Sigo diciendo que conocer a Víctor fue una coincidencia, algo que inició mediante una solicitud de amistad en Facebook haciendo caso a las sugerencias del algoritmo. Hubo algo en aquella foto de perfil que me invitó a dar el clic y luego a adentrarme en las profundidades de sus escritos.
Sin embargo, no fue hasta que, semanas más tarde, él me envió un saludo y me invitó a formar parte de un proyecto literario con otros escritores. Voy a ser sincera; cuando lo hizo y me explicó cómo funcionaba todo, no entendí ni una palabra, pero aun así me vi arrastrada por su ímpetu y carisma hacia ello, llevándome hasta estrellarme de bruces contra una experiencia maravillosa.
A partir de que entré en aquel fantástico mundo, me convertí en una simple observadora, como audiencia en cine, de una película en la que siempre están sucediendo cosas y no debes pestañear para no perderte ningún detalle. Me ha tocado la dicha de compartir este tiempo con Víctor y con cuatro escritores bastante talentosos y creativos, y, a partir de nuestros propios personajes, crear algo grande que traspasa los límites de nuestros propios universos.
Fue hasta hace poco que dejé de ser una observadora más y tomé un papel más activo, uniéndome a más proyectos, disponiendo mi alma y todo lo que tengo para hacer crecer a VR Writers, ya sea mediante mis ilustraciones, mis escritos o mi apoyo moral al Señor Jefe Víctor.
Así mismo, esto me ha dado la oportunidad de encontrar a un compañero de vida, a la otra mitad del duodinámico místico literario y alguien que ha llenado de energía y buena vibra aquel rincón estresado que era para mí la escritura cuando decidí dedicarme de lleno a esto.
Mi nombre es Vlad Strange; escritora, diseñadora, ilustradora, multiusos mexicana con corazón de nopal. Fiel amante de la literatura fantástica y de la ciencia ficción.
Mi otro nombre es Donna Aprile; escritora, diseñadora, entrepeneur y multiusos mexicana, corazón entregado a Mario Puzzo y a su increíble trilogía de El Padrino, a Tarantino y a lo políticamente incorrecto.
¡God bless VR Writers!