Hannah
Semana 31.
Al cumplirla James entro muy sonriente a la habitación con un rico desayuno para los tres. Después de eso me ordenó amablemente que me duchara rápido porque sería la modelo para sus fotos.
No me negué a nada, hace rato que no compartía con él como antes. Siempre sacándome una sonrisa y haciéndome olvidar por un rato la mala vida que llevaba a lado de Ethan.
La sesión de fotos fue por la casa y el bosque, me puse demasiado colorada cuando me hizo ponerme lencería de encaje rojo. Quería que luciera mi vientre hinchado y algo pesado.
Tomo muchas fotografías ya que no paraba de reír, me decía una pose y como no lo entendía el se ponía de ejemplo. Quise una de esas tantas veces quietarle la cámara y fotografiarlo a él.
No me atreví en ninguna.
Semana 32.
La primavera le sentó muy bien a unas praderas cercas de aquí. Miles y miles de flores de muchos colores. Ethan me llevó llegando a casa después del trabajo, di varias vueltas, camine por las flores tratando de no dañarlas mucho.
Ethan se comportó de los más amable que pudiera haber visto en todo el tiempo a su lado. Parecia hablar regresado su viejo yo.
Ese que me más de una vez me protegió de las garras sádicas de Ian.
Todo iba bien, mi bebé se encontraba sano y fuerte. El doctor dijo que gracias a lo bien que estaba podía adelantarse y nacer unas semanas antes de las asignadas, me aterraba esa idea.
Llega a su totalidad formación a las 40 semanas. Ni mas ni menos.
También en esta semana nos dedicamos en uno de sus días libres a decorar el cuarto de a lado para Sebastián. Primero fuimos a comprar los muebles, después las decoraciones y al final la pintura. La ropa, objetos para su uso y varias cosas más ya las habíamos comprado tiempo atrás.
Pasamos tres días en total haciendo la habitación del bebé, Ethan me ayudo en el primer día a pintar, armar la cuna, acomodar los muebles y poner repisas. Los días restantes acomode todo lo que teníamos en otro cuarto en este yo solita. La habitación se encontraba lista para su llegada.
Semana 33.
Esta fue una de las mejores semanas, Luke estuvo todo el día conmigo.
Su amor por mí se sentía en el aire, la idea de que iba a hacer tío lo tenía muy inquieto. No imaginaba que Ethan reaccionara tan pasivo con la noticia, pensó que a pesar de llevar una vida dentro de mí seguiría con sus maltratos.
Se relajó tanto y dejo de procurarse al ver como sonría ante mi panza, como me veía o trataba con todo lo que rodeaba al bebé.
Y como dicen después de la tormenta el sol sale radiante...pues no sé porque, pero sentía que ni siquiera la tormenta había pasado.
Se estaba formando y me presentimiento me advertía que no iba solo a chispitear. Las nubes se volverán negras, los truenos harán vibrar toda la casa y los rayos caerán a la tierra formando un horrible incendio forestal.
"- Duerme mi amor, pronto nos volveremos a ver".
Con una sonrisa en mis labios y estrujándome lo más que podía al cuerpo que tenía detrás quedamos dormidos. Luke me hacía sentir segura como Harry, por eso disfrutaba cada momento con él.
Semana 34.
Me lleve la grata sorpresa de que la causa de nuestra asociación fue para renovar la firma de un contrato que fue firmado por mis padres años atrás. El cual confirmaba que la comida, calidad de servicio y fama de mis restaurantes podía ser llevada a los hoteles de su familia.
Empezando por el de aquí en Carolina Norte, otra sorpresa. No sabía que él era dueño y gran jefe, yo solo pensaba que iba a checar que todo estuviera bien con mis restaurantes, no que también ganaba con su hotel.
¿A qué va todo esto?
Simple. El restaurante estaba listo para ser inaugurado y teníamos que estar presentes, como los grandes socios que somos.
La gente esa noche se llevó la sorpresa que éramos más que socios, un matrimonio comenzando y un bebe por nacer. Toda una noticia que inundó mis oídos de muchos "felicidades" y "suerte".
Fue una gala tranquila, nomas que mis pies dolían, mi bebé no paraba de moverse y moría de sueño. Todos entendieron nuestra marcha temprano, la fiesta siguió sin nosotros pero a cargo de un tal Ryan.
Según escuche, es el gerente de su hotel.
Semana 35.
Creo que una de las peores, los dolores comenzaban y no tenía mi teléfono para marcarle a Ethan. La tonta de yo lo había dejado en la biblioteca ayer por la noche.
Estuvo divertida la llamada con Emma, pero ahora me arrepiento de haber decidido dejarlo en la mesita de centro.
- Ahh.
Me queje por el dolor, sentía como si me estuvieran picando en mi estomago bajo. Me encontraba en el sillón dibujando cuando sentí un jalón horrible.
Ahora el cuaderno estaba tirado en el piso y yo retorciéndome en el sillón, ya cene y eso quiere decir que Talia se encuentra en su cuarto dormida. Nadie puede ayudarme, solo me toca esperar a que llegue Ethan.
- Respira Hannah...así como en las películas...respira - lo hacía hondo, tratando de aliviar el dolor, lo lograba pero a los minutos volvía.
Mordí mi labio inferior y quise gritar de lo fuerte que se sentía. Mi cabeza pulsaba gracias a mi corazón desenfrenado y mi respiración se hacía más dificultosa.
- ¿Hannah? - nunca en mi vida había anhelado escuchar su voz como ahora, el dolor cesó y empecé a sollozar.
- ¿Qué haces ahí?, ¿Por qué lloras? - abrí mis ojos y iba a decirle, pero sus labios se estamparon con los míos y el sabor a alcohol me pego fuerte.
No,no,no,no...¿por qué justamente ahorita?
- Ethan - lo llame en un hilo de voz, este gruño y se levanto.
#1809 en Otros
#26 en No ficción
#521 en Thriller
#245 en Misterio
posesivo y controlador, trastorno de identidad disociativo, dolor golpes sufrimiento
Editado: 16.03.2020