D-Day
Faltaban unas horas antes de que Aryan pasara por mí para asistir a la boda de Narel. Finalmente había llegado el gran día.
Con la mejor expresión posible me coloqué el vestido y até mi pelo en un recogido. No me esforcé demasiado con el maquillaje porque no era una gran aficionada.
Largué un suspiro. Quería cerrar mis ojos y encerrarme hasta que la boda acabara para que nadie saliera herido.
Las siete de la tarde había llegado y Aryan esperaba por mí. Me acerqué hacia su auto, me subí y emprendimos viaje hacia la boda de Narel, pero antes pasamos por Keb y Mila.
Realmente no estaba bien, mis ánimos habían desaparecido por completo y mi mente estaba en algún lugar del mundo vagando lejos del presente.
"Loa" oí en un eco. "Loa" y una sacudida me devolvió a la tierra.
—¿Eh?— pregunté al volver del trance.
—Que si te encuentras bien— preguntó Aryan.
—Define "bien"— respondí desganada.
—¿Ocurre algo?— preguntó Keb.
—No es nada, solo que no he dormido bien y mi mente está un poco dispersa.
—¿Por qué no intentas dormir un poco?, aún hay tiempo antes de que comience la boda— sugirió Mila.
Agaché mi cabeza.
—Porque tengo miedo— respondí en tono casi inaudible, pero que aun así Aryan logro oír.
Me observó y me consoló con la mirada. No sabía cómo me sentía realmente, pero lo entendía y eso me bastaba.
—Estaré bien una vez que me encuentre con la barra de tragos— bromeé.
Y es que esa era la forma de sobrevivir esa noche sin la paranoia de que cualquier niño podía caer manos de un demente.
Al llegar Keb y Mila bajaron primero.
—Los veremos en la capilla— avisó.
Asentí.
—Nunca voy a saber cómo se siente y si pudiera tomar tu lugar lo haría sin dudar, pero sabes que lo entiendo, ¿verdad?— Aryan animó.
Mis ojos se cristalizaron.
—Estoy cansada, tengo miedo y nunca sentí tantas ganas de alejarme del mundo.
—Tal vez porque nunca lo has visto como algo positivo porque lo es y también es negativo, lo sé, pero nunca voy a cansarme de repetirte que tienes el poder de salvar vidas, evitaste la muerte de varias personas, ¡Están vivos gracias a ti!.. Canek y yo podemos ayudarte, pero si no fuera por ti, nosotros no podríamos hacer nada al respecto antes de que ocurriera.
Asentí con una sonrisa.
—Siempre estaré agradecida con ustedes— limpié mis ojos húmedos y cambie la expresión— Vamos, hoy es una gran día para Narel lo que lo hace un gran día para mí.
Bajamos del auto y caminamos hacia la capilla. Keb y Mila se encontraban ubicados en uno de los bancos finales.
Canek llegó a los pocos momentos y se ubicó junto a ellos.
Jayden se encontraba al lado del altar esperando por Narel con los nervios apoderándose de él y sonreí, no había nadie mejor para cuidar de Narel que Jayden.
Avisé que iría junto a las demás damas de honor.
Quedé frente a Jayden, a un lado del altar. El Padre se acomodó frente al sagrario.
—Pedimos a los invitados que se pongan de pie para recibir a la novia— pidió el anfitrión.
La canción de bodas comenzó a sonar y todos observamos hacia la entrada de la capilla.
Narel se encontraba allí de pie y comenzó a caminar lentamente hacia el altar con su padre, el señor Salip y con ese vestido que habíamos elegido juntas.
Narel lucía más sonriente que nunca y a medida que se acercaba a Jayden, sus ojos se cristalizaron. Al llegar al altar le dio un abrazo a su padre, luego él estrechó su mano con Jay y acto seguido Jayden tomó a Narel de la mano y ambos se posaron frente al altar.
El Padre comenzó con la ceremonia.
—Jayden Rost, ¿acepta por esposa a Narel Salip y promete serle fiel tanto en la prosperidad como en la adversidad, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte los separe?
