El sonido de la entrada principal retumbó por el apartamento y por inercia, Dan se acercó hacia ella y al abrirla observo a Jay parado frente a él.
— ¿Qué está ocurriendo, Dan?— indagó Jay rápidamente.
Dan se movió a un lado de la entrada para darle espacio a Jay y que pudiera ingresar a la vivienda, sin enunciar palabra alguna.
Jay lo observó a la espera de alguna respuesta, pero al no recibirla, dio unos pasos hacia adelante, ingresando a la unidad de Dan.
Jay observó al objeto que aún se encontraba en el suelo y nuevamente fijó la mirada en Dan.
— ¿Qué hace eso allí, Dan?— Jay tenía tantas interrogantes rodando por su mente y era hora de que Dan comenzara a contarle lo que estaba ocurriendo.
Dan se acercó hacia la mesa que aún mantenía su almuerzo intacto, tomó asiento y suspiró.
—Recuerdas aquel día en la Academia, ¿verdad?— comenzó diciendo— Aquel día en el que intente dañarte.
Y aunque Jay se encontraba detrás de él, estaba seguro de que había asentido ante su pregunta.
—La verdad es que ha sucedido algo que no puedo explicar y ha transcendido a algo que puedo explicar aún menos.
Jay se acercó hacia la mesa y tomó asiento frente a Dan.
—He estado preguntándome desde aquel día que es lo que ha ocurrido y que está pasando contigo. No eres igual desde aquel día.
—Ese día...—Dan se tomó el tiempo para soltar aquellas palabras que se encontraban retenidas en su garganta impacientes por salir— Tuve una visualización o premonición, como quieras llamarlo, pero lo tuve— tomó aire y continuó— Al principio creí que era producto de mi imaginación, pero si habría sido así, ¿te habría lastimado?
Jay lo observó atónito y es que esperaba miles de razones, excepto esto.
Dan levantó la mirada hacia él.
—Sé que tú encontraras un razonamiento coherente porque yo no puedo hacerlo y acaba de ocurrir nuevamente.
— ¿Qué acaba de ocurrir nuevamente?— aun Jay no podía entender lo que Dan estaba diciéndole.
—El mensaje que te he enviado, fue porque acabo de ver que alguien moría.
—Dan, no entiendo lo que dices...
—Aquel día...Vi como de pronto comencé a caminar por un parque de diversiones abandonado y a susurrar una melodía, la recuerdas, ¿Verdad?— hizo una breve pausa y continuó— Sabía que era yo, pero se sentía como si alguien más estuviera controlando mis acciones porque no había nada que pudiera hacer para evitar mi forma de actuar. Tiempo después, mis manos estaban presionando el cuello de un pequeño niño— los ojos de Dan se cristalizaron— Hasta que se quedó sin aire y su respiración se detuvo... Cuando aquello desapareció, me encontraba tomándote del cuello— Dan observó a Jay brevemente, quien mantenía la confusión en su mirada— Investigue acerca del parque y resulta que realmente existe, por eso, ese día después fui hasta el lugar para entender lo que estaba ocurriendo. En el parque había un carrusel, al acercarme a él y apoyar mi mano sobre la cabina, vi como otro niño había sido asesinado y su cuerpo era depositado dentro de ella, pero previamente había sido llevado al bosquejo, así que me dirigí hacia allí hasta que aquella canción comenzó a sonar. Regresé hacia el parque para investigar la procedencia de la melodía y lo que había visto aquel día, estaba sucediendo ante mis ojos y nuevamente no pude hacer nada para evitarlo.
Dan hizo silencio al igual que Jay. Sabía que debía darle tiempo a que procesara cada una de las palabras que salieron de su boca y no iba a ser fácil, solo tenía tres posibles conclusiones.
Uno, Jay creería que Dan se había vuelto completamente loco. Dos, y la que esperaba Dan que fuera, es que hay una razón lógica y coherente para lo que estaba ocurriendo y casualmente Dan visualizó aquello. Por último, tres, definitivamente Dan tenía una habilidad oculta que acababa de despertar por alguna razón desconocida y efectivamente podía visualizar futuros crímenes e inclusos crímenes sin resolver.
Dan sabía que la opción más probable era la primera.
— ¡Lo has visto! No puedes decir que es una completa locura. Es decir, si lo es, pero, ¿Cómo explicas la melodía y el que te haya tomado del cuello? ¡No era yo, Jay!
—Solo dame un segundo, necesito pensar.
Jay se levantó del asiento y comenzó a caminar de un lado a otro mientras asimilaba aquello y llegaba a una conclusión.
— ¿Entonces dices que ese día viste la muerte de un pequeño, fuiste hacia el lugar por curiosidad y luego sucedió el asesinato?
Dan asintió.
Jay tragó saliva e intentó mantenerse sereno para realizar más preguntas al respecto.
—Bien, ¿qué has visto?
Jay tomó asiento nuevamente.
—Me encontraba conduciendo en medio de una carretera, no había más que acampado a los lados y había una mujer a un lado pidiendo un aventón y me detuve a su lado, ofrezco llevarla y sin dudar se adentra en el vehículo a pesar de las claras insinuaciones de una muerte segura y lo próximo que veo, es que estoy a punto de clavarle una cuchilla— y observa al objeto que aún se encontraba en el mismo lugar de la habitación y Jay lo observa también.
—Cuando logre darme cuenta, lo tenía entre mis manos y rápidamente lo arroje a un lado...Lo único que pude saber de ella, es que su nombre es Sheila.
—Dan, estamos a nada de graduarnos, no puedes salir con estas cosas— pidió Jay.
—Opción uno— pensó Dan en alto— ¿Crees que es una locura?— esta vez Dan se oyó molesto— ¿Qué crees que pienso yo como futuro criminólogo?, ¡por supuesto que también creo que es una locura!, pero, ¿cómo explicas lo que ocurrió?, porque si llegas a una conclusión razonable podré saber qué hacer, mientras tanto intentaré salvar una vida. Tal vez ni siquiera esté en peligro, tal vez ni siquiera haya alguien con ese nombre, pero lo intentaré, porque es nuestro deber y no quiero cargar nuevamente con la muerte de alguien, simplemente porque soy tan necio como para entender que algo o alguien están pidiéndome que salve esa vida.