Presa de ti ©

Capítulo 26

 

Mi corazón amenaza con salirse, subo las escaleras con mis piernas hechas gelatina, llego al principio y suelto un jadeo de dolor cuando Ethan da una palmada a mi trasero. 

- Sigamos recorriendo la casa - jala de mi mano, llegamos al final del pasillo a unas puertas corredizas de vidrio.

Afuera miro a Sebas y Margarita jugando con una pelota, de reojo miro como teclea algo en su teléfono y las puertas se abren solas. 

Suspiro preocupada, sin ese celular o él estamos encerrados en esta casa. 

- Ahorita voy, iré a ver a tus hermanos - le avisa a Sebas medio gritando, este hace un puchero, pero llaman su atención y se pone a jugar.

Tiene sus mejillas rojas igual que un tomate y sus cabellos los tiene pegados a la frente por el sudor, algo me dice que después de un rico baño caerá dormido al instante. 

Dejo de ver hacia el patio y me concentro al frente, ya le pise los talones y se ha quejado. 

- Lo siento.

- No hay problema, pon atención al frente. 

Asiento, vamos hasta la puerta principal y se me hace raro encontrar cerraduras. 

- Son solo como decoración, la puerta solo puedo abrirla yo. 

Hasta aquí llega. 

- ¿En mi celular también pondrás el sistema? 

- No, ¿por qué? - en eso también me enseña la pantalla de su teléfono, mis príncipes siguen dormidos. 

- ¿Nos dejarás encerrados? - me cruzo de brazos molesta, eso no está bien. 

- No hay peligros aquí adentro.

Se encoge de hombros, pasa por un lado y entra al salón para sentarse en uno de los sillones. Me pongo frente a él todavía cruzada de brazos. 

- ¿Y afuera si? - pregunta entrecerrando los ojos - Estas loco. 

Mierda, pensé en voz alta. 

- ¿Qué has dicho? - baja el teléfono y me asesina con la mirada.

Corre, corre por tu vida mientras puedas. 

No me muevo, dejo de cruzar los brazos y seco el sudor de mis manos en el pantalón, trago saliva y giro mi cabeza hacia las escaleras. 

- ¿N-no has considerado ir con...? - su mirada me puso nerviosa, tartamudeo como idiota y me da una sonrisa burlona.

- ¿Un psiquiatra? - termina por mi alzando ambas cejas. 

- S-si, eso.

Respiro profundo, abre sus piernas y las palmea, niego y me hago para atrás. Se levanta de golpe asustándome, pierdo el equilibrio por miedo y caigo de trasero al suelo, no levanto la vista de sus pies. 

- Ian saldrá en la noche - hago una mueca, estoy perdida - Estate alerta, Hannah. 

Asiento, escucho un llanto y miro a su mano izquierda donde porta el celular, los trillizos me necesitan. Hago el ademán de pararme y su mano me es extendida, no dudo en tomarla y jala fuerte haciendo que nuestros cuerpos choquen. 

Rodea mi cintura y su otra mano va a mi nuca pegándome a él. Tiemblo inconscientemente, sigo teniéndole mucho miedo a sus impulsos y bipolaridad. 

- ¿Crees que estoy loco? - susurra en mi oreja, cierro los ojos fuerte para evitar sollozar -  ¡¿Qué si crees que estoy loco?! ¡Responde!

Me separa de golpe y zarandea mi cuerpo de los brazos, subo mis manos en un intento de protegerme si quiere golpearme. Trató de hablarle, pero no salen palabras de lo mucho que mi quijada tiembla así que le respondo negando. 

Respira profundo, aligera el agarre en mis brazos y empieza acariciarlos. Mi hipo es lo único que se escucha junto los lloriqueos de mis bebés. 

- Solo intento protegerlos, cuido lo que más amo en esta vida. 

- Yo...igual t-te....

- No mientas - interrumpe entre dientes, toma mi mentón y me obliga a verlo directo, mis mejillas están húmedas y lo nota.

- Se que no me amas, pero no te preocupes - sonríe y acaricia mi barbilla con su pulgar - Yo tengo suficiente amor para los dos y nuestros hijos. 

Besa mis labios sellando las palabras, su mano sube a mi mejilla y cierro los ojos cuando retira las lágrimas. 

 

Ethan

 

Suspiro controlándome, tuve que bloquear a un furioso Ian. 

Vuelvo en si al oír el llanto de mis príncipes, tomo la mano de Hannah y la jalo conmigo escalera arriba, chupo mi dedo húmedo por sus lágrimas, verla llorar después de tanto tiempo hizo que mi pecho se comprimiera culpable, pero gracias a Ian logre excitarme. 

Entramos a la habitación donde ya hacen los llantos agudos, le indico a mi zanahoria que tome asiento en la silla mecedora, guardo mi teléfono en el bolsillo trasero del pantalón y voy por mi princesa.

Se la entrego a Hannah, agarro a otro y lo acomodo con ella también, al restante lo arrullo en mis brazos mientras preparo el biberón con la leche materna. 

Una vez todos ocupados comiendo el ambiente se vuelve más tranquilo, tomo asiento en el piso alfombrado y me quedo viendo los ojos grises de mi príncipe, ¿Que color serán al final?

¿Azules como los míos o esmeraldas de su mami?

Por lo que voy notando el pelo va ser castaño, igual el de su hermano y el de mi princesa sera ese color zanahoria que tanto nos encanta. 

James: cualquier color quedara de maravilla.

Claro, serán hermosos. Iguales a su padre.

Luke: si de belleza estamos hablando Hannah te gana. 

Ian: ¿Que?, eso no es cierto. Yo soy el más guapo aquí. 

James: quisieras rubio teñido.

Ian: ¡Hey!, mi color es natural.

Río bajito por la absurda discusión que tienen, al final Ian se desconecta enojado, James ríe como foca retrasada y Luke reprocha el comportamiento infantil de ambos. 

- Tienes a unos tíos muy locos - murmuro para mi bebe, le toco su naricita con mi dedo y esboza una sonrisa que causa ternura.

 

***
 

 

Ian: ya, apúrate.




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