Presa de ti ©

Capítulo 15

- Veamos...

Estoy nerviosa, juego con las piernas de Sebastian que se encuentra encima de las mías. Ruego por qué sean niños.

- El primero, es...niño - mi príncipe aplaude y yo sonrío, James se muerde las uñas - Ahí se dejó ver otro y es...niño.

- Si, si, si - empieza a brincar y nos mueve todo.  

- James, agarralo. 

Sin demora lo toma en brazos, su felicidad es más grande que no llora o hace berrinche. Está viendo la pantalla emocionado.

- A ver, vamos de nuevo. 

Asiento y los busca, de nuevo niño, localiza el otro y también niño. Eso me alegra bastante e igualmente me relaja... 

- ¿Qué?      

Escuche mal, no es cierto.  

- Si, dos niños y una niña. Felicidades.

Le agradezco pero sigo sin poder creerla. Bueno, sean bienvenidos a la familia.

James y Sebas me ayudan a limpiar el vientre mientras que el doctor tras indicar que iría por las ecografias, sale de la sala.

- ¿Muñequita? ¿Todo en orden? - cuestiona con las cejas elevadas, sin dejar de verlo bajo la blusa y me siento.

- Hay una niña.

- ¿No te pone feliz? Ya no estarás sola.

- Si, pero...- mejor no digo lo que pienso, es el miedo. Nadie te hará daño mi princesa. 

- Nada malo pasara, tranquila.

Me da un apretón de mano, sonrío débil y con su ayuda me bajo de la camilla. El Doctor llega y tras darnos las ecografias junto con vitaminas salimos rumbo a un restaurante de comida rápida. 

No puedo superar la cara de James al notar que me comí tres hamburguesas. Había comprado dos para mí y muchas papas pero también la de Sebas estaba buena. 

- Alguien tendrá que ejercitar terminando su estado en gestión.

- No engordaré mucho o ¿Si?

James se ríe y bebe de su gaseosa, por mi parte busco a Sebas entre los juegos. Hizo amigos rápido solo espero no se lastimen.

- Ire a ordenar otra hamburguesa para llevar y luego a lavarme las manos. No tardo.

Asiento y se va, me fijo que llegue a la caja para después acercar su bandeja a mí y comer sus papas. Sigo teniendo hambre, un buen helado con galletas no me caería mal.

- ¡Mami! - parpadeo y me giro con mi bebé.

- ¿Si?

- ¿Me ayudas? - alza sus tenis, sonriendo doy varias palmaditas al asiento.

Amarro las agujetas y nos levantamos para ir con James. 

- ¿No olvidamos nada? - cuando llega a nuestra altura, le echa un ojo a la que fue nuestra mesa para verificar - Bien, vamonos.

Salimos directo al carro, le dije que se me antojaba un helado y fuimo por el. Mientras comíamos el helado tan rico con galletas especiales disfrutamos de la brisa del atardecer, más fresca y relájente sentados en una banca del parque.

- ¿A dónde va el sol? - preguntó Sebas viendo el atardecer.

- A dormir, también se cansa.

- Pero se lleva la luz. 

- Por unas horas, luego podré explicarte mejor ¿Va? - le guiña un ojo.

Asiente frenéticamente y empieza a balancear sus pies, me gusta el trato de Luke y James le dan a Sebas, siempre tan cariñosos y gentiles. Al contrario de Ian, que siempre aparenta ser amable con él. 

- ¿Ya quedaron satisfechos? - soba mi barriga, sonrío y niego jugando. 

Su expresión seria me hace reír. 

- Si, muchas gracias.

- No hay de qué. 

Recargo mi cabeza en su hombro y miramos los últimos rayos del sol caer. Los colores rosas y morados se mezclan haciendo que mi bebé señale las nubes maravillado. Me siento en paz por este momento que...duró muy poco.

Había entrelazado una mano con James, pero empezó a apretar mi mano demás. 

- ¿James? Me estás lastimando.

- ¿Quién perdón? - su tono cambio, hola Ian.

- Lo siento amo, sus cambios son muy repentinos - no levanto la cabeza de su hombro, no quiero hacerlo sentir rechazado como siempre, pero es inevitable no sentirme incómoda y con miedo.

- No me importa, siempre debes darte cuenta cuando cambiamos - ni que fuera adivina. Pero averiguaré como hacerle para eso.

Su otra mano sube a mi rostro, se posiciona en mi cuello por un costado y sin previo aviso nuestros labios se unen. Correspondo a su posesivo beso, al momemto de querer agarrar aire aprovechó para meter su lengua. 

Apreté su mano en un intento de que se detuviese y lo hizo, llevándose entre sus dientes mi labio inferior. Hace una semana no me había besado, estaba delicada de esa parte.

- Ya nos vamos - anunció para que Sebas dejara de revolcarse en el césped y se levantara, mi respiración seguía siendo dificultosa y se me trabo por completo cuando sentí su cálido aliento en mi odio - Tengo tantas ganas de follarte que si no estuviera la mini zanahoria te lo haría en el carro. 

Gruño y mordió mi oreja, solo hice una mueca sin quitarme hasta que él se levanto y como tenía mi mano bien agarrada jalo de ella para que me levantará también.

Tomó la mano de mi bebé y nos fuimos al carro, subí de copiloto mientras que Ian abrochaba el cinturón para la seguridad de Sebas. Al momento de que en auto está en marcha, puso su grande y venosa mano en mi muslo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.