Preludio Final

XIX - Persecution

¿Alguna vez has experimentado la sensación de estar al borde de la muerte?

2X12

Estaba corriendo en medio de un bosque, no sé dónde me encuentro. Era de noche, por lo que estaba luchando por no estrellarme contra algún árbol, o tropezarme con una raíz.

Mi respiración se hacía cada vez más rápida, el corazón trabajaba más de lo normal. Las ramas bajas de los árboles estaban impactándome por todo el cuerpo mientras corría.

Tenía arañazos y cortes por todo el cuerpo. No estaba perdiendo mucha sangre, ya que todas las heridas eran superficiales, causadas por las ramas afiladas que se interponían en mi camino.

Podía escuchar disparos justo detrás mío. Estaban a punto de alcanzarnos.

De pronto, sentí el roce de un proyectil en mi pierna, provocando un corte de casi 5 cm. Este comenzaba a sangrar profusamente.

Caí al suelo. Estaba gritando. Era un dolor insoportable. Sentía como si me estuviese quemando la pierna lentamente.

Grité, pero nadie me escuchó.

Estaba completamente sola, nadie vendría por mí en este momento. Después de todo, nos querían muertos. Habíamos sido rechazados por todos.

Estaba en el suelo, con una herida que no dejaba de sangrar. Estaba llorando. El frío de la noche pasaba por los árboles, golpeándome completamente. No tenía manera de sobrevivir.

Levanto un poco la cabeza, no puedo ver absolutamente nada. La luz de la luna no logra traspasar la densa capa de árboles del bosque.

Estaba atrapada. No tenía una salida.

¿Mi vida terminará así?

Logro ver una especie de agujero a unos pocos metros de donde estaba. Escuchaba cada vez más cerca a los drones. Estaban a punto de alcanzarme.

Trato de arrastrarme a ese lugar, pero mi cuerpo no responde. Estoy asustada. Tengo frío. Me duele mucho.

El pelo blanco que esta mañana mi madre había cepillado mientras cantábamos alguna que otra canción clásica ahora estaba hecho un desastre. Se había tornado de un color marrón, además, tenía hojas y ramas, las cuales se me habían ido pegando mientras corría.

No podía entender nada de lo que sucedía a mi alrededor. Estaba completamente sola.

Poco a poco, me arrastraba al agujero que había visto. Las raíces de los árboles eran gruesas, por lo que no sería fácilmente traspasada por los proyectiles de los drones.

Estaría a salvo.

Los pantalones que llevaba estaban llenos de cortes, y, uno que otro de estos, tenía sangre fresca.

Escuché otra ronda de disparos. Menos de cien metros de separación había entre los drones y yo. Podía lograrlo.

Uno de los disparos acertó en un árbol cercano, cortándolo desde el punto de impacto. El árbol comenzó a caer.

Miré la caída, parecía en cámara lenta.

Un estruendoso ruido llegó mis oídos. El árbol levantó hojas y ramas, tirándolas hacia todas las direcciones.

Continuaba arrastrándome.

Iba dejando un casi imperceptible rastro de sangre fresca sobre el suelo repleto de hojas muertas. Era un cuadro natural con una pincelada de rojo, la cual resaltaba si lo miras en la luz, pero en oscuridad, es completamente imperceptible.

En el momento en que logré llegar al agujero, los drones se hicieron presentes en mi campo de visión. Nunca había visto uno de esos, pero, hay una primera vez para todo en esta vida, ¿no es así?

El dron no medía más de 30 cm.

Parecía un simple tubo de papel. Tenía una luz roja en la parte trasera. Un par de aspas y un pequeño motor eran los encargados de que el dron permaneciera en el aire.

Una especie de agujero en la parte frontal era la encargada de distinguir a los objetivos. No creo que sean lo suficientemente efectivos para encontrarme en la noche, con tan poca iluminación.

Incrédula.

En ese momento, los tres drones encendieron una luz. Ellos sabían que estaba cerca. Sentí un ligero escalofrío.

Me encontrarían. Yo, iba a morir aquí.

Los tres haces de luz recorren rápidamente el lugar cercano a mí.

No me encontrarán, pienso.

Ingenua.

Uno de los haces de los drones se detiene frente a la entrada del agujero, parece que encontró algo.

¡Claro, la sangre!

Eso era algo que hasta yo sabía. Después de todo, la naturaleza es un cuadro, y solo con la luz encendida es que puedes notar los detalles en los cuadros.

Era una regla básica.

La sangre fresca del rastro, los drones la habían encontrado.

Se escucha un disparo.

Cierro los ojos en el momento en que escucho la detonación, pero, esta no me impacta, por lo que aún no saben dónde estoy.

O eso pensaba.

De pronto, el sonido de la caída de un árbol resuena. El techo del agujero donde estaba escondida es aplastado por un árbol, el cual rueda hasta tapar la entrada.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.