Capítulo 13 - PIEL CONTRA PIEL

El despertador de Alba suena haciendo que ambas poco a poco nos despejemos y terminemos por levantarnos. Voy como una zombi hasta mi maleta y cojo la ropa para el día de hoy. Ando hasta el baño y me quito el pijama para poder entrar en la ducha. Necesito despejarme y ser persona.

Ayer no nos fuimos demasiado tarde, ya que hoy tenemos un día intenso de ensayos y ninguna de las dos queríamos estar hoy para el arrastre, ni mucho menos. Estuve lo justo para pasar un rato rodeado de mis compañeros, pasarlo bien y poder levantarme con buen aspecto. Aunque esto solo lo consigo después de una ducha.

Al salir me visto con la ropa que he cogido y salgo del baño para que pueda entrar Alba. En el dormitorio cojo mi neceser de maquillaje y me pongo en el espejo. Me maquillo sutilmente, solo para verme bien, sin exagerar mucho, lo básico.

Al terminar ambas salimos de la habitación y bajamos en el ascensor hasta el hall. Al salir puedo ver a muchos de los aspirantes caminando en la misma dirección que nosotras, todos vamos a desayunar.

Al entrar un cuerpo se para frente a mí. Alzo la mirada y me encuentro con la sonrisa de Carlos.

• Buenos días – me saluda para después darme un abrazo.
• Buenos días para ti también – respondo al separarnos.
• Creo que te va a gustar la mesa que he escogido – me dice cogiendo mi mano y arrastrándome dentro del comedor.
• Nos vemos luego Alba – digo en voz bastante alta porque Carlos no se para y me lleva con él.

Su mano sigue cogiendo la mía hasta que llega a una mesa junto a la cristalera, con vistas a la piscina. La verdad es que es una mesa con unas vistas muy bonitas. Dejo encima de la mesa el pequeño bolso que había cogido para meter el móvil, la cartera, la tarjeta de la habitación y pañuelos.

Vamos juntos a las mesas de comida para coger el desayuno, ya que es buffet. Miro entre las cosas que hay y al final decido coger una napolitana de chocolate y un donut. Lo llevo hasta la mesa y después vuelvo para coger un zumo de naranja y una taza de leche con cola-cao.

Cuando tenemos todo nos sentamos en la mesa. Sonrío al verle tan contento dispuesto a comerse su desayuno, parece un niño pequeño.

• ¿Qué tal la noche? – comienza él la conversación.
• Bastante bien, he dormido muy bien – respondo - ¿Y tú? – pregunto.
• Bien – me responde para darle un trago a su zumo.
• ¿Qué crees que nos va a deparar el día de hoy? – pregunto pensando en los ensayos.
• Supongo que nos pasemos todo el día ensayando con el grupo que nos toque – me dice – Espero llevarme bien con el grupo y que nos toque una canción buena para pasar a la siguiente fase – sonríe.
• Yo mientras no la cague todo perfecto –ambos nos reímos.

Seguimos con el desayuno hablando de todo pero como me ha pasado otras veces, siento que alguien me mira. Busco entre la gente hasta que lo encuentro. Es otra vez Miki, su ceño está fruncido y las manos posadas encima de su mesa están cerradas en un puño. ¿Qué le pasa? Me pilla observándolo y giro la cara para mirar al frente, a Carlos. Pero vuelvo a mirar en su dirección de reojo para ver que sigue mirándome.

Vuelvo a centrarme en Carlos y cuando terminamos me acompaña hasta el ascensor. Al llegar a mi planta me despido de él y voy hasta mi cuarto para limpiarme los dientes, entrar al baño y recoger mis cosas. Alba ya había bajado porque cuando llegué ella se iba. Salgo de la habitación y voy hasta el ascensor para ir al hall.

Cuando salgo y voy hacia la puerta aparece en mi campo de visión Miki.

• Hola – saluda – buenos días – me sonríe.
• Buenos días – respondo con una sonrisa aunque aun estoy preocupada por la actitud que tenía antes - ¿Qué haces aquí? – pregunto intrigada.
• Estaba esperándote – me contesta.
• ¿A mí? – digo extrañada.
• Sí – afirma – me apetece que vayamos juntos, anoche no pudimos estar mucho rato hablando – me dice.
• Está bien – sonrío.

Andamos el uno junto al otro hasta la puerta y después subimos en el mismo bus. Me siento junto a la ventanilla y él en el asiento junto al mío. Pasamos el viaje hablando de todo un poco.

Cuando llegamos nos dirigimos hacia las escaleras para esperar nuevas instrucciones. Todos nos arremolinamos nerviosos, esperando nuevas indicaciones. Al cabo de unos segundos aparece Noemí.

• Buenos días – nos saluda a todos con una sonrisa – Espero que hayáis pasado una buena noche y que descasaseis. Os espera un día muy largo de trabajo – asiento entusiasmada y miro a Miki que está igual que yo – Hoy nos vamos a centrar en los grupos, queremos saber si sois capaces de armonizar las voces y lo más importante, trabajar en grupo – sigue hablando – Los grupos serán los que dijimos ayer, es decir, las personas que fui diciendo para daros el veredicto – nos mira para saber si la hemos entendido.

Siento como la mano de Miki roza la mía y lo miro algo ruborizada.  Sus ojos encuentran los míos y me sonríe.

• Parece ser que nos ha tocