Abrí los ojos lentamente, tenía la cabeza apoyada en la ventanilla, José seguía manejando, miré a mi lado y vi a Ana y a Melisa dormidas, habían pasado al menos dos horas
21 Despertaste – Dijo mi tío – Las tres deben estar muy cansadas, seguro no durmieron bien anoche
22 Yo pude dormir un poco el tiempo que estuve inconsciente, pero luego me quedé despierta toda la madrugada – respondí –
23 Estoy deseando llegar a casa – Intervino Julia – quisiera que conozcan a nuestros hijos, Jack y Michael, estoy segura de que se llevarán muy bien
24 Y se quedarán deslumbradas con la mansión, estoy seguro – dijo José –
25 Ya estoy deseando llegar – respondí tratando de parecer emocionada – ¿Por qué decidieron hacer el viaje en auto? Un avión sería mucho más rápido
26 Es que nos gusta viajar por tierra, pero si quieres la próxima vez que hagamos un viaje largo podemos tomar un avión – respondió Julia –
27 No, no hace falta, a mí también me gusta viajar en auto
28 Nos alegra que tengamos algo en común – dijo José y sonreí forzadamente, acomodé a Ana recostándola a mí, puse mi brazo sobre ella y le di un beso en su cabecita –
29 Sentimos mucho todo lo que está pasando, sé que no debes tener muchas ganas de sonreír, pero solo intentamos ser amables – dijo mi tío –
30 Lo sé, no se preocupen
31 Yo desde pequeño tenía mis diferencias con tu madre y cuando crecimos no éramos muy cercanos, pero… - mi tío me hacía daño con sus palabras –
32 De verdad no quisiera hablar de esto – lo interrumpí – Tal vez lo podamos hacer más adelante, cuando la mayor parte del dolor se haya ido
33 Claro – dijo avergonzado –
El viaje fue realmente largo, me pude dar cuenta cuando llegamos por la casa enorme que se veía al final del camino. Nos aparcamos en frente de una gran reja de color negro y un poco oxidada, mi tío la abrió y luego volvió al auto. A medida que avanzábamos, más me asombraba, a ambos lados del camino de tierra todo estaba cubierto de césped y de hojas secas caídas de los árboles, al lado derecho había una fuente en ruinas y a la izquierda a lo lejos entre los árboles pude ver un enorme lago con el agua verdosa. Nos aparcamos en frente de la casa, desperté a mis hermanas, José tomó las muletas del maletero y me las entregó, cuando salí del auto lo primero que hice fue darme la vuelta para ver la mansión, estaba muy bien conservada, pero sus paredes eran de color gris y tenía un aspecto colonial, supongo que mis tíos quisieron dejarla como era originalmente.
Por dentro la casa estaba decorada con un estilo antiguo, el candelabro que colgaba en la sala era muy hermoso. Pude notar que en las paredes solo colgaban cuadros de obras de arte, pero ningún retrato de la familia. Dos chicos bajaron por las anchas escaleras de mármol supongo que son los hijos de Julia y José
34 Ellos son nuestros hijos – Dijo Julia –
35 Mucho gusto, mi nombre es Jack – Dijo el mayor de ellos estrechando la mano, tal vez tendría veinte años en adelante, era un chico muy guapo, alto de estatura y de músculos pronunciados, su cabello era negro y sus ojos marrones y pequeños, sus labios eran carnosos y su nariz alargada –
36 Mucho gusto Jack, mi nombre es Megan – dije estrechando la mano con un poco de dificultad debido a las muletas – Ellas son mis hermanas Melisa y la más pequeña, Ana
37 Mucho gusto chicas – Dijo Jack –
38 Mi nombre es Michael – Él era el menor, creo que tiene entre quince y dieciséis años, tenía la misma estatura de su hermano y era delgado, su cabello era rizado y negro, sus labios eran carnosos y ligeramente rosados, sus ojos grandes y marrones, su nariz era fina, pero un poco estirada –
39 Tu madre ya me había hablado de ti, y de Jack también por supuesto – Dije –
40 Voy a llevar estas cajas a tu cuarto Megan – Dijo mi tío – Jack, ayuda a Megan a subir las escaleras para que descanse en su habitación, el viaje debió haber sido muy agotador para ella
41 Si padre
42 Cuida a Ana – Le dije a Melisa – voy a descansar un poco, exploren la casa, conozcan mejor a nuestros tíos, actúa natural cuando Ana esté delante
43 Puedes estar tranquila Megan, cuidaré a Ana, ve a descansar
Puse mi brazo sobre los hombros de mi primo Jack para que me sirviera de apoyo mientras él aguantaba mi cintura y la otra muleta me servía de apoyo para el lado derecho, fue complicado subir tantos escalones, pero lo logramos
44 Bueno, misión cumplida – dijo Jack –