Jay observó a Narel y sonrió.
—Claro que acepto.
—Narel Salip...—prosiguió el Padre.
Narel irrumpió.
—Sí, acepto.
Los presentes incluido el Padre soltaron una risa.
El Padre hizo un gesto para que ingresaran los anillos y fueron entregados a los novios.
Durante el intercambio de votos comencé a observar a la audiencia. Solo unos pocos niños presentes, pero supe que aumentaría la cantidad durante la celebración, ya que a la ceremonia iban los más allegados.
—Los declaro marido y mujer, puede besar a la novia.
Jayden se acercó a Narel, depositó un beso en sus labios y los presentes llenamos el templo de aplausos y gritos de emoción.
Jayden y Narel salieron tomados de la mano y acto seguido nos desplazamos al lugar de la celebración.
Al llegar fuimos ubicados en una de las mesas cercanas a la pista de baile.
—El lugar es hermoso— comentó Mila.
—Vayan a recorrer un poco si quieren, aún falta para que comience.
En ese momento Kaein llegó y tomó asiento.
—¡Te has perdido la ceremonia!— regañé.
—El tráfico era una locura— se defendió.
—¿Cómo nosotros llegamos a tiempo?— replicó Aryan.
—Tal vez se me ha hecho un poco tarde.
—¿Un poco no más?
—De acuerdo, lo compensaré con un aumento de sueldo.
—¿Qué hay sobre mí?— pregunté con voz nasal mientras tomaba mi rostro con ambas manos.
—Si no dejas de hacer eso, lo único que voy a hacer es degradarte.
Hice un gesto de disgusto.
—¡De todas formas, lo merezco!
—Iré a saludar por ahí, lo más lejano de ti— se levantó y se alejó lo más posible.
Todos rieron.
—Iremos a dar un paseo, vendremos enseguida— avisó Keb.
Asentí.
—¿Por qué siempre quedo en medio de ustedes?— se quejó Canek.
Se levantó y se retiró hasta que comenzó la celebración.
—¿Estás bien?— me preguntó Aryan.
—Estoy bien. He estado observando a los niños, pero sinceramente no tengo idea de quien podría ser.
—Por ahora solo disfruta de la boda, ya me comunique con el detective Cohan y me avisará en cuanto tenga noticias.
Asentí.
En cuanto la celebración comenzó Mila, Keb, Kaein y Canek regresaron a la mesa.
Narel se paró frente a los invitados y tomó el micrófono.
—Primero que nada, agradezco a cada uno de ustedes por estar hoy con nosotros en uno de los días más importantes en nuestras vidas, segundo levanten sus traseros y acérquense a la pista para la primera ronda de baile, ¡woah!— animó Narel.
Keb y Mila fueron los primeros en dirigirse a la pista y desde la mesa podíamos observar cómo se divertían. Sonreí al verlos y el hecho de que gracias a Aryan, Canek y yo estuvieran divirtiéndose juntos y sonriendo de esa manera hacía que el dolor en mi corazón sea más llevadero.
—¿Qué esperan para ir a bailar juntos a la pista?— Aryan dijo burlón a Canek y Kae.
—Hablen por ustedes, Loa, vamos— dijo Canek.
Solté una risa.
—¿Estás loco?, yo no sé bailar— dije entre risas.
—Somos dos, vamos.
Aryan se rio ante la situación y observó a Kae con un gesto de insinuación y estiró su mano hacia él para que lo sacara a bailar.
—No bailaré contigo— apartó la mano de Aryan hacia un lado.
—Vamos— dije a Kaey Aryan— No pasaremos vergüenza solos.
—Ya que insisten— dijo Kae.
—¡Hey!—se quejó Aryan.
Nos dirigimos hacia la pista y unos extraños movimientos comenzaron a surgir de nuestros cuerpos. Keb y Mila se unieron a nosotros seguido de Narel junto con Jayden.
Entre risas, movimientos extraños y celebraciones, la boda llegó a su fin, lo peor todavía estaba por llegar.
