Presa de ti ©

Capítulo 16

Ian
 

Respiro profundo tratando de convencerme que lo antes dicho por James sea falso. 

Veo a mi gatita salir del armario y cierro los ojos apretando la quijada.

Date por muerto, James.

Luke: con la golpiza que le diste apenas respira. 

Lo bloqueo y de una zancada me acerco a Hannah, meto mis manos en su cabello. Es cierto, no es mi imaginación Su cabello es corto.

- ¿Por qué dejaste que te lo cortarán? - digo entre dientes y lo enredo en mis dedos para jalarlo. 

- Eso duele, Ian.

La miro directo ¿Cómo me ha llamado?

- ¿Disculpa? Fuera de casa soy Ian, dentro en nuestra privacidad soy tu amo.  

- Lo siento, amo.

Asiente y me sigue desafiando con sus orbes esmeraldas, capta mi mensaje no verbal y baja su vista. Bajo mis manos por su cuello alzando su cabeza para darle un beso. 

Era lento y suave pero algo dentro de mi pedía más, así que lo convertí en uno apasionado y posesivo. No le daba oportunidad de participar en el beso, no debe hacerlo.

Se separa agitada y con los labios hinchados, fruncí mi ceño pero teníamos espectadores. 

Me separo de Hannah y abro los brazos a Sebas.

- Perdon por la interrupción, no pude detenerlo corre muy rápido - lo dijo sin aliento, reí por ello y cargue a la mini zanahoria. 

- No te preocupes, ya puedes retirarte. 

- Permiso.

Cierro la puerta y salí al balcón a respirar aire fresco, vivir en el bosque tiene sus ventajas. Lejos de la contaminación, personas y vecinos entrometidos, creo que la casa más cerca a nosotros está a un kilómetro o mas.

Ya veo porque Ethan le gusta mucho el bosque.

- ¿Papi?

- ¿Si?

- ¿Por qué hay muchos árboles? - ni me ve para preguntarlo, observa su alrededor curioso.

- Lugares como este, donde casi no hay carreteras, personas, casas, se les dice bosque. 

- ¿Para qué sirven los árboles?

Suspiro y me adentro en cuanto el calor se hizo presente. Tome asiento en el sillón individual con la mini zanahoria en mi regazo.

- Los árboles producen oxígeno, el aire que respiramos para vivir.

- Ohh.

Lo imito haciéndolo reír, busco a mi gatita con la mirada y no la encuentro. 

- Busca a mamá y saluda a tus hermanos.

Se baja captando mi orden, recargo mis codos en las piernas y froto mis manos. 

- ¡Mami! 

Entró por el baño y salió por el armario, busco debajo de la cama haciéndome reír y después salió de la habitación corriendo. Me levante y fui tras él caminando, bajamos las escaleras y Sebas corre a la sala gritando. 

- ¡Aquí estoy! - escuche perfectamente el grito provenir de la cocina.

Fui hasta ya donde Senas ya estaba sobando y hablando con la panza de Hannah. Comía una zanahoria a mordidas y Margarita las picaba.

Alcé ambas cejas cuestionándole que hacía aquí pero me ignoro y río junto con la mini zanahoria.

- Falta poco, ¿Estás muy ansioso?

- Si, si, si - salta inquieto, Hannah le da su zanahoria y este agarrándola se va por un pasillo que conduce a la puerta trasera.

Sonrío y le hago una seña a mi gatita, sin quitar su sonrisa se roba otra zanahoria y camina hacía mí. Salimos de la cocina para ir a la sala.

Me iba a quejar, ya tenía mi boca entreabierta pero la cerré y solo sonreí. Me acerqué y le di un beso pequeño, mordí su zanahoria y me dirige a las escaleras dejándola confusa.

Ya me encargué de cobrarle todo cuando estén las minis zanahorias fuera, se los riegos que hay si sigo dejándola sin fuerzas o hacerla sentirse mal. No quiero que llegue a dar a luz antes de tiempo. 

Llego a nuestro cuarto y voy directo al armario, me cambio elegantemente y rocío perfume en mi cuello. Iré a ver cómo anda todo con el hotel y los restaurantes. Saldré a despejar la mente en sí, porque nomas tengo pensamientos inapropiados hacía mi gatita.
 

***

- No Sebas, suéltame. 

No hace caso y me sigue jalando la oreja, estamos en el despacho a las dos de la mañana. La mini zanahoria tomando formula en estado somnoliento y  acostado en mi brazo, por otro lado yo tecleando en la computadora respondiendo correos. 

Sacudo mi cabeza atrapando con mis labios sus deditos, los aplasto haciéndolo reír y envio el correo. Apago la computadora para luego empezar mecer a esta mini zanahoria.

- Duerme, duérmete ya - le digo aplastando los deditos con mis labios. Sus ojos se van cerrando y hago ruiditos para arrullarlo más.

Mientras dejo que agarre bien el sueño y poder subirlo a su cuarto sin que vuelva a despertarse lo observo detalladamente. 

Sus cachetitos rozados y algo rellenitos, su nariz pequeña y repleta de pecas. Las pestañas largas rizadas, su pelo color zanahoria que me encanta y un largo cuerpo cubierto con un mameluco de oso.

Tan tierno que se mira dormido y tranquilo, no sé de dónde saca tantas energías si casi no duerme. 

Suspiro y me levanto de la silla, salgo del despacho yendo directo a la segunda planta lo dejo en su cuarto arropado por el aire frío de la refrigeración, coloco su biberón en la mesita de noche y me encamino a la otra habitación bostezando.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.