Presas

Encuentro en el cementerio

La alarma en mi celular comenzó a sonar indicando que eran las once y cincuenta, la habitación estaba completamente oscura, solo la iluminaba las imágenes de televisor. Estaba a punto de marcharme, pero vi a Melisa en pijama bajando las escaleras - ¿Qué haces despierta a esta hora? – le pregunté, pero no obtuve respuesta, Melisa siguió bajando los escalones lentamente - ¿Melisa? – me puse al pie de las escaleras y seguía sin responder, estaba sonámbula, a la mitad de la escalera tropezó y cayó encima de mí, ambas caímos al suelo – Ven Melisa, debemos llevarte a tu cuarto – Me levanté del suelo y la ayudé a levantarse también, la volví a poner en su cama, la arropé y salí de su habitación.
Encendí la linterna de mi celular y salí de la casa sin hacer ruido, comencé a avanzar por el césped y las ramas tiradas en el suelo, era un poco difícil hacer el camino con una linterna en el medio de la oscuridad. Supe que había llegado al cementerio debido a que el césped se hacía más alto. Alumbré con la linterna en todas las direcciones, pero no vi a Lina, solo me restaba quedarme esperando, tenía mucho miedo de estar aquí a esta hora y sola, así que me senté junto a la tumba de mi madre, me sentí más reconfortada ahí. Miré el reloj de mi celular en varias ocasiones, la última vez eran las doce y media y no había señales de Lina, así que me levanté para irme, no me agradaba estar ahí sola.
Comencé a caminar, pero sentí a alguien correr detrás de mí, me giré rápidamente y alumbré detrás de mí, pero no había nadie, solo una pequeña tumba que el pasto tapaba y que no había visto antes, me acerqué lentamente y me agaché alumbrando el epitafio que decía ¨Aquí yace nuestra querida Anastasia, estarás siempre en el corazón de tu madre¨ Sobre la tumba había una muñeca de plástico, la fecha de su nacimiento fue en el 2016 y la de su muerte 2018, hace dos años. Estuve un tiempo preguntándome quién podría ser esta niña que murió con solo dos años, me sentía muy mal por ella, escuché unos pasos lentos acercarse, alumbré a mis espaldas, pero no había nadie, luego sentí a alguien respirando en mi oído, un escalofrío invadió mi espalda y el miedo hacía que mi pecho se comprimiera cada vez más, la respiración en mi oído se remplazó por la voz de una niña – Sálvame – Me asusté demasiado y salí de ahí corriendo, la oscuridad me hacía difícil la huida, al igual que las ramas de los arbustos. Llegué a la casa y cerré la puerta, apoyé mi espalda en ella y me deslicé hasta sentarme en el suelo, noté que había alguien sentado en el sofá viendo la televisión, me levanté del suelo y comencé a acercarme, suspiré de alivio cuando vi a Ana - ¿Qué haces aquí? – le pregunté, pero no respondió, me puse en frente de ella – Vamos a tu cuarto – Ana me miró a los ojos, los suyos eran muy grandes y se veían aterradores – sálvame – Di un grito y me aparté de ella dando unos pasos hacia atrás, solo bastó que parpadeara para dejar de verla, miré a mi alrededor buscándola, pero no estaba ahí. José, Jack y Julia bajaron las escaleras corriendo
308 ¿Estás bien Megan? – preguntó mi tío encendiendo las luces – 
309 No, mi hermana estaba ahí sentada y luego desapareció – La voz me temblaba –
310 Tranquila querida, tal vez estabas soñando – Julia se acercó a mí – 
311 No, no estaba soñando
Corrí hacia la habitación de Ana gritando su nombre, me acerqué a su cama y quité la manta, no estaba ahí. Melisa estaba despierta - ¿Qué sucede Megan? – preguntó, pero debido a la desesperación no respondí y salí corriendo de la habitación. Fui a la habitación de Michael quién estaba jugando en la computadora - ¿Michael no has visto a Ana? – Negó con la cabeza sin siquiera mirarme, me enojé ante su indiferencia, solo lo ignoré y cerré su puerta de un tirón, busqué por toda la casa gritando el nombre de Ana, pero no obtuve respuesta. 