POV ARYAN
El día finalmente había llegado en el que sabríamos si las cosas serían como lo habíamos pensado.
Canek acababa de llegar al trabajo.
—Thian se ha tomado el día por parte de enfermo— avisé.
—¿Qué le pasó?
—Desde ayer que no se venía sintiendo bien y pasó toda la noche cubriéndonos.
—De acuerdo. Hablando de anoche, no sabía que eras tan bueno bailando— bromeó.
—¡Ni siquiera sé si pueda llamarle baile a eso!— dije entre risas.
—Al menos Loa ha logrado olvidarse por un momento del sueño.
Asentí.
—Solo espero que las cosas resulten como lo hemos previsto.
Y para entonces nada había pasado hasta que la noche llegó.
Canek y yo intercambiamos miradas desde nuestros escritorios claramente preocupados, ya que todo estaba con calma hasta que las puertas de la estación se abrieron y observamos que por ella ingresaban Narel y Jayden.
—¡Deben ayudarnos!— rogó Narel con desespero.
Canek y yo nos acercamos hacia ellos.
—Narel, ¿qué ha pasado?
Narel cayó al suelo.
—Narel, dime que ha pasado para poder ayudarte— dije mientras intentaba levantarla.
—Yo te explicaré que ha pasado— dijo Jayden.
—Bien— observé a Canek— Quédate con Narel, yo hablaré con Jayden.
Canek asintió y se puso a la par de Narel para intentar tranquilizarla.
Jayden y yo nos dirigimos hacia la entrada de la estación.
—Los padres de Narel se quedaron a pasar la noche en nuestro hogar, ya que habían venido desde lejos y hace tiempo no se veían, por lo que hoy decimos pasar el día en el centro comercial junto con ellos y su sobrino pequeño que también se había quedado, pero solo fuimos con el pequeño porque sus padres estaban cansados del día anterior.
Mi expresión se ensombreció.
—Estábamos en la cafetería cuando Alexander desapareció— se frotó las manos por el rostro— ¡Estaba justo a nuestro lado y no sabemos en qué momento ocurrió!— Jayden se sentó en las escaleras de la entrada— Aún no le hemos avisado a la hermana de Narel.
—Prometo que lo encontraremos, antes del jueves estará de regreso con ustedes.
—¿Antes del jueves?
—Lo siento, si es que el pequeño ha sido secuestrado entonces tenemos tres días para encontrarlo, es el tiempo que se toman antes de que ocurra una tragedia— mentí.
Claramente no podía decirle la verdadera razón.
—Tragedia— repitió con voz quebrada.
—Eso es lo que no ocurrirá, lo prometo. Necesito que me digas el nombre del centro comercial, como iba vestido el pequeño y exactamente donde estaban cuando desapareció.
Jayden asintió y se levantó.
—Por cierto...—sacó algo de sus bolsillos— Esto lo he encontrado en el banco donde nos encontramos sentados— estiró su mano hacia mí.
Era una figura de origami.
—No sé si pueda ser de ayuda, tampoco estoy seguro de que esté relacionado con Alex, pero tal vez pueda significar algo. Loa ha llamado antes para preguntar acerca de un juego en el que el asesino dejaba figuras de origami por lo que me pareció realmente extraño.
Loa había olvidado contarnos sobre los origamis.
—Lo tendremos en cuenta y lo encontraremos— aseguré acompañado de unas palmaditas de consuelo.
Jayden llenó el informe de persona desaparecida y aportó los detalles en él mientras que Narel estaba sentada frente al escritorio de Canek con la mente dispersa. Me acerqué a ella y me puse a su par.
—Narel— llamé— Narel— ella bajó la mirada hacia a mí.
Sus ojos se habían hinchado debido a que no había podido parar de llorar y su nariz se había tornado de color rojizo.
—Lo encontraremos y no lo estoy diciendo para consolarte, realmente lo haremos. Canek y yo vamos a encontrarlo, pero necesitamos que te repongas porque cuando regrese no querrá verte de esta manera, ¿de acuerdo?
