Dan se encontraba frente a la estación policial en la cual, la última vez en la que había acudido, había declarado en contra del asesino del parque.
—¿Te quedarás parado frente a la estación todo el día? — interrogó una voz masculina proveniente de su derecha.
Dan giró la mirada hacia la voz y cerro rápidamente sus ojos para posteriormente largar un suspiro y volver a abrirlos.
—Seremos colegas muy pronto, así que no te sientas avergonzado. Me aseguraré de enseñarte bien— consoló para posteriormente palmear el hombro de Dan.
Observó como el agente Caum ingresaba en la estación y nuevamente volvió a suspirar.
—Hagámoslo bien, Dan— animó a sí mismo.
—Sí, hagámoslo bien, Dan— oyó una voz familiar y un alivio recorrió su cuerpo.
Observó a un Jay muy osado que le regalaba un gesto de ánimos acompañado de una gran sonrisa.
—Vamos, estoy seguro de que lo haremos bien— ánimo Jay ante la notable preocupación de Dan.
Con uno de sus brazos rodeó a Dan para posteriormente caminar hacia la estación.
Tanto Dan como Jay se encontraban reunidos en la sala de planificación en conjunto con el equipo Tres de Crímenes Violentos.
El agente Hayden Caum se ubicó frente a todo el equipo.
—Les presento a los dos nuevos miembros del equipo, quienes estarán capacitándose durante esta semana. Ellos son Dan Tormen y Jay Downie.
Ambos realizaron una reverencia ante sus compañeros.
—Bienvenidos— respondieron al unísono.
—Continuaremos la recorrida por la estación— avisó el agente Caum para posteriormente retirarse de la sala.
Caminaron hacia la entrada de ingreso y el agente Caum señaló el lado derecho de la estación.
—Como bien pueden observar, de este lado se encuentran las celdas transitorias y al final de la habitación se encuentran los escritorios de los administradores, pueden ir en su ayuda cuando se trate de algún papeleo, ¿de acuerdo?
Ambos asintieron.
—Es común que los cuidados anden merodeando por esta ala, pero ahora nos dirigiremos hacia el ala en el que solo el personal está permitido. Bien, continuemos.
Los tres se dirigieron hacia una puerta que los llevaría al ala contigua de la estación.
—Del lado derecho se encuentran los baños, seguido de la sala de descanso y el comedor. Del izquierdo, la sala de interrogaciones, continuando con la sala de monitoreo, seguido de la sala de trabajo de los equipos Uno, Dos y Tres de Crímenes Violentos— los tres ingresaron a la sala- Cada uno tiene su propio espacio, por lo que nunca suele haber problemas entre equipos.
Dan y Jay observaron la que sería su futura sala de trabajo.
—Por cierto, si ven a uno de los agentes descansando debajo de los bancos de descanso, solamente ignórenlo. Es uno de los miembros del equipo Uno de Crímenes Violentos y es algo especial. Bien, salgamos de aquí.
Una vez fuera de la sala, el agente Caum continuó con el recorrido.
—Al lado de la sala tenemos un pasillo que lleva a la salida exterior y por último, al final se encuentra la oficina del Sargento Eryx Aisa. Ambos estarán temporalmente en la recepción hasta que sean oficialmente parte del Equipo Tres de Crímenes Violentos, que es liderado por Zeth Nil, pero aún les queda una semana de capacitación hasta la integración oficial, ¿de acuerdo?
Dan y Jay asintieron.
—¿Alguna pregunta?
—No, señor— respondió Jay.
Dan lo observó en silencio y pensó en que sí realmente podría hacerle la pregunta que rondaba por su mente.
—¿Qué deseas preguntar, Tormen?
Jay codeó levemente a Dan, sabía que no podía salir algo bueno de la pregunta que desea hacer Dan.
—Lo siento, agente Caum. No tengo dudas al respecto.
—¿Estás seguro? — insistió.
Dan asintió.
—Bien, entonces se dirigirán hasta la recepción para comenzar con su capacitación.
Y el inicio de un intenso día de capacitación había comenzado.
La noche había arribado y ambos se encontraban recostados sobre la mesada de recepción.
—Estoy agotado— se quejó Jay.
—Ni lo menciones— replicó Dan.
...
—Haré una parada en la gasolinera cercana— se oye la voz de una mujer hablando por teléfono mientras conducía por la extensa ruta en una noche fría.
—Sabes que no me agrada que conduzcas de noche, menos aún por lugares desconocidos. ¿Era realmente necesaria la entrevista? — replica una voz masculina.
—Mi ascenso depende de ello, por lo que creo que sí, realmente era necesario— bromea—Estaré bien, intenta dormir un poco. Voy a avisarte cuando esté llegando.
—Bien, pero no te detengas en la gasolinera, por alguna razón son algo aterradoras durante la noche.
La mujer lleva la mirada hacia el medidor de gas en el tablero del vehículo.
—Realmente debo hacerlo, estoy quedándome sin gas.
La mujer observó a lo lejos una gasolinera.
—Estoy llegando, si te hace sentir más seguro podemos continuar hablando hasta que salga de allí, ¿de acuerdo?
—Sí, es lo mejor.
La mujer toma de entre medio de los asientos un aparato que coloca en una de sus orejas.
—Bien, acabo de ponerme el audífono inalámbrico. Estacionaré e ingresaré a la tienda.
—De acuerdo, hablemos mientras de cómo te ha ido hoy.
La mujer estaciona el vehículo y se dirige hacia la tienda.
—Entrevisté a un prisionero que se encontraba cumpliendo una condena de cadena perpetua— la mujer sacude levemente su cuerpo— Un escalofrío recorrió mi cuerpo en cuanto lo vi.
—Solo tú tienes el coraje de meterte en una prisión totalmente aterradora y entrevistar a personas escalofriantes.
—En mi defensa, tú le temes a todo. Soy la más valiente en esta relación.
Avanza hacia la entrada de la gasolinera e ingresa hacia el interior.
—Disculpe, necesito cargar el tanque de gas de mi vehículo.