Los siguientes días, entre Dan y Jay iban turnándose para visitar la habitación noventa y dos en busca de una señal que le hiciera saber que estaba en lo correcto, pero continuaba sintiendo esa extraña sensación de que algo andaba mal.
—Solo tenemos un día, Jay— comentó Dan con notoria preocupación.
—Hay algo que nos estamos perdiendo.
Dan se silenció momentáneamente y se levantó de la camilla para posteriormente salir de la habitación sin enunciar palabra alguna mientras que Jay iba tras él.
—¿A dónde vas, Dan? — interrogó Jay con sorpresa ante su acción.
Pero Dan no hizo más que caminar por los pasillos y entrar en cada habitación en búsqueda de la mujer de la visualización.
Jay únicamente se limitaba a observar a Dan, quien con euforia analizaba cada habitación.
—Bien, ya es suficiente— Jay tomó a Dan del brazo, pero este se soltó y continuo con la búsqueda— ¡Suficiente, Dan!
Jay lo tomó con fuerza de sus hombros posicionándolo frente a él.
—¡Debes detenerte, Dan!
Dan intento desprenderse, pero la fuerza de Jay era mayor.
—¡No lo entiendes! — replicó Dan afligido.
Jay tomó a Dan del brazo y caminaron de regreso hacia la habitación.
—Primero debemos regresar a la habitación.
El rostro de Dan lucia totalmente agobiado.
—No podemos rendirnos, Jay— comentó con voz solloza.
—No lo haremos, eso jamás sería una opción. Pero si nos dejamos guiar por las emociones, nos jugara en contra y no podremos pensar con claridad.
Arribaron a la habitación y Dan se recostó sobre la camilla.
—Iré a dar nuevamente un vistazo a la habitación, por el momento intenta descansar, ¿de acuerdo?
Dan asintió y observó a Jay quien salía de la habitación.
Jay se dirigió hasta el ascensor para posteriormente presionar la botonera en el segundo piso.
Al arribar al segundo piso, noto que se encontraba totalmente vacío y un escalofrío recorrió su cuerpo.
Avanzó hacia la habitación noventa y dos, mientras una extraña sensación lo acompañaba.
Quedo frente a la habitación y con pasos lentos se adentró en ella.
No había cambios en los pacientes y entendió que claramente algo andaba mal.
Jay se acercó a cada paciente interrogando por June, pero nadie parecía conocerla.
Salió de la habitación desesperanzado y volvió de regreso a la habitación. En el camino de regreso por el pasillo, una mujer con vestido negro y unos stilletos negros acompañado de un sombrero en el mismo color, pasó por al lado de Jay llamando su atención, debido a su llamativo atuendo en un hospital y dio una rápida mirada a la habitación en la cual ingreso.
"HABITACIÓN 29"
Jay fue rápidamente hacia la habitación de Dan.
—¿Qué tan seguro estás de que se trataba de la habitación noventa y dos?
—¿Por qué lo preguntas?
—Acabo de ver a una mujer con vestido negro, zapatos negros y unos zapatos de igual color, pero vi que ingresaba a la habitación veintinueve.
—¿Veintinueve? ¡Debo verla!
Dan se levantó rápidamente de la camilla y ambos fueron de camino a la habitación.
El sitio se encontraba totalmente vacío, pero claramente había una paciente ocupando una de las camillas. Dan se acercó hacia la camilla y pudo ver el nombre de la paciente: "Alexa Nielsen"
—¿Es ella? — interrogó Jay.
Dan negó con la cabeza.
—No he logrado ver su nombre.
—Tienen que estar cerca, solo han pasado unos minutos desde que la observe ingresando aquí.
En ese momento, Dan pensó en un plan.
—Debes pedir que me cambien de habitación mientras yo intento buscarlas. Debes lograr que me trasladen a esta habitación.
—¿Entonces estamos en lo correcto?
—No te había contado lo de su atuendo y lo has descrito a la perfección, tiene que ser ella, Jay.
—Bien, iré hacia la recepción, tú ve en búsqueda de ellas.
Dan asintió y su rostro lucía más animado. Ambos se dirigieron por lados contrarios.
Dan se dirigió hacia el jardín de paseo que se encontraba en la parte trasera del hospital. Observó a su alrededor en búsqueda de la mujer con el sombrero negro, pero no había rastros de ella.
Giró la mirada hacia uno de los edificios cercanos, el área de recuperación y a través de traslúcido ventanal observó a una mujer de negro llevando en sillas de ruedas a lo que parecía ser una mujer.
No tenía su teléfono consigo, por lo que iría por si solo tras ella, a la espera de que Jay también pudiera hallarlas.
Corrió de vuelta hacia la entrada del hospital, pero para llegar hasta el área de recuperación debía pasar por un extenso corredizo que conectaba el edificio principal con dicha área.
Con la mayor rapidez que podía utilizar dentro del hospital y pasando entre la multitud, se encaminó hacia el área de rehabilitación, pero las mujeres ya no estaban a la vista, por lo que se apresuró aún hasta llegar al corredizo, en donde se detuvo momentáneamente a tomar un breve descanso. Retomó su camino mientras daba unas rápidas miradas a su alrededor, pero no había rastro alguno.
Al llegar al final del área de rehabilitación, Dan quedo atónito al no encontrar a las mujeres, más aún porque para salir del área debía de hacer el mismo recorrido de regreso.
—No pude haberlo imaginado— pensó para sí mismo.
Solo le quedaba por comprobar las habitaciones, pero no podía simplemente meterse en las habitaciones, pero no tenía tiempo de ser socialmente correcto.
Ingreso a las habitaciones en su búsqueda, pero no hallo más que miradas de desagradado e incomodidad.
Su última opción era volver de regreso hacia la habitación y esperar a que las mujeres retomen su camino a la habitación.
Para cuando llegó a la habitación, Jay se encontraba recostado sobre la entrada de la misma.
—¿Las has hallado? — interrogó Jay con inquietud.