Ella asintió y limpió sus lágrimas.
Despedimos a Narel y Jayden para comenzar con la investigación.
Tomé el informe, Jayden nos había facilitado una foto del pequeño.
—Primero debemos dirigirnos al centro comercial y revisar las cámaras de seguridad, el asesino ha confundido a Narel y Jayden como los padres del niño.
—¿Aún hay tiempo?, ¿a qué hora cierra?
Canek observó su reloj.
—Aún son las diez y cierra—comprobó en su computador el horario— A la medianoche, si nos apuramos tal vez lleguemos a tiempo.
—Bien, salgamos ahora.
Ambos salieron de la estación y Canek manejó hasta el centro comercial "Don Mall" que quedaba a media hora de la estación.
Nos acercamos hasta la seguridad del lugar y pedimos ver las cámaras de seguridad al mismo tiempo que le mostramos nuestra placa policial.
—Necesito ver las cámaras de seguridad del día de hoy cercano a las tres de la tarde, estamos buscando a un niño que desapareció estando aquí.
La seguridad del lugar accedió a mostrarnos las cámaras de seguridad y ambos fuimos llevados hacia el final del centro en donde estaba ubicado el cuartel de vigilancia.
Ambos nos sentamos frente al monitor que mostraba las veinte cámaras de seguridad del lugar.
—Son demasiadas— comentó Canek— Bien, haremos lo siguiente— me señaló el lado derecho de las cámaras— Tú te encargas de las cámaras del lado derecho y yo de este lado, avísame si los ves. Recuerda que el niño llevaba una remera roja mangas cortas.
Asentí y comenzamos con la búsqueda del pequeño Alexander.
—Aryan— llamó Koby mientras no apartaba su mirada de una de las cámaras.
Me acerqué a él y fijé la mirada en la cámara que señaló Canek.
—Debe ser él— señaló en la cámara a un niño que deambulaba alrededor de la cafetería.
Canek hizo un acercamiento y detuvo la imagen.
—Así lo han descrito Loa y Jayden— comenté.
—Bien, entonces se supone que ha seguido por este pasillo— señaló otra de las cámaras— Continúa hacia el lado izquierdo y se dirige hacia la salida del centro comercial— buscó las cámaras del exterior— Aryan observa aquí— señaló a un hombre— Estuvo siguiendo al pequeño.
—¿Crees que él lo haya tomado?
—Debemos comprobarlo, en primer lugar realizaremos una copia de las cámaras de seguridad.
Pedí al personal de seguridad que nos facilitaran una copia para poder revisarlo en la estación y una vez que la obtuvimos regresamos para observar con detalles cada movimiento del pequeño.
En la sala de reuniones de la estación colocamos un proyector apuntando hacia una pantalla blanca para transmitir la copia de las cámaras y verlas en detalle.
Observamos a Narel y Jayden junto con el pequeño en la cafetería.
—Allí está el hombre de nuevo— Canek se acercó hacia la pantalla y señaló al hombre.
Llevaba una sudadera negra acompañada de una gorra que cubría su rostro.
El niño estaba jugando al lado de Narel y Jayden, pero lentamente comenzó a alejarse. El hombre sacó algo de sus bolsillos, se acercó con disimulo hacia el banco en el que estaban Jayden y Narel para luego depositarlo sobre él.
Congelé la imagen e hice un acercamiento hacia lo que acababa de depositar en el banco.
—¿Un papel?— preguntó Canek.
Recordé lo que me había dado Jayden. Me dirigí hacia mi escritorio que es donde lo había guardado y volví a la sala.
—Es una figura de origami— deposité la figura sobre la mesa—Jayden dijo que Loa lo había llamado para preguntar por un juego en el que el asesino dejaba figura de origami a los padres.
—¿Tal vez habrá olvidado decirnos?
Asentí.
—El sueño no le habrá advertido que sería un dato importante y por eso lo habrá pasado por alto.
Canek tomó la figura y la desenvolvió dejándola en su forma original. Una frase había escrito en ella.