Todos menos Michael nos sentamos en la sala, estábamos muy preocupados, ¿a dónde podría ir Ana a esa hora de la noche? Julia estaba llamando a la policía, aunque trataba de contener mis lágrimas no era posible, Melisa también estaba llorando y eso me rompía el alma. Fui a mi habitación y tomé una linterna
312 Voy a buscarla al jardín – Dije y todos me miraron, cuando me dirigía a la puerta Julia agarró mi brazo – 
313 No puedes ir allá fuera, podría haber alguien – Dijo – 
314 No me importa, si tengo que morir para salvar a Ana, lo haré – me solté del agarre de Julia – 
315 Entonces voy contigo – Dijo Melisa – 
316 No, tú te quedas aquí dentro – Dije – 
317 Ella no puede ir, pero yo si voy contigo – Dijo José – 
318 Yo también voy contigo – Dijo Michael bajando las escaleras y esto me sorprendió – 
319 Está bien – dije – 
José, Michael y yo salimos de la casa y comenzamos a llamar a Ana esperando una respuesta, yo solo caminaba en cualquier dirección con la esperanza de encontrar a mi hermana, no me percaté ni siquiera de que me había separado de José y de Michael. Sentí a alguien acercarse a mí, me di la vuelta rápidamente y vi a Melisa
320 Casi me matas del susto ¿Qué haces aquí? – Dije molesta – 
321 No voy a dejarte ir a buscar a Ana sola mientras estoy en casa rezando
322 Sería una gran ayuda que rezaras por nosotras
323 Yo no creo que esas cosas funcionen – Dijo Melisa – 
324 Mejor cállate, ahora eres una preocupación más, no te alejes de mí – Melisa asintió – 
Entonces Melisa me gritó – ¡Megan, Ana está ahí! – Melisa señaló al lago y de él venía saliendo Michael todo mojado con Ana en los brazos e inconsciente, corrí hacia ellos con toda velocidad, me quité la chaqueta, la puse encima de Ana y la tomé en brazos – Ella estaba consciente, se desmayó por el miedo – Dijo Michael, lo miré a los ojos y le agradecí, después de todo no es un mal chico
Cuando entramos Julia abrazó a Ana con fuerza
325 Vamos a darte un baño – Dijo y se la llevó en brazos – 
326 ¿Estás bien? – Le pregunté a Michael – 
327 Estoy bien, solo necesito darme un baño y dormir un poco
328 Claro
Me di una ducha caliente y luego de este día tan horrible me acosté, todo el tiempo le pedía en mi mente gracias a Dios por permitir que mi hermana estuviera bien y otra cosa que no podía parar de pensar era en Lina ¿Por qué no se presentó a nuestro encuentro? No pasó mucho tiempo para dejarme vencer por el sueño.
Por más increíble que parezca, estaba junto a mis padres y hermanas, reviví ese momento, aunque en el fondo sabía que solo era un sueño. Estábamos en un día de picnic en un parque, bajo la sombra de un árbol, a unos pocos pasos hay un río caudaloso, muchos niños correteaban y muchas familias hacían lo mismo que nosotros. Mi madre tenía una sonrisa en su rostro mientras preparaba el sándwich de Ana y yo pensaba que era el paisaje perfecto mientras jugaba con el dije de mi cadena. Mi padre estaba a mi lado y se tumbó en el césped, yo hice lo mismo y ambos comenzamos a mirar las nubes, discutíamos por sus formas. Mi padre dejó el juego y me miró fijamente
329 ¿Qué? – pregunté mirándolo – 
330 Nada, solo que estoy muy orgulloso de mis tres hijas – sonreí – Cuando viniste con la noticia de que ganarías una beca para la universidad tu madre y yo nos pusimos muy feliz
331 Entonces de eso se trata – realmente esperaba que mis padres se sintieran orgullosos por otras cualidades – 
332 No solo de eso y lo sabes – hubo un silencio entre ambos – Quiero pedirte algo importante
333 ¿Qué es? – pregunté con curiosidad – 
334 Prométeme que cuando tu madre y yo no estemos en este mundo, harás todo lo posible por proteger a tus hermanas, promete que te enfrentarás a cualquier cosa por ellas – La petición de mi padre me pareció extraña – 
