Mi colaboración con el proyecto VR writers se inicia con la propuesta de Víctor, al que conocía desde hacía un tiempo y con el que había compartido charlas y momentos.
Su constante impulso y energía le lleva a proponer y a meterse en multitud de iniciativas diferentes, quizá más de las debidas especialmente cuando no se embarca en ellas solo. Siendo así y sabiendo los antecedentes y orígenes del citado proyecto, cuando recibí su propuesta para colaborar en lo que luego sería conocido como “Una navidad en Reus” tuve pensamientos encontrados. Por un lado me apetecía sobremanera poder escribir una historia ambientada en mi ciudad natal y por otro colaborar con personas con un gusto afín a esto de darle vueltas a las letras y las frases, a los sentimientos, a todo aquello que te pasa por la cabeza. Pero por otro lado también tenía experiencia previa en lo concerniente a erigir una historia a varias manos y cabezas pensantes. Conocía los riesgos y problemas que podría implicar, de ahí mis lógicas dudas iniciales que fueron trasladadas a Víctor.
Más aún cuando otro de los puntos significativos de la propuesta era el usar un personaje existente previamente de mi mundo literario, bastante escaso por otro lado. Dejar tus juguetes a otros para que los toqueteen puede ser complicado. Aún así, accedí finalmente y escogí para ello a Marcos, uno que tenía cierto componente especial para mí y con el que fue divertido reencontrarme. Hacerlo interactuar con el resto de personajes de mis compañeros y con las situaciones propuestas fue un reto gratificante. Eso sí, me aseguré de darle a Marcos un final no necesariamente definitivo pero sí definitorio, dado que la resolución de la historia quedó en suspenso.
De aquella colaboración me quedo con los momentos de creación agitada, con los entresijos de la historia interna y con la satisfacción de haber hecho un trabajo del que me siento contento, agradeciendo a Víctor su invitación. No voy a negar que su complicación por momentos fue algo con lo que tuvimos que lidiar todos en diferentes momentos con más o menos afectación, pero eso no debe eclipsar lo que fue en general una experiencia positiva.