Este capítulo va dedicado a RaquelMacias2 gracias hermosa por haber estado conmigo desde el principio, apoyándome en todos mis proyectos. Espero estes disfrutando esta segunda temporada.
***
Ethan
- ¿Se te antoja algo de comer? - le pregunto mientras pasamos por una calle llena de locales de comida rápida.
-Mmm...sushi.
- Pescado crudo, ¿segura?
- Si.
- De acuerdo, vamos a comprar sushi.
No me da buena espina que coma sushi, pero si eso se le antojo y no cumplo con el antojo...no quiero saber las consecuencias.
Estaciono en el área de parquímetro, bajamos los dos y entramos al local, pido lo que me señala para luego esperar veinte minutos a que esté listo.
- Ethan.
Me llaman, me paro por la comida y pago. Le hago una seña a Hannah y se levanta de la mesa, le abro la puerta para que pase primero. Saco las llaves del carro y le quito el seguro.
Llegando a casa le ayudo a bajar, su abrigo está abierto y por los movimientos se la subido la blusa. Me quedo como bobo viendo su panza de cinco meses.
James: Hey, reacciona...¡hace frío animal!
Respingo un poco por eso, Hannah se baja la blusa y se cubre con el abrigo. Cierro la puerta del carro y la tomo de la cintura para entrar a casa.
Talia todavía no se encuentra en casa, le he dado todo enero de vacaciones. Ya que nos ayudo en el mes diciembre en la casa mientras había visitas. Mi familia vino desde New York, bueno solo mis hermanos, Elizabeth y Will, padre venía desde Inglaterra.
- Espero y no lo vomites - termino de servirle, ella me mira mal. Las hormonas algún día de estos serán las causantes de que le proporcione un buen golpe en el rostro.
Se está comportando muy altanera últimamente. Y mi paciencia es poca.
Tomo asiento desabrochándome el abrigo, comemos en silencio. A los minuto miro como aprieta el tenedor en su mano y se tapa la boca con la otra.
James: que no vomite.
Cierro los ojos esperando oír como corre la silla y se va a vomitar, pero nunca pasa. Cuando abro los ojos me sorprende verla seguir comiendo, como si nada hubiera pasado. ¿Sera qué alucine?, suspiro y me llevo una bolita de arroz a la boca.
Me hace falta dormir mejor.
***
Estaba en un sueño tan tranquilo que escuchar como la puerta de la habitación es cerrada me hace abrir los ojos de golpe. Me giro y veo a mi zanahoria con una manzana en la mano y un bote de cajeta en la otra.
Antojos nocturnos.
- ¿Todo bien? - me incorporo una vez que se sienta a mi lado.
- Si, solo no podía dormir - dijo tranquila y vi cómo le echo bastante cajeta a la manzana para después pegarle una buena mordida. Se me hizo agua la boca.
- ¿Me das?
- ¿Mh?...oh si, ten - me extiende ambas cosas y hago lo mismo que ella. Al morder la manzana gemí, esto es delicioso.
- Esta demasiado bueno - le devuelvo las cosas y asiente. Chupo mis dedos que se han embarrado de cajeta.
Son las tres de la mañana y nosotros comiendo un bocadillo nocturno. Me levanto a lavarme la mano, no se ha ido del todo la cajeta. Cuando abro el grifo y meto la mano, la saco de inmediato. El agua está congelada, giro la caliente y espero a que se normalice.
Una vez tibia meto mis manos y restriego, de reojo veo la silueta de Hannah así que me hago un lado para que ella también se enjuague. Me seco las manos y también las de mi zanahoria.
- Gracias.
No respondo, solo pongo mi mano en su espalda baja y salimos del baño. Nos acostamos de frente y como imaginaba se acerco, en busca de calor. La abrace por debajo de sus pechos y me le quedé viendo, esperando que pudiera conciliar el sueño.
Los minutos pasaron, pensé que se había dormido. Estaba apunto de cerrar los ojos cuando noté como movio su mano y la puso en su panza. Me alarmé.
- ¿Todo bien?, ¿te duele?
- No, no, está muy inquieto - la escuche somnolienta, me metí bajo las cobijas y comprobando primero que tuviera las manos calientes, toque la panza. Recibí un movimiento, sonríe y pegue un lado de mi cara a la panza.
- Hola bebe, soy papá y quería pedirte que ya no te muevas tanto - volvió a moverse, creo que no debió comer dulce - Mamá necesita dormir, estate quieto príncipe.
Arrastre la almohada y me quede acariciando la panza, levante la cabeza notando que Hannah se estaba quedando dormida. Seguí con mi cometido y tragando saliva, empecé a cantar.
Una canción que me sabía de memoria, madre me la cantaba cuando no podía dormir, Henry me lo dijo. Así que cuando era más grande y no podía conciliar el sueño, él se encargaba de cantar. Me dormía ya que terminaba, con una sonrisa.
Viejos tiempos...
Casi terminando la melodía, ya no noto movimientos. Sigo acariciando y conforme pasa el tiempo mi voz se va haciendo más baja y quedo dormido.
Me levanto con un dolor de nariz horrible, Hannah me ha pegado con su rodilla. Me arrastró hacia arriba y quedo a su altura, parpadeo varias veces hasta que enfoco, las largas pestañas de mi zanahoria es lo único que veo.
Acerco mi rostro más y noto las venas en sus párpados, se nota el cansancio. Pero lo importante es que el bebé está sano.
Tapo mi boca y bostezo, es hora de levantarse. Salgo de cama hacia el baño, rutina mañanera y al final salgo por el armario. Ajusto un poco más la corbata y me acerco a la cama para correr la cobija que tapa a Hannah y besar su panza.
Vuelvo a taparla, camino directo a la puerta y salgo. Pasó por la cocina a beber agua, agarro las llaves de mi carro en el recibidor, cierro con seguro una vez afuera y me monto en el auto. Prendo el motor, aprieto el botón para abrir la puerta de metal y arranco despacio.
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posesivo y controlador, trastorno de identidad disociativo, dolor golpes sufrimiento
Editado: 16.03.2020