Presa de ti ©

Capítulo 4

Ethan 

En cuanto salí de la habitación baje las escaleras hasta el sótano, ahí tenía al imbecil de Harry encerrado. 

Llegue y abrí la puerta de metal, prendí el foco y vi cómo Harry se removió. 

- Levántate imbecil - le di varias palmadas a su mejilla morada y se empezó a despertar - Te tengo una gran noticia. 

James: ¿Qué ganas con esto? 

Poder, Hannah es mía y le debe quedar claro. 

- ¿Qué quieres idiota? - lo dice entrecortado, creo que se me olvido darle de comer. Río y me agacho, se abalanza hacia mí pero las cadenas no lo dejan acercarse tanto - Ven aquí cobarde, te daré tu merecido. 

- Te gano imbecil - tomo su cuello y hago que alcé la mirada - Hannah está embarazada - sonrío ante su reacción, se ha quedado en shock.

- No, no, ¡No!...¡¿Qué le hiciste monstruo!? - gritaba y se retorcía haciendo que las cadenas sonaran y empezará a lastimarse solo - ¡Déjala libre!, ella no merece esta vida, ¡Hijo de...!

Me hizo cabrear y golpee su pómulo con mi puño cerrado, su cabeza se hizo a un lado y empezó a escupir. Solté su cuello y me levante para patear su estómago.

- A mí nadie me insulta y menos tú imbecil - volví a dejar caer mi puño es su cara, se quejo y rugió levantándose - ¿Qué?, ¿te da rabia saber que Hannah está esperando un hijo mío?

- Eres un poco hombre, no se embarazo por amor sino porque tú la violaste...- golpee su cara, me estaba retando - Ja, ella jamás te amara como me ama a mí - no dejaba de golpearlo para que se callara pero seguía - Y eso te castra. 

- ¡Cállate!, ¡Me ame o no, es mía! - grite con rabia y con un último golpe cayó de lado, me acerqué y pise su pierna hasta escuchar cómo se quebraba el hueso. Retrocedí agitado y sonriendo. 

Es fuerte pero no lo suficiente, siempre gano yo. 

No sé porque no lo maté en el hotel, Luke me dijo que podía ser una buena carnada para que Hannah me obedeciera. Ella ya me obedece sin necesitar a este imbecil pero ya vermenos a futuro, de algo me tiene que servir. 

Una vez cerré la puerta subí y fui a la cocina para lavar mis nudillos, la única muchacha que tenía ayudándome en casa está bajo amenaza. Ella ocupa el dinero y por eso acepté que trabajará aquí, pero callada, sorda y ciega. 

Lo que pasa en esta casa no sale de aquí. 

Restriego mis nudillos con fuerza, la sangre del imbecil cae y sonrío victorioso. Lo he puesto en su lugar y con mucho gusto lo volvería hacer. 

Seco mis manos y subo las escaleras hasta nuestro cuarto, la veo en posición fetal y me acerco para acariciarle el pelo. Trae una vida en su vientre, una mitad de cada uno. 

Luke: cambiala, ponle algo más cómodo. 

Concuerdo con él y comienzo a quitarle el pantalón con cuidado, esta dormida profundamente. La dejo en ropa interior y camino al armario, agarro un vestido de algodón y regreso. 

Antes de ponérselo me quedo viendo su estómago, hace mucho que no la miraba tan detalladamente. Si esta abultado, poco pero ahí está. 

Acaricio la zona causando que Hannah se le escape una sonrisa pequeña y su piel se ponga chinita. Beso su estómago y luego pongo el vestido, he quitado su sostén para mayor comodidad. 

La dejo boca arriba y tapada de la cintura para abajo, doy un beso en sus labios y me dispongo a ir al armario para cambiarme. Tengo unos asuntos que arreglar en el restaurante y hotel. 

Termino de peinarme y salgo sigiloso de la habitación, bajo las escaleras y me encuentro con Talia. 

- Hannah está dormida, solo permite una hora más y la levantas - le digo serio y asiente - Está embarazada así que quiero que aumentes su porción de comida y que no sean tantas cosas. 

- Si, señor. 

- Bien, me retiro - salgo de casa y me monto al carro, aprieto un botón y se abren las puertas de metal. He comprado una casa a las afueras de la cuidad, el bosque siempre será mi lugar favorito. 

Planeo cambiarnos a la cuidad donde ella vivía una vez que esté bien amaestrada. Muerdo mi labio al imaginarme ese día...toda sumisa ante mi.

Tarde 20 minutos en llegar al restaurante, arregle los asuntos pendientes y me retire, simplemente tenía que leer los informes de los otros restaurantes. Todo marcha bien. 

Fui al hotel a ordenar expedientes y ver las nuevas actualizaciones que quiero. Anduve rondando por todas las áreas y ver cómo trabajaban mis empleados y si mis huéspedes estaban cómodos. 

- ¿Todo en orden señora? - me acerqué y le sonríe, esta me miro enojada. 

- ¿Usted es el gerente? 

- Dueño, ¿algún problema? - no están feliz y quiero saber el motivo. 

- Pague por servicio al cuarto y desayuno a la habitación y no obtuve ninguno - se estaba enojando a sí que levante mis manos.

- No pierda la calma señora, obtendrá esas dos cosas y aparte una sesión en el spa. ¿Podría decirme el número de su habitación? - le digo sereno y ella sonríe. 

- Mmm gracias, pero eso no quita que ya no volveré a hospedarme aquí. Mi habitación es la 420. 

Se va con su hijo pequeño y yo tenso la mandíbula, alguien será despedido. 

Camino echo una fiera hasta Carlos, el gerente de aquí. 

- A mi oficina - trueno los dedos y me muevo hasta la susodicha, dejo la puerta abierta para que pase y tomo asiento en mi silla. 

- Una señora se ha quejado del mal servicio que le han dado. 

- Aja, ¿Y?

Error, esa no es la actitud ni el respeto que merezco. 

- Estas despedido, quiero gente que mejore el hotel no que lo haga caer, tu actitud apesta y así no es la manera correcta de hablarle a tu jefe - termine medio gritando y agitado, lo dije tan rápido que espero me haya entendido. 

- Bien, de todos modos ya iba a renunciar. 

- Ya sabe dónde está la salida. 




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