"¿Has encontrado algo acerca del paradero de los estudiantes?"
Envié en un mensaje a Aryan. Si la policía no se encargaba de ellos, nosotros lo haríamos.
Mi teléfono sonó, era un mensaje de Aryan.
"Vamos a encontrarnos, nos vemos en el café "Dulce Esencia" en media hora"
¿Sabía que trabajo allí?, de todos modos ya me encontraba aquí por lo que solo debía esperar por él.
—¿Por qué no me has contado sobre él?— reclamó Narel "molesta".
Yo la observé confundida.
—¿De qué hablas?
—Hay un apuesto hombre preguntando por ti.
Observé mi reloj, ¿ya había pasado media hora?
—Debo hablar con él, ¿puedes cubrirme por un rato?— pedí— Prometo contarte sobre él.
Alice asintió.
Me acerqué a la mesa donde se encontraba Aryan.
—¿Cómo sabes que trabajo aquí?, eso se llama acoso.
El rió.
—Acoso mi trasero. Resulta que el dueño de este café, es mi hermano Kaein y al momento de comprobar tu coartada el día del ataque a Mila, aparecías como empleada de aquí por lo que llamé a Kae y él me lo confirmó, además soy cliente regular nocturno.
—¿Eres hermano de Kaein?— indagué atónita.
—¿Por qué te sorprende tanto?
—Es que Kaein es bien parecido, alto y tú— solté una tos incómoda— Pareces bueno en tu trabajo— formé una sonrisa falsa.
Aryan era de complexión delgada con algunos músculos resaltando en su cuerpo. Su cabello era de un color azabache al igual que sus ojos rasgados que estaban acompañados por un brillo particular y de labios alargados ligeramente carnosos mientras que Kaein era alto y estirado de complexión delgada con hombros anchos. Cabello en color castaño oscuro y al igual que Aryan sus ojos rasgados eran de un color azabache, pero lo que resaltaba en Kaein era su sonrisa animada y alegre, lo contrario de Aryan quien juraría que no sabe sonreír.
Él soltó una risa.
—Sí, sabe— pensé en voz alta.
—¿Qué?, ¿estás diciéndome horrendo indirectamente?
—Tú mismo lo dijiste, indirectamente, jamás directamente.
Él levantó una ceja en respuesta.
—Como sea, tengo malas noticias— su tono se apagó.
—¿Qué ocurre?
—Me han despedido del departamento de policía.
—¿Qué?— cerré y abrí los ojos— Esa era nuestra ventaja para atraparlos.
—Lo sé, pero aquel día, mi padre me dejó fuera del caso de los estudiantes y habían restringido toda la información sobre ellos por lo que entré a escondidas a la oficina de mi padre y cuando estaba a punto de abrir sus archivos, fui atrapado y me despidió.
—¡Estás tratando de atrapar criminales!, ¿tiene eso sentido?
—Hay personas que tienen mucho poder y están muy por arriba de nosotros, por lo que somos insignificantes. Yo puedo ser despedido y encontrar otro trabajo, pero mi padre no puede encontrar otro trabajo a su edad, por lo que lo entiendo.
—Entonces, ¿no importa qué clase de policía eres?, si tienes una placa policial entonces, ¿está bien?— hice una pausa— Siento que sea tu padre, pero hay cosas más importantes que el despido y eso es encontrar si o si a los atacantes de Mila. ¡Ellos arruinaron su vida!
—Lo sé, es por eso que prometí atraparlos, pero debemos dejar a mi padre fuera de esto.
—La corrupción también es un delito— le recordé.
—Te lo pido como un favor, los atraparemos pero sin involucrar a mi padre o la estación.
Asentí.
—Bien, solo espero que no sea un problema.
—Te lo agradezco, Loa. Por cierto, ¿recuerdas algo del instituto a que asistían?
—Vi el nombre en mis sueños, pero no puedo recordarlo.
—Tiene que ser uno de los institutos mixtos... ¡El nombre estaba en los archivos!— se autorregañó.
—Déjame pensar.
Traje a mi mente los recuerdos del sueño de Mila, pero solo lo recordaba vagamente.
—Instituto N...—es lo único que se me vino a la mente—N— repetí— Es todo lo que recuerdo.
—¿N.F.?— indagó Aryan.
Asentí.
—¿Cómo lo sabes?
—Recuerdo haber visto la insignia del instituto entre las prendas de Mila que había tomado como evidencia y me recordó cuando asistía a ese instituto.
—Vaya que tiene sus años ese instituto— me burlé— Debemos ir allí y comprobar que realmente asisten allí.
—Tú, enfócate en el trabajo, yo iré al instituto y lo comprobaré, aún tengo mi libreta policial por lo que será de ayuda.
Asentí.
—Voy a comunicarme contigo en cuanto sepa algo.
—De acuerdo, ten cuidado.
—¿Te preocupas por el hermano horrendo?— preguntó divertido.
Sonreí.
—No lo tomes tan personal.
Él se despidió con un gesto de manos y se retiró del café.
POV ARYAN
_____FlashBack_____
—¡Estás fuera del caso!— ordenó el sargento Frago.
—¿Qué?— pregunté confuso.
—¡Que estás fuera del caso!— repitió.
—No puedes dejarme fuera de esto— repliqué.
—Ya lo hice.
—¿Sabes que no voy a quedarme con los brazos cruzados?
Él suspiró molesto.
—Entonces estás despedido por desobedecer a tus superiores.
—¿En serio llegarás tan lejos?— pregunté furioso.
—¿No puedes simplemente quedarte quieto?, ¿crees que estoy de acuerdo con todo esto?
