Su mano se desprendió de la cabina y Dan cayó de espaldas al suelo del carrusel. Se encontraba completamente atónito y él nombre del pequeño no dejaba de dar vueltas por su mente.
"Eitan"
Y se preguntó si se trataba del mismo Eitan del cual había leído la noche anterior.
El pequeño del cual su asesino jamás había sido encontrado y otro pensamiento se le vino a la mente.
¿Y si se trataba del mismo asesino que tomó al pequeño por el cuello durante el trance que tuvo durante la sala de clases? Si es que no había sido más que eso.
Un sonido proveniente de su teléfono sacó a Dan de sus pensamientos.
"¿Vendrás a la Academia?, no puedes perderte la clase de hoy"
Era un mensaje de Jay y Dan sabía que estando próximos a graduarse no podía saltearse clases, sobre todo él que era reconocido por su asistencia perfecta.
"Estoy en camino"
Respondió sin más y emprendió viaje hacia la Academia.
Aún no podía asimilar lo que había visto al rozar la cabina, menos aún no podía asimilar lo sucedido el día anterior con Jay, pero algo tenía en claro Dan y eso que, en ambos pasajes, el asesino era el mismo.
...
—¿Cómo te encuentras hoy?
Jay, quien se encontraba junto a Dan, podía notar que Dan seguía extraño desde ayer.
Solía ser de los más participativos durante las clases, pero hoy estaba completamente apagado y con la mente dispersa.
Dan se giró hacia Jay y luchaba internamente entre contarle lo que había sucedido momentos atrás y que pensará que necesitaría ayuda profesional o mantenerse callado y olvidarse de aquello.
Pero optó por mantenerse en silencio, ¿Cómo alguien más podría comprender algo que ni siquiera él lograba entender?
...
Durante los próximos cinco días, aquel pasaje se mantuvo firme en su memoria. No podía olvidarlo por más que lo intentara, por lo que una vez más, aquella tarde, al finalizar su día en la Academia, se dirigió al lugar al que día atrás juraba no regresar jamás, pero allí se estaba, de pie, frente al gran parque de atracciones 'Cool Zone'.
Nuevamente, caminó entre los restos de las atracciones, que no eran más que piezas oxidadas o plásticos partidos en mil pedazos, pero esta vez se adentró más allá del parque, se detuvo frente a un gran pastizal que detrás cubría un bosquejo, el bosquejo al cual Eitan había sido atraído inocentemente. El temor volvía a invadirlo, pero su curiosidad por descubrir que estaba ocurriendo era mayor.
Avanzó hacia él y con cada paso debía utilizar ambas manos para hacer a un lado el pastizal que llegaba a la altura del pecho de Dan. No sabía cuántos pasos había dado, pero de repente sintió que debía detenerse y una zona en particular atrajo a Dan quien caminó hacia allí.
Algo le decía que era el lugar en donde la vida del pequeño había sido arrebatada y se preguntó como aun habiendo pasado años no habían sido capaces de atrapar al asesino, quien Dan tenía claro que era un empleado, en su momento, del parque de atracciones y que más específicamente se encontraba a cargo del carrusel.
Dan se encontraba totalmente inmerso en sus pensamientos hasta que el sonido lejano de un canturreo lo distrajo de aquello.
El temor que en un inicio sentía se volvió el triple cuando aquella melodía resultó familiar para Dan.
El canturreo provenía del parque de atracciones y si algo había desarrollado a la perfección durante los años que ha estado estudiando criminología, era su intuición aunque sus profesores hayan resaltado en reiteradas ocasiones que no debían dejarse llevar por la misma porque podía jugarles en contra y un criminólogo debía basarse en pruebas y no en lo que ellos creían que sea correcto, pero las intuiciones de Dan jamás se equivocaban y en aquel momento su intuición le decía que nada bueno podía provenir de aquellos sonidos, menos aún cuando se encontraba en medio de un parque de atracciones abandonado.
Caminó de regreso hacia el inicio del bosquejo y un sollozo acompaño el canturreo. El sollozo provenía de un niño y la melodía que resultaba tan familiar para Dan era la que había oído Jay cuando lo tomo del cuello hace cinco días.
Avanzo unos pasos más hasta llegar hacia el carrusel en donde con un rostro de terror observo a un hombre tomando del cuello a un pequeño y el mismo terror hizo que sus piernas perdieran la fuerza, debilitándolo hasta caer de espaldas hacia el pavimento cuando la respiración del pequeño se detuvo.
—Por esta razón sus padres dicen que no deben confiar en los extraños.
El hombre sonrió y tomo el cuerpo del pequeño para luego depositarlo donde solía estar el circuito eléctrico del carrusel.
—Ha pasado un largo tiempo, realmente extrañaba hacer esto— en su voz se oía satisfacción, pero por sobre todo maldad.
Con la poca fuerza que quedaba en Dan, aprovecho que el hombre se encontraba dentro de la cabina y salió corriendo del parque lo más rápido posible.
Y se detuvo cuando sus piernas gastaron la poca energía que le quedaba.
—¡¿Qué debo hacer?! ¡¿qué debo hacer?!
Dan se encontraba totalmente atónito.
—¡No creí que realmente fuera a ocurrir lo que había visto días atrás o lo que sea que haya sido!
Dan comenzó a caminar de un lado a otro en busca de una solución, pero no podía hacer más que regresar hacia el parque y llamar a la policía.
...
Para cuando la policía llegó, Dan aún se encontraba en estado de conmoción.
—Joven, necesitamos que nos brinde declaración en la estación— pidió integrante de la policía local.
—El equipo de Crímenes Violentos ya se encuentra en la escena— avisó uno de sus compañeros.
—Lleva al joven a la estación, yo me quedaré a disposición del equipo.
Dan oía las voces a su alrededor como un sonido lejano y es que, a pesar de ser un futuro Criminólogo, aún no estaba preparado para que un asesinato ocurriera ante sus ojos, menos aún cuando días atrás lo había visto, convenciéndose a sí mismo que no era a lo que debía darle importancia incluso cuando había dañado a Jay.