Presa de ti ©

Capítulo 18

Una caricia activa el cuerpo y mente, suspiro sabiendo perfectamente de quién son esas delicadas y temblorosas manos. 

Cuando delinea mis labios abro la boca y atrapo su dedo, siento como brinca del susto.

- Traviesa - hablo ronco y sonrío. La tengo de frente, cara a cara - ¿Quién soy?

- Luke, tu voz en menos agresiva digamos que...más tranquila. 

Me sonríe, llevo la mano a su rostro y acaricio su mejilla.

- ¿Ya comiste? - asiente y soba su panza, igual paso mi mano por ahí - ¿Cuánto dormí?

- Baatante, puse el cronómetro en tu celular y solo queda unos minutos para que Sebas despierte - me enseña y cierro los ojos - Lo siento.

- No te preocupes.

Tallo mis ojos y parpadeo para enfocar, tomo asiento esperando despertar bien y me levanto directo al baño. Hago mis necesidades y al salir tomo el cinturón del asiento y lo ajusto en mis caderas.

Noto que estoy descalzo y me siento para ponerme los zapatos. En eso escucho un quejido, alzo la vista a Hannah y su cara expresa dolor y su mano en el vientre me alerta.

- ¿Qué sucede? 

- Nada, solo están muy inquietos - vuelve a quejarse y se acuesta por completo, esa panza cada vez está más grande.

Termino de abrocharme los zapatos y me subo de rodillas a la cama, a horcajadas de sus piernas me inclino a su vientre para poner mi cabeza encima y sobarlo.

- Pequeños, dejen de moverse tanto. A mamá le duele - les hablo agudo regañándolos. 

Siento mi mejilla ser empujada a lo que sonrío y pasó mi mano por ahí.

- Hola.

Beso por encima de la ropa y me asusto por culpa de la alarma. En cuestión de minutos Sebas despertará.

Apago el teléfono y me incorporo, iré con la azafata a pedirle fruta picada y hacerle el biberón, la pañalera creo que la vi por los asientos de enfrente.

- Hola - saludo amable a la azafata sentada - ¿Si podrías darme dos vasos de fruta?

- Si, Señor. Enseguida.

- Bien.

Me voy justo a la pañalera, saco lo necesario para ser el biberón de Sebas y camino a la cafetera que tiene agua caliente. Sin importarme sirvo la cantidad indicada en el biberón y después echo la leche en polvo para luego taparlo y agitarlo.

- Aquí tiene señor - volteo con ella y me extiende los vasos de fruta.

- Gracias.

- Para servirle.

Le agradezco con una sonrisa pequeña y camino a la habitación, en cuanto entro por la cortina veo a Hannah hablarle a Sebas.

- ¿Está bien? - llamo su atención y asiente. 

- Solo está sonmoliento.

Asiento entendiendo y le doy el biberón, este se lo arrebata el pequeño y se echa para atrás para beberlo. 

Nota mi presencia y sus ojitos me miran triste, ay corazón yo no fui quien te drogo. Lo saludo con la mano y desvía la vista a Hannah, tomó asiento a su lado y dejo los vasos de fruta en la cama. 

- ¿Tenías hambre, mi bebé? - paso un dedo por un costado de su cara, Sebas mueve la cabeza y se acerca a mí.

Lo acaricio mientras come, Hannah roba un vaso de fruta y empieza a devorarlo. Le pido que me de ese porque el otro es de Sebas y haciendo un puchero gatea hasta mi y agarra una fruta con sus dedos para acercármelo a la boca.

- Di a.

- Ahh - abro la boca diciéndolo, ríe levemente y me da la fruta.

Dulce y jugoso pedazo de sandía. 

Así pasamos las últimas horas en el avión, jugando con Sebas, riendo a carcajadas, sobando y sintiendo a los bebés. Les di momentos de felicidad que espero les ayude a estar de buen humor para enfrentarse a Ian.

 

***
 


- No te muevas, deja que...- quiero gritarle, no se deja poner el moño y es solo abrocharlo ni siquiera debo hacerlo de cero, pero se mueve mucho y temo picarlo y empiece a llorar. 

Respiro profundo y trato de nuevo, meto rápido el broche a lo que una vez acomodado lo más que pude me hice para atrás suspirando. 

Ya está listo mi mini zanahoria.

- No quelo esto papi - agarra el moño y niego frenéticamente.

- No te lo quites, solo por un rarito ¿Si? - le hablo tierno agudizando mi voz, hace un puchero y se baja de la cama para ir con Hannah al baño.

- ¿Lista, gatita? - curioso me acerco al baño también, estando en la puerta mi boca se entreabre y parpadeo varias veces, he quedado maravillado.

- Wow, que hermosa.

- Gracias, tú igual.

Miro echo una miradita rápido y alzo la mano haciendo una seña restándole importancia. Es normal andar de traje totalmente negro en todos los eventos, solo cambia la corbata que esta vez la combine con el color de su vestido rojo sangre. 

- Todos nos vemos muy guapos. ¿Verdad que si zanahoria? - bajo mi vista a mi pequeño y este asiente dando un beso en la panza a Hannah.

- Ella está hemosa, ¡Muy hemosa! - lo grita abrazándola de las piernas, Hannah se ablanda y pone una carita tierna para Sebas.

- Gracias, amor. Me gusta tu moño, ese color que combina con mi vestido. 

Sebas se separa y se fija, chilla cuando se da cuenta que es cierto. Frunzo el ceño por el sonido que causo y regreso la vista a mi gatita.

- ¿Ya está todo? 

- Si, vámonos. 

Sonrío aliviado, dejo de ver sus apetecibles labios rojos y le hablo a la mini zanahoria para cargarla. Hannah agarra lo necesario para irnos de una vez por todas y fuera de la suite caminamos al ascensor. 

La dejo pasar primero, oprimo el botón con el número uno y las puertas se cierran. Descendemos viendo los números iluminarse, igualmente las damas primero y salimos del hotel.

El carro que rente está listo, el chofer nos abre y le agradecemos. 

Dejo a Sebas en mi regazo, la puerta es cerrada y a los minutos el carro arranca. Hannah está nerviosa y triste a la vez, este era el sueño de sus padres, bueno no inaugurar su restaurante en mi hotel nuevo pero si tener huella aquí en Inglaterra. 




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