Premoniciones: T.E.P [2]

GASOLINERA (4/4)

Otro día llegó a su fin y ambos comenzaban a inquietarse.

Al día siguiente, una llamada llegó al teléfono de Dan desde un número desconocido.

—Agente Dan Tormen— respondió Dan.

—Buenos días, agente. Soy Zoe Ponds, le ha pedido a Shira Klein que me entregara su tarjeta de contacto.

Dan formó una expresión de alivio en su rostro, mientras que Jay intentaba averiguar de quien se trataba.

—Es ella— comenta Dan en un susurro.

Y Jay se sobresalta de alivio.

—Si, buenos días, señorita Ponds. Hay algo que me gustaría conversar con usted en persona, ¿cree que eso será posible?

—¿A qué se debe?, ¿estoy en problemas o algo así?

—Es algo complicado de explicar, pero más que en problemas, se encuentra en peligro.

Y no hubo respuesta del otro lado.

—¿Señorita Ponds? — llamó Dan.

—Lo siento, es solo que me tomó por sorpresa, ¿a qué se refiere con que estoy en peligro?

—Lo siento, no puedo darle detalles por teléfono, pero podría acercarse hasta nuestra estación o puedo acercarme hasta la productora, si así lo desea.

—Tengo un día realmente ocupado, le agradecería si puede acercarse hasta la productora.

—Bien, nos veremos allí. Realmente le agradezco su llamado.

La llamada finalizó y Dan se acercó hacia Jay.

—Bien, conseguí una cita con ella, pero, ¿qué se supone que le diga?

—Debimos pensar en eso en primer lugar.

—No creí que llamaría.

En ese momento uno de los agentes se acercó hasta ellos.

—¿A qué se debe sus caras de preocupación? — interrogó Athan, miembro del equipo uno de Crímenes Violentos.

Dan levantó la mirada hacia Athan.

—Si tienes que decir algo, pero no sabes cómo hacerlo, ¿qué deberías hacer?

—¿Se trata de una chica? — interrogó con diversión.

Ambos asintieron.

—¿A los dos les atrae la misma chica? — interrogó con inquietud.

—No es eso— se defendió Dan.

Athan se recostó sobre el mostrador de la recepción.

—Honestamente, no me gusta sobre pensar las cosas. Si hay algo que quiero decir, simplemente lo digo, si hay algo que quiero hacer y puedo hacerlo, lo hago, es tan sencillo como eso. El sobre pensar las cosas solo hará las cosas aún peores.

—¿No crees que a veces no viene mal una mentira piadosa? — se sumó Jay.

—¿Es por el bien de la otra persona?

—Es todo por su bien— aseguró Dan.

—En ese caso, pueden decirle lo que quieren decir, pero omitiendo cosas que no son necesarias saber.

Ambos asintieron.

—Bien, Jay cúbreme por unos momentos, regresaré lo más pronto posible— pidió Dan.

Y rápidamente tomó su chaqueta para seguidamente adentrarse en su vehículo y conducir hacia la productora.

Se adentró en el lugar en búsqueda de Zoe, aunque no sabía cómo lucía sin embargo tenía la esperanza de que Zoe se acercara hacia él al verlo con el uniforme policial y así fue, su mirada se encontró con unos almendrados ojos marrones, los cuales caminaron hacia el en cuanto supieron que era la persona que los estaba buscando.

—¿Dan Tormen? — interrogó la joven de cabello castaño oscuro.

—¿Zoe Ponds? — interrogó Dan en respuesta.

La joven asintió para seguidamente estirar su mano hacia él, la cual correspondió de inmediato.

—Si le parece bien, podemos hablar en la sala de descanso— ofreció.

Dan asintió y ambos se dirigieron rápidamente hacia la sala de descanso en la que tomaron asiento una frente al otro.

—Bien, escucha, sé que resultará un poco extraño, pero hemos recibido la advertencia de que muy pronto estará en peligro.

Y un silencio inundó la sala de descanso, sin embargo, Dan sabía que había lo más convincente posible, lo suficiente como para que Zoe no creyera que se trataba de algún tipo de broma de mal gusto.

—¿Una advertencia?

Dan asintió.

—Y junto con ella, su nombre— continuó— Dentro de tres días, entrevistará a alguien llamado Cam Messinas, ¿verdad?

La sorpresa se reflejó en la mirada de Zoe.

—¿Cómo lo sabes?

—Porque el peligro vendrá luego de esa entrevista.

Pero Zoe no emitió respuesta alguna, aún no era capaz de comprender a la perfección.

—Escuche, señorita Ponds, la advertencia ha sonado realmente convincente. Dentro de cuatro días, cuando usted finalice la entrevista con Cam Messinas, su tanque de gasolina necesitará ser recargado y va a detenerse en una estación de gasolina y...

—Bien, detente— irrumpió Zoe— Entiendo que es posible lo de la advertencia, pero, ¿cómo sabe lo siguiente?, ¿cómo sabe que dispongo de un vehículo y cómo sabe que va a quedarse sin gasolina?

Dan la observó momentáneamente, se había precipitado demasiado.

—Es un poco difícil de comprender en estos momentos y no hay mucho que pueda decirle al respecto, pero estamos intentando hacer todo lo posible para mantenerla a salvo.

Zoe lo observó con extrañeza.

—Entonces, supongo que si sabe todo eso, sabrá quién es la persona que quiere hacerme daño.

Dan inclinó la mirada con decepción.

—No sabemos eso y es por eso que necesitamos su ayuda.

Zoe se levantó de su asiento y observó a Dan detenidamente.

—Si la señora Klein no me hubiera hablado de ti, pensaría que estás tratando de hacerme algún tipo de broma— comentó con molestia.

Justo lo que quería evitar, pensó Dan en sus adentros.

—No puedo hacerme más que dejar que lo compruebe por usted misma, sin embargo, solo para que lo sepa, junto a mi compañero de estación, estaremos vigilándola en cuanto finalice la entrevista. Si algo sucede, estaremos cerca para protegerla y verificará que no es ningún tipo de broma lo que acabo de decirle.

Zoe lo observó con molestia para seguidamente entrelazar sus brazos.

—¿Voy a ser vigilada sin mi consentimiento?

Dan se levantó de su asiento.



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En el texto hay: premoniciones, crimenes, crimenes y asesinatos

Editado: 13.11.2023

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