Premoniciones: M.O.R. [#1] [completa]

"Capítulo 3: La chica del bus (parte 1/2)"

Solo había pasado una semana luego de aquella “gran coincidencia” como había decidido llamarlo, hasta que otra “coincidencia” llego en forma de sueños.

Instituto N.F., clase 2-5

—Señorita Labrot, ¿qué la tiene tan entretenida como para no prestar atención en clases?— regañó la profesora a cargo a una de las estudiantes.

—Lo siento— se disculpó la estudiante.

La estudiante era una niña de baja estatura, tal vez de un metro cincuenta y cinco, cabello lacio y negro, cuerpo pequeño y llevaba puesto el uniforme reglamentario.

—Bien, tomaré examen de los últimos temas hablados en la clase a partir de "Los Derechos Humanos" la próxima semana y no se olviden de la tarea para el hogar— avisó la profesora.

—Sí, Profesora Bech— respondieron los estudiantes al unísono.

Y el timbre del descanso sonó.

Los estudiantes salieron rápidamente del salón de clases a excepción de uno de ellos, la niña que había sido regañada segundos atrás.

Estaba tecleando un mensaje en su teléfono.

<< ¿De qué manera puedo hacerte entender que no quiero nada contigo?, deja de buscarme o voy a denunciarte con la policía y esta vez será en serio>>

En ese momento, una estudiante entró al salón de clases.

—Mila, ¿no saldrás al descanso?— preguntó.

—Sí, enseguida voy— respondió ella.

Ella guardó su teléfono en uno de sus bolsillos y salió al descanso.

Cuando intento salir al patio del instituto, cuatro estudiantes le bloquearon el paso.

—¡Otra vez ustedes!, ¿no saben leer o qué?— preguntó furiosa— ¡Acabo de enviarles un mensaje!— le dijo a uno de ellos, pero por alguna razón sus rostros no podían distinguirse.

—¿Por qué crees que estamos aquí?— preguntó con un tono de malicia—Hablemos y prometo que te dejaremos en paz.

Ella los observó con desconfianza y soltó un suspiro irónico.

—Sí, claro, como si realmente fueran a hacer eso— se quejó.

—Lo prometemos— aseguró.

—Bien— se rindió molesta.

Ellos la guiaron hacia un lugar alejado del edificio principal del instituto y ella con desagrado siguió sus pasos.

—¿A dónde estamos yendo?— preguntó ella temerosa luego de estar lo suficientemente alejados del ala principal.

—Ya llegamos, no te preocupes.

Se detuvieron en un galpón frío y oscuro, lleno de mesas viejas y sillas, sin rastros de ninguna otra persona alrededor.

—¿Por qué estamos tan alejados?— preguntó con incomodidad, temerosa.

—Queremos hablar tranquilos sin que nadie nos interrumpa.

—Bien, los escucho— respondió nerviosa.

Dos de ellos se posicionaron a sus lados mientras que los otros dos quedaron frente a ella.

Ella los observó y tenía más que claro que algo no andaba bien.

—Me están asustando— dijo ella con sus palabras entrecortadas.

Y ellos formaron una sonrisa.

—Esa es la idea— respondió uno de los que estaban frente a ella.

Con pasos ralentizados se alejó lo más que pudo, sin embargo, una pared a sus espaldas detuvo sus pasos.

—¿Por qué hacen esto?— sus ojos se tornaron vidriosos.

—No lo sé, tal vez por diversión.

Las próximas escenas se tornaron borrosas y entrecortadas, aparecían como destellos y en ellas, unos números continuaban apareciendo. En una de ellas, podía ver a la estudiante envuelta en lágrimas y con uno de ellos tratando de quitarle el uniforme, en otra, ella se encontraba solo en ropa interior y con el miedo impreso en su rostro y en la última escena estaba ella tirada en el suelo con solo su ropa interior cubriéndola con lágrimas mojando su rostro mientras se encontraba inconsciente con su uniforme esparcido a sus lados en aquella habitación fría y lejana.

...

Desperté con la respiración entrecortada y se me vino a la mente una frase del sueño que me parecía extrañamente familiar.

"No lo sé, tal vez por diversión"

Pero no recordaba donde la había oído y me persiguió por el resto del día.

—Loa—llamó Narel.

Yo me encontraba sentada en una de las mesas del café con la mente dispersa.

—Loa— llamó nuevamente— ¿Qué te ocurre?— preguntó al acercarse a la mesa.

Sacudí la cabeza para alejar aquellos pensamientos y volver a la realidad.

—Loa, ¿qué está pasando?— preguntó Narel con preocupación.

Lleve la mirada hacía ella, sin embargo, aquel sueño seguía completamente latente en mi cabeza.

—Lo siento, simplemente no he dormido bien anoche— me excusé.

—¿Por qué no intentas descansar un rato en la aérea de descanso?

—No, no te preocupes, estoy bien, ¿querías decirme algo?

—Hoy es la segunda prueba del vestido, ¿recuerdas que vendrías conmigo?, pero si no estás con ganas, no te preocupes, puedo pedirle a mi madre que me acompañe.

Negué con la cabeza.

—He dicho que iría contigo además muero por ver lo preciosa que vas a lucir en esos vestidos— sonreí.

Narel me devolvió la sonrisa.

—¿Segura?, no es problema para mí, mi madre vendría encantada.

—Narel, estoy bien— afirmé.

Ella asintió.

—Kaein nos ha dado la tarde libre así que saldremos en media hora, ¿de acuerdo?

—Claro.

Me dirigí hacia el cuarto de descanso donde se encontraban los casilleros personales para cambiarme el uniforme reglamentario del café.

Media hora después salimos del café y nos dirigimos hacia la boutique de vestidos de novia.

Camino allí comencé a sentirme más cansada de lo normal, las consecuencias por no haber podido dormir bien anoche estaban saliendo a flote.

—Tú espera aquí mientras me pruebo el primer vestido— dijo Narel emocionada.

Sonreí ante su emoción y asentí.

Mientras esperaba por Narel decidí dar un recorrido por la tienda para evitar quedarme dormida.

Me detuve en la vidriera que daba hacia el exterior de la tienda y repasé con la mirada aquellos vestidos expuestos en los maniquíes, ni siquiera yo podía entender como a mi edad aún no había conocido a nadie y la idea de casarme lucia realmente lejana.



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En el texto hay: asesinatos, premoniciones, crimenes y asesinatos

Editado: 02.05.2023

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