Presa de ti ©

Capítulo 23

 

Todo marcha de maravilla en mis hoteles y los restaurantes, al menos Ian no hizo un desastre. 

Leo los informes, correos, todo para ponerme al corriente de estos cuatro meses de ausencia, ninguna queja se ha presentado. Lo que mantiene tranquilo y feliz, las cinco estrellas de calidad se mantienen intactas después de tanto tiempo.

Mi teléfono vibra, miro quién es y decido atender.

<<Hola Will, ¿Todo bien?

>>Claro, solo hablaba para felicitarte. 

<<Agh, cállate. Odio este día y lo sabes.

>>Mmm ni modo, ya estas viejo, supéralo y disfruta.

<<¿Viejo? Cumplo 24 años en este planeta asqueroso, dime viejo cuando este en los cincuenta. Gracias.

>>Si, si, como digas. Viejo.

Ríe fuerte, me pasa a Emma que pregunta en donde estoy, me regaña cuando le digo que en el trabajo. 

Ayer regresamos a Carolina del Norte, el monstruo miedoso tuve que bloquearlo para que no interfiera en subirme al Jet, nunca le había temido a algo, el accidente sí que lo dejo traumado. 

Volviendo a la actualidad, tras hablar en un tono agudo con Simón - mi sobrino - cuelgo irritado por sus felicitaciones. Nunca me gusto el día de mi cumpleaños, no sé qué le miran de interesante eso de festajear un año menos de vida. 

Resopló y apago la computadora, me levanto tomando mi saco del respaldo de la silla giratoria y salgo apagando las luces. En cuanto salgo del pequeño pasillo aparece de la nada Ryan, el gerente de aquí, tratando de asustarme con una máscara de payaso. 

Ian: idiota.

- Hazte a un lado - menciono sereno, no tengo ganas de lidiar con él. Obedece mi orden y se quita de mi camino - Gracias.

- Que tenga buena noche Señor Black.

- Aja, igual.

Me despido desinteresado con un moviendo de mano, hablarme Torrado que día es hoy, me puso de mal humor. Maldigo en voz baja, entro a mi auto y echo el saco al asiento copiloto. Prendo el motor emprendiendo camino a casa. 

Ian: ¿Tu la dejaste decorar? 

- No, pero me importa muy poco que lo haya hecho - estaciono dentro del garaje, es noche de brujas y acabo de lavar el auto. 

Ian: la casa se mira horrible.

- Ese es el punto. 

Salgo del carro desabrochándome el nudo de la corbata, entro a la casa mediante una puerta de aquí mismo y salgo al pie de las escaleras. 

Ian: ¿Hueles eso?

James: ¿Zanahoria y pan?

Luke: ¿Una mini zanahoria corriendo?

Eso último se refiere a Sebas corriendo a mi dirección vestido de una zanahoria podrida, lo recibo en mis brazos. Su carita está pintada de naranja, café y verde oscuro que le dan el efecto de estar en mal estado.

- ¿Zanahoria? - entro al salón, Hannah junto con Harry sentados en un sofá es lo que encuentro, Ian comienza con sus celos - ¿Por qué Sebas está así?

- ¿No te gusta? - se levanta sonriendo, cuando llega a mi altura beso sus labios.

- ¿Han salido a pedir dulces? - no pude evitar hacer una mueca, ella rió asintiendo.

- Si, Harry lo llevo.

- Bien.

Ian: ya quiero que se largue. 

Calma.

- ¿Papi? 

- ¿Si?

- ¿Te guta el...? - Hannah lo calla, riendo nerviosa. 

De reojo veo como Harry se levanta y va a la cocina. Mi zanahoria me toma de sorpresa besándome de nuevo y Sebas nos separa asqueado.

- No besho. 

Para hacerlo enojar entremedio de risas por nuestra parte, le doy piquitos y la abrazo por su cintura. Sebas se molesta cruzando sus brazos, emito su expresión de puchero y cejo fruncido. 

Se miraba tierno con el disfraz, los chicos empiezan a decirme que algo no está bien, presienten...las luces se apagan. Mi bebé chilla y se abraza a mí, interrogó a Hannah que se encoge de hombros.

Le iba a entregar a Sebas para ver qué sucedía y la maldita canción más horrorosa se comenzó a oír. 

Ian: ay no.

Respiro profundo y suelto a Hannah, me acomodo bien a Seba para que no se me caiga y veo a Harry caminando con un pastel en manos y velas prendidas. 

Finjo una sonrisa, lo único que me deleita es la voz de mi zanahoria, tan melodiosa y hermosa. La canción se acaba, Ian agradece igual que yo y sopló las velas sin ganas. 

- Felicidades, amor. 

- Felices 24, Ethan. 

- Gracias por el gesto, pero no lo vuelvan hacer - las sonrisas caen, me miran incredulos y me encojo de hombros. 

Lo sé, soy un insensible e hijo de puta, pero no me gusta. Por ende si no expreso a mi disgusto tendría que soportar todos los años siguientes en este día una celebración. Y no quiero.

- Bien, comamos pastel y a la cama.

Toma a Seba de mis brazos, las luces se prenden y caminamos al comedor. Ahora el ambiente es incomodo, Harry no habla. Comemos el rico pastel de zanahoria con un vaso de leche. 

- ¿Y mis bebés? - rompo el silencio, no la miro, pero sabe que a ella le pregunto.

- Dormidos, Margarita de vez en cuando va a checarlos

Susurro un "bien", término mi pedazo de pasteles yo con la leche y agarrando a Sebas dormido en los brazos de Harry, me despido simple y subo las escaleras. 

Estamos en la casa que pertenecía a los padres de Hannah mientras arreglo fallos y redemodelo la cabaña del bosque, aquí hasta el día de hoy vive Harry, el cuarto principal es de él. El siguiente de mis bebés y el que sigue mío y de Hannah.

En el baño indicando silencio a Sebas, le limpio su carita. Debajo del disfraz tiene un mameluco naranja, así lo dejo para dormir. Beso su sien y mirando a mis bebés dormidos en sus cunas, los acaricio y me voy directo a mi habitación.

Me doy un baño de agua caliente, escucho ruidos en la habitación y lo tomó por normal sabiendo quién es.

- ¿Ethan? - hago un ruidito con la garganta, mantengo mi vista en los pies para que el agua me caiga directo en la espalda.




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