45 muchas gracias – dije –
46 no hay de qué – respondió mi primo – Quiero darte mi más sentido pésame
47 Gracias
48 Quería decírtelo allá abajo, pero creí que no era apropiado hacerlo delante de la pequeña, supuse que aún no lo sabía – Dijo Jack –
49 No, aún no lo sabe, en unos días la llevaremos a un psicólogo para que le explique mejor
50 Es lo mejor, bueno voy a dejarte sola, debes doblar a la derecha del corredor y la tercera puerta de la pared izquierda es tu habitación, verás a mi padre ahí – Decía indicándome con sus manos –
51 gracias de nuevo
52 Siéntanse bienvenidas – asentí con una sonrisa forzada –
Comencé a avanzar por el corredor, pegado a la pared había un jarrón enorme de barro sobre un pedestal y encima un cuadro colgado, parecía ser un retrato de esta mansión en la oscuridad de la noche. Llegué a mi habitación y vi a José acomodando las cajas en el escritorio
53 Esta es tu habitación, espero que sea de tu agrado – dijo mi tío –
54 Es muy bonita y acogedora
55 Bueno, te dejaré sola
José se marchó y cerró la puerta, la habitación era grande, la cama estaba situada en la pared izquierda, en la pared frente a la puerta había tres ventanas alineadas de madera y cristal con cortinas gruesas de color verde oscuro, al lado de la puerta estaba el escritorio con una computadora y las cajas que había dejado mi tío José encima, en la pared de la derecha había una cómoda y sobre ella había un espejo cubierto con una manta, me acerqué a él y lo destapé, entonces vi todas mis heridas, tenía una pequeña partidura en la frente pegada al cabello, mi cuello tenía los dedos marcados de aquel asesino, los hematomas eran muy oscuros, tenía unos moretones en el pómulo derecho, si no estuviera tan herida, vería en el espejo la viva imagen de mi madre, mi cabello negro y lacio, la única diferencia es que yo lo tengo largo hasta las cadera y el de mi madre no sobrepasaba sus hombros, mis ojos grandes y verdes como los de ellas, mis labios carnosos, mi nariz pequeña y ligeramente respingada, exactamente como ella. En Melisa se puede notar atributos de mi padre, como su cabello color miel, sus ojos grandes y marrones, sus labios finos y pequeños y su nariz fina y un poco estirada. Ana aún es un poco pequeña, lo único que puedo decir es que es hermosa, tiene el cabello de mi padre y los ojos de mi madre.
Puse las muletas en la pared cerca de la cama y me acosté, no me quedé dormida, solo mirando a través de las ventanas el cielo anaranjado del atardecer. Cuando oscureció sentí que alguien golpeaba mi puerta
56 ¡Adelante! – exclamé –
57 Soy yo Megan – Melisa entró y cerró la puerta –
58 ¿Está todo bien? – dije sentándome –
59 Sí, todos aquí son maravillosos, aunque no puedo negar que me siento un poco incómoda – Melisa se sentó a mi lado –
60 Es normal, ya te acostumbrarás con el tiempo
61 Tu habitación es muy bonita – Dijo mirando alrededor, pero luego se quedó mirándome a los ojos y pude notar que los de ella estaban llenándose de lágrimas –
62 Todo va a estar bien – Tomé a Melisa entre mis brazos y ella comenzó a llorar sin consuelo –
63 Los extraño tanto, siento que mi vida está hecha pedazos y que nunca voy a poder superar el dolor que estoy sintiendo – Decía Melisa entre sollozos, cerré mis ojos fuerte para aguantar las lágrimas que estaban a punto de salir –
64 No digas eso, esto lo vamos a superar juntas, como hermanas nos apoyaremos una a la otra en las buenas y en las malas, es cierto que una parte del dolor siempre va a quedar con nosotras, pero vamos a seguir adelante – pasaba mi mano por su espalda – Julia y José trajeron unas cajas con algunas de sus pertenencias ¿Qué tal si las abrimos y tomamos algo de recuerdo? – Melisa se apartó y asintió mientras secaba sus lágrimas – Están sobre el escritorio, tráelas por mí, por favor – Mi hermana tomó una de las cajas y la puso sobre la cama entre las dos, las abrimos y lo primero que vimos fue un retrato de los cinco juntos, estábamos en un picnic –
65 Recuerdo este día – Melisa sonrió – Recuerdo que nuestro padre estaba probando su cámara nueva y la había puesto en temporizador para poder salir todos juntos, fue un día muy bonito, todos estábamos felices – Tomé en mis manos una cajita de un anillo, adentro estaba el anillo de jade de papá, decía que le daba suerte, siempre lo llevaba con él, excepto ayer –
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Editado: 12.03.2021