—Esto se llama corrupción y la corrupción es un delito, te lo recuerdo por si olvidaste las leyes.
—Toma tus cosas y vete.
Me silencié unos segundos.
—Bien, pero solo voy a pedirte un favor.
—¿Qué quieres?
—Por más que me quites todo, no vas a poder evitar que siga investigando, por eso solo déjame conservar la placa de identificación policial.
—Sabes que no puedo hacer eso, es ilegal
Solté un suspiro irónico.
—Ya sobrepasamos lo ilegal, un poco más de ilegalidad no afectará a nadie y esto si será por una buena causa. Voy a dejarte a ti y a la estación fuera de esto, pero déjame conservar la placa...¡Siempre has dicho que luche en contra de la injusticia!, ¿es porque tú no podías hacerlo?, ella tiene razón, no tienes derecho a llevar esa honorable insignia en tu uniforme.
Me dirigí a mi escritorio para juntar mis cosas y dejé encima el arma reglamentaria y la placa de identificación.
Guardé mis pertenencias en una caja y me dirigí hacia la puerta de la estación.
—Aryan— llamó mi padre a mis espaldas.
Me giré hacia él.
—¿Qué?
Él me lanzó la placa de identificación.
—No hagas nada estúpido.
La observé y asentí.
—Gracias.
_____FinFlashBack_____
"Instituto NF"
Ingresé al instituto y me dirigí a recepción.
Mostré la placa de identificación.
—Necesito hablar con el directivo.
Ella asintió.
Me guió hasta la oficina de dirección.
—Detective Frago, necesito hacerle algunas preguntas acerca de cuatro estudiantes.
—Tome asiento— ofreció la directora.
Me senté frente hacia a ella.
—Actualmente, cuatro de sus estudiantes están involucrados en dos recientes ataques, por lo que debo solicitar su presencia en la estacion local.
—¿Qué?— interrogó con sorpresa— ¿Cuáles son sus nombres?
Saqué la nota con sus nombres que me había dado Loa.
—Lian Caum, Biel Solina, Neo Orbon y Asel Baene.
—Déjame buscarlos en el registro de los estudiantes.
Asentí en agradecimiento.
Ella tecleó en su computadora.
—Son alumnos de tercer año, están en la clase tres, pero, ¿está seguro de que fueron ellos?
—Es lo que estoy tratando de investigar, pero tenemos la confirmación de parte de una de las víctimas... Por casualidad, ¿podría facilitarme el domicilio de ellos?
—Por políticas del instituto no puedo brindar información personal de los estudiantes, pero puedo permitir que hable con los estudiantes.
—De acuerdo, gracias.
Salí de la oficina y fui en busca del aula 3-3. Al encontrar la sala, unos estudiantes estaban allí recostados sobre el muro del aula con un tabaco entre sus labios.
Me acerqué a ellos, les arrebaté el tabaco de los labios y le mostré la placa policial.
—Hablemos— e hice un gesto para que me siguieran.
Nos acomodamos a un lado del patio trasero.
—¿Qué saben de ellos?— mostré la nota con sus nombres.
—¿Por qué los buscas?— preguntó uno de ellos.
—Nada personal, pero prefiero guardarlo para mí aunque realmente apreciaría su colaboración.
Ellos asintieron.
—Bueno, en realidad no sé mucho. Asisten de vez en cuando a excepción de Baene que es obligado por su padre a asistir regularmente.
—¿Asel?, ¿cómo es su relación con los otros tres?
—Él siempre les dice que hacer o los obliga a hacer cosas para él.
—¿Lo obedecían sin quejas?
—Lian y Biel nunca se quejaban por el contrario lo respetan, pero Neo siempre obedecía como si le tuviera miedo.
Mientras hablaba con ellos, anoté en mi libreta lo más relevante.
—¿Lo vieron el día veintiseis de mayo?
Ellos se silenciaron mientras trataban de recordar.
—Solo los vi durante clases.
Noté que uno de ellos no había hablado y se encontraba sospechosamente callado.
—¿Tienes algo para decir?— le pregunté al estudiante callado.
Él sacó con temor su teléfono y me lo entregó.
—Busque entre las imágenes— dijo inhibido.
Aquel estudiante agachó su mirada.
—Ustedes pueden volver a clases, gracias por su colaboración y dejen de inhalar esa porquería— dije en referencia al tabaco— Tú, ven conmigo.
Nos dirigimos hacia mi coche y entramos en él.
—¿Qué hay aquí?— pregunté en referencia a su teléfono.
Él se silenció unos segundos.
—Aquel día, yo...—comenzó a tartamudear— Mi...la.
Busqué rápidamente en la galería del teléfono las fotos que estaban fechadas de aquel día.
Foto tras foto, finalmente las encontré.
—¿Son ellos?
Había varias fotos de Mila hablando con cuatro estudiantes.
Él asintió.
Seguí pasando las fotos y había fotos similares de aquel día y más fotos de Mila.
—¿Por qué tomaste estas fotos?— pregunté curioso.
—Yo... Siento cosas por ella.
—¿Y entonces?, ¿por qué tienes tantas fotos de ella?, eso es extraño.
—Desde que la conocí comencé a sentir cosas por ella, por lo que el día anterior le había regalado secretamente una blusa, al día siguiente la traía puesta. Me ilusioné tanto que me quede observandola por unos momentos, pero luego la vi hablando con ellos y me pareció extraño, siempre los evitaba, pero ese día no lo hizo, así que tomé fotos, pero al verlas de cerca vi que ella lucia molesta y luego comenzó a seguirlos y yo también lo hice— sus ojos se cristalizaron— No pude hacer nada— las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas.