con tan solo rozar su piel, por lo que tuvimos que usar unos guantes de herrería para evitar cortes.
En el patio, Katy y Ross cavaron un agujero lo bastante grande como para que entrara perfectamente el cuerpo de Mike. Este no era tan grande ni tan pequeño. No era tan robusto, pero tenía fuerza suficiente.
Tal parece que Eveline aún no comprendía lo que estaba pasando. Si mirada estaba perdida. Había algo en su figura que podía asegurar que no estaba ahí antes. Pero, no lo supimos hasta que ella cayó al suelo mientras se tomaba su pecho.
Se escuchó un golpe sordo en el momento en el que Eveline cayó al suelo. Y, como si hubiese sido previsto, una lluvia se desató en el lugar, enlodando el patio de nuestra casa.
Una línea de sangre brotó del cuerpo de Eveline, manchando ligeramente el suelo del patio. El vestido que Eveline acostumbraba usar se había teñido en su mayor parte de rojo debido a la pérdida de sangre y a la de Mike.
Justo cuando terminamos de cubrir la tumba improvisada de Mike, nos percatamos del estado de Eveline. Ella también estaba luchando por su vida.
Corrí hacia ella. Estaba respirando rápidamente. Comenzaba a convulsionar. Sabía que ella también moriría si no había algo rápido. Volteé su cuerpo lentamente, y encontré la causa de todo. Un cristal de gran tamaño impactó de lleno en su pecho. No estaba seguro si había golpeado el corazón, pero, si no lo había hecho, debería haber alguna oportunidad de salvarla.
Tomé el cristal y traté de sacarlo lentamente. Debido a la adrenalina no recordaba con claridad mis clases de primeros auxilios, por lo que no recuerdo si se debe de quitar el objeto lacerante en estos casos. Lo retiré después de casi 30 segundos de forcejear con él.
Tomé el cristal. Este cortaba mi carne como si fuese un cuchillo cortando la mantequilla. Lo arrojé lejos, alejado de los demás para evitar problemas.
Van llegó tan solo unos instantes después. Tomó de igual manera su collar y depositó la perla en la herida. De inmediato, Eveline volvió en sí.
Aún no podía controlar la pérdida de sangre, la cual salía escupida desde la herida, por lo que casi puedo asegurar que el cristal perforó una arteria. Si no encontraba una manera rápida de poder controlar tal pérdida de sangre, ella sin duda moriría debido a esto.
Corrí rápidamente a la cocina. Estaba entrando en pánico. Casi puedo asegurar que me encontraba en peor estado que Eveline, y eso que de su pecho brotaba un géiser de sangre.
Sentía como mis manos temblaban. No podía moverme bien. Estaba entorpeciendo mis movimientos.
Yo no hacía esto. Yo trataba de ayudar. Trataba de estar calmado ante cualquier situación. Era como si alguien más estuviese haciendo que mi cuerpo actúe de manera rara. Si lo digo coloquialmente, es como si hubiese “hackeado” mi cuerpo.
No sé si esa es la manera correcta de expresar lo que sentía, pero, si no es la adecuada, al menos sirve para explicar el punto fácilmente.
Rebusqué en los cajones de la cocina en busca de algo para poder ayudarla. Sabía que no podía perder el tiempo tratando de buscar algo en específico. Tenía que ser rápido, más rápido que la sangre saliendo de su cuerpo.
Entonces, me detuve.
Ella tenía un trozo de vidrio en el pecho, casi a la altura del corazón, el cual yo había retirado, forcejeando un poco con este. Es muy probable que la herida que ella tenía, yo la haya agravado debido a mi nerviosismo.
Tan solo espero que dure unos cuantos minutos. Tengo que encontrar rápidamente algo, algo que me ayude con eso.
Mientras pensaba, no me percaté de que alguien había entrado en la cocina hasta que sentí a alguien detrás de mí. Una voz suave alcancé a escuchar, pero, cuando volteé para ver quién era, el lugar estaba completamente vacío. Solamente yo estaba ahí.
Sentía una extraña sensación arremolinándose en mi interior. Me giré hacia la puerta de la cocina y corrí. Hui.
Llegué rápidamente al patio, en el cual, Eveline estaba tirada. Sus ojos habían comenzado a perder su brillo, se estaban tornando cristalinos.
Nunca he sido creyente sobre la vida después de la muerte, pero, espero que esto no se quede así para ella. Sin creer en espíritus, podía afirmar que podía ver como su alma estaba a punto de dejar su cuerpo.
Ella estaba a punto de morir. No podía dejar de sentir cierto remordimiento, ella se pudo haber salvado de no haber actuado tan impulsivamente.
–No, ella iba a morir…
Escuché un leve susurro a un lado de mí. Una mano se posó sobre mi hombro. Logré percibir un ligero olor a un conocido perfume. Van. Después de haber convivido el tiempo suficiente, puedes identificar a las personas por sus características distintivas, sin necesidad de verlos.
Editado: 28.06.2020