"Myron Tax, un hombre de treinta y dos años de edad, fue caratulado como "El asesino de la carretera" luego de haber sido arrestado por el secuestro de la joven Shayla Nicole. El hombre habría confesado tener diez asesinatos en su haber, los cuales resultaron ser de jóvenes a las que este individuo les solía dar aventones por la ruta tres.
Las jóvenes no habían sido reportadas como desaparecidas, por lo que fue una sorpresa para los investigadores y las familias aseguran que se habrían marchado de sus casas por voluntad propia y no mantenían contacto desde hace tiempo, es por eso que jamás fueron reportadas.
Myron Tax, recibirá cadena perpetua y permanecerá encerrado en el penal de Browie."
...
—El examen que lo define todo— comentó Jay con emoción a Dan.
Era tarde en la noche y ambos se encontraban en la biblioteca de la Academia preparándose para el último examen para finalmente graduarse y llevar a cabo las investigaciones libremente amparadas por el título de sus carreras.
—¿Y si dura para siempre? — indagó Dan en referencia las visualizaciones.
Aquello no dejaba por un minuto de rondar por su mente día y noche.
—¿Si nunca se detienen? — continuo—Siento que voy a enloquecer.
—Si vuelve a ocurrir estaremos preparados y haremos lo posible para salvar a quien sea que se encuentre en peligro cada vez que suceda, pero hasta entonces debemos prepararnos para el examen final, ¿de acuerdo? — tranquilizo.
Dan asintió sin convicción, pero se había preparado por años para el día en el que finalmente se graduara.
Intento enfocarse en los temas del examen y en silencio se mantuvieron horas estudiando hasta que Dan interrumpió involuntariamente.
Levanto su mirada acompañada de una mirada perdida que mantenía centrada en algún lugar frente a él.
Jay no lo había notado hasta que Dan se levantó de su lugar sin decir una palabra, posiciona su brazo izquierdo hacia la acera como si llevara algo y comienza a dar pasos lentos.
—¿Dan? — llamó, pero no hubo respuesta.
Jay imito su acción y se levantó de su silla para ir detrás de Dan.
Tras varios pasos se detuvo y un silbido comenzó a resonar por el lugar. Jay se alertó, era la segunda vez que lo observaba actuar de aquella forma.
Retoma su camino y minutos después vuelve a detenerse, flexiona levemente sus rodillas y vuelve a retomar su postura, lleva una de sus manos hacia la cintura y hace la mímica como si tuviera algo entre sus manos y el silbido continúa. Levanta la misma mano y la coloca frente a él, presiona levemente en el aire como si aquello imaginario que llevaba en su mano fuera depositado en el algún lugar. El silbido se detiene y Dan se gira para volver sobre sus pasos de regreso hacia donde se encontraba inicialmente, pero no vuelve a sentarse, se queda estático durante un tiempo, mientras que Jay no hacía más que observarlo.
Finalmente, se oyó a Dan.
— ¡Boom! — es la única palabra que esbozo para posteriormente formar una sonrisa maliciosa.
Dan cayó de rodillas hacia la acera y volvió en sí.
Su respiración acelerada hacía eco por todo el lugar y Jay se puso a su par.
—¿Dan? — volvió a llamar.
Su respiración comenzó a normalizarse.
—¿Te encuentras bien? — se oyó nuevamente la voz de Jay.
Recompuso su postura y giro la mirada hacia Jay.
—Doscientas personas se encontrarán en peligro dentro de cinco días— informó.
—¿Lo has visto? — indagó con inquietud.
Dan asintió y se enderezó para regresar hacia el escritorio en el que estaban estudiando.
POV DAN
Me encontraba en un aeropuerto y la gente caminaba con furor en busca de sus vuelos, mientras que otros esperaban por ello.
Doy una rápida mirada hacia mi atuendo, un gorro que cubría levemente mis ojos, un pantalón cargo en color negro, una camisa corta azul y sobre la misma un chaleco con una etiqueta a un lado que informaba que era parte del equipo de mantenimiento y justo debajo, el nombre del lugar en el que trabajaba, "Aeropuerto Internacional de Ezeiza", una caja de herramientas en mano y para finalizar mi atuendo, unas botas de cuero en color azabache.
Vuelvo la mirada hacia el frente y comienzo a caminar.
Salgo fuera del edificio y me dirijo hacia uno de los aviones pronto a salir y me adentro hacia el interior. Me acerco hacia uno de los asientos y dejo la caja de herramientas a un lado y tomo un dispositivo que traía oculto en mi cintura. De la caja de herramientas tomo cinta adhesiva y coloco el dispositivo debajo del asiento cercano a mí y lo rodeo con la cinta adhesiva.
Tomo la caja de herramientas y vuelvo de regreso hacia el interior del aeropuerto.
Centró la mirada hacia una de las pasajeras que se encontraban en la zona de espera, una joven alta con cabello castaño de altura promedio que llevaba dos valijas consigo.
—Quédate un poco más, por favor— pidió una pelirrubia que se encontraba a lado de la pasajera.
—Tal vez si me lo hubieras pedido antes de gastar un mes de sueldo en el pasaje, lo hubiera considerado— bromeo—Además sabes que es lo mejor y es lo que necesito en estos momentos. No me iré por siempre, lo sabes— consoló.
—Es que voy a extrañarte, Anne— comentó la rubia afligida.
—Y yo a ti— la rodeó en un abrazo.
"Pasajeros del vuelo trescientos once con destino a Roma, por favor acercarse a la zona de egreso, por el pasillo tres. Repito, Pasajeros del vuelo trescientos once con destino a Roma, por favor acercarse a la zona de egreso, por el pasillo tres"
Se oyó en los parlantes del aeropuerto.
—¡Es mi vuelo, ya debo irme! — tomó las maletas y se levantó de su asiento.
Dejo las maletas a un lado y volvió a abrazar a la pelirrubia.
—Estaré de vuelta incluso antes de que lo notes.