335 Eso no es necesario prometerlo, claro que protegeré a mis hermanas de todo, por ti, por mi madre, por ellas y por mí, pero también prometo hacer lo imposible por no perderte a ti y a mi madre tan pronto – En ese momento estaba tan segura de mis palabras – 
336 Me temo que eso está solo en las manos del destino, mi solecito – lo último era un apodo que solo él me decía – 
El cielo azul comenzó a desmoronarse y a volverse oscuro, lo mismo pasó con todo el lugar, los niños, mi familia se desvaneció y fue remplazado por mi antigua casa, estaba todo oscuro, excepto por la luz de la luna que entraban por las ventanas, me levanté del suelo confundida y sentía mi mano mojarse con un líquido espeso, la acerqué a mi rostro y vi sangre, miré a mi derecha asustada y vi la sangre correr por la escalera, alcé un poco más la vista y vi a mi padre - ¡papá! – Grité y corrí hacia él con lágrimas en los ojos. Me senté en el escalón y lo puse en mi regazo, comencé a llorar encima de él – Papá, despierta por favor, no me dejes sola – susurraba hincando mi rostro contra su cuerpo sin vida – No me dejes, no soy lo suficientemente fuerte aún – Mojé su camisa con mis lágrimas y no me importaba en lo absoluto embarrarme con su sangre. 
Una sombra que venía de lo alto de la escalera tapó la poca luz que daba sobre nosotros, levanté mi mirada lentamente y vi a ese monstruo otra vez. Simplemente me quedé paralizada junto a mi padre, no hice nada más que observarlo. Él comenzó a bajar los escalones lentamente, sus pasos eran muy inquietantes, se detuvo en un escalón más arriba de mí, luego se agachó y puso su rostro junto al mío – Mira mis ojos – Dijo, sus ojos eran pequeños y verdes, aún me acuerdo a la perfección de ellos – ¿Todavía no sabes quién soy? – continuó. Seguí mirando sus ojos hasta el último minuto de mi sueño.
El frío que entraba por la ventana de mi habitación me despertó, cuando abrí mis ojos vi a Michael parado junto a mí, estaba observándome, me senté de un salto - ¿Qué haces aquí? – pregunté – Buenos días a ti también, solecito – dijo con una sonrisa, cuando escuché su sarcasmo no supe que decir, no tenía ni idea de cómo sabía que mi padre me llamaba de esta forma, solo me quedé en silencio y Michael se marchó de la habitación.
El día estaba frío, así que me puse un pantalón y una enguatada, bajé al comedor y todos menos Michael estaban en la mesa. Julia alimentaba a Ana y Lina ponía la mesa, estuve mirándola un tiempo tratando de ver en su rostro alguna respuesta de por qué no fue ayer al cementerio, pero disimulaba muy bien delante de todos. Me senté en la mesa y no dije nada a Julia respecto a Ana para evitar problemas, mi tío estaba disfrutando su chocolate caliente mientras leía el periódico
337 José – Dije interrumpiéndolo – 
338 ¿Si querida? – dijo bajando un poco el periódico – 
339 Quisiera hablar de algo muy importante, cosas que están sucediendo aquí, en esta casa
340 ¿Qué quieres decir querida? – José estaba intrigado – 
341 Quiero decir que cosas muy extrañas están sucediendo, la otra vez que estaba en el ático muchas cosas comenzaron a caerse, he tenido sueños extraños, he escuchado voces en mi oído – Todos en la mesa me escuchaban atentamente, aunque yo sonaba un poco alterada – creo que aquí hay algún tipo de actividad paranormal, o algo más, no lo sé – cuando terminé de hablar todos en la mesa menos Melisa comenzaron a reír – 
342 Por favor Megan, ya estás muy grande para creer en fantasmas – Dijo Jack burlándose – 
343 Megan tiene razón – intervino Melisa – Yo he visto cosas muy extrañas aquí dentro, el día que caí al lago no fue porque simplemente perdí el equilibrio
344 Por favor chicas, los fantasmas no existen, no hablen de esto en frente de Ana o podrían asustarla – Dijo Julia–
345 ¡No me digan que Megan cree en los fantasmas! – Michael entró con una amplia sonrisa y traía algo pequeño escondiéndolo entre las palmas de sus manos – 
346 Me pregunto a qué temes más – Michael se paró a mi lado - ¿A los fantasmas? – miré a Michael con atención - ¿¡O a las arañas!? – Michael lanzó sobre mi brazo a una araña enorme y comenzó a reír cuando me escuchó gritar con todas mis fuerzas, comencé a sacudir la araña de encima de mí y mis gritos no cesaron hasta que logré quitarla de mi brazo, él de alguna forma sabía sobre mi fobia por las arañas – 
347 ¡Te voy a matar maldito! – La furia se apoderó de mí, tomé a Michael por la enguatada y lo acorralé contra la pared – 
348 ¡No te atrevas a tocar a mi hijo! – Julia quitó mis manos de Michael con una enorme fuerza y se puso en medio de los dos – 
349 Deberías educar mejor a tu hijo, por un momento pensé que había reflexionado, pero me equivoqué, es un completo idiota – Una cachetada de Julia me tomó por sorpresa – 
350 No te atrevas a juzgar la educación que le di a mis hijos – Dijo oprimiendo sus labios, puse mi mano en mi mejilla que ardía – 
351 Bien, ya no aguanto más vivir aquí – Dije con rabia – voy a empacar y hoy en la noche sacaré pasajes para mis hermanas y para mí, volveremos a casa, en realidad aceptamos la hospitalidad de ustedes porque no aguantaría volver al lugar donde había vivido con mis padres tanto tiempo, pero no tenemos necesidad de aguantar las idioteces de unos ni los golpes de otros – Miré a Michael – Lo conseguiste, me voy - Tomé a Ana en mis brazos – Vamos Melisa, tienes que empacar tus maletas
352 No Megan, por favor perdóname – Dijo Julia casi implorándome – 
353 No hay nada que perdonar – Dije –
Mis hermanas y yo nos marchamos del comedor y fuimos a la habitación de Ana y Melisa. Comencé a sacar la ropa de Ana del escaparate bruscamente y a ponerla dentro de la maleta, sentía tanta rabia, moría por salir de ahí
354 Debes calmarte Megan – Dijo Melisa – 
355 Solo me calmaré cuando salgamos de aquí – Dije – 
Luego de empacar las cosas de Ana fui a mi habitación y comencé a empacar las mías. Cuando terminé y estaba cerrando mi maleta sentí la voz de esa niña otra vez – No te vayas Megan, sálvame – decía – sigue mi voz – continuó. Salí al corredor en busca de la voz de la pequeña, me paré junto a la escalera – Sigue mi voz – repitió y la sentí venir de la planta de abajo, bajé y me dirigí al ala oeste, llegué hasta el extremo de la casa y escuché la voz, pero esta vez venía del largo corredor donde solo había una puerta en el otro extremo, una puerta que ya había visto antes pero que no pude abrir. Me acerqué a esta y giré la manija, para mi sorpresa estaba abierta, la empujé y era un sótano, se desprendía un fuerte olor a humedad y todo estaba oscuro, había un interruptor en la pared de afuera, lo subí y encendió una bombilla de color amarillo. Bajé las escaleras de madera, las cuales rechinaban con cada paso que daba, el sótano estaba lleno de libros viejos tirados por todo el suelo y había un grupo de cosas apiladas tapadas con una manta blanca, pensé que eran estantes o algún tipo de mueble debido al tamaño. Me acerqué a ellos y los destapé, el polvo que se levantó me hizo toser, giré mi rostro a un lado y comencé a sacudir mi mano frente a mi cara para repelerlo. Miré otra vez lo que había destapado, eran un montón de espejos de muchos tamaños, no había espejos en ningún lugar de la casa, solo en mi cuarto y en el de mis hermanas, supuse que estos son los espejos de la casa y los retiraron aquí, pero ¿Por qué? A mi lado había algo más cubierto con una manta blanca, tenía forma rectangular, acerqué mis manos y lo destapé, me sorprendí al ver un ataúd.



#12593 en Fantasía
#4779 en Personajes sobrenaturales
#6997 en Thriller
#3890 en Misterio

En el texto hay: vampiros, misterio, paranormal

Editado: 12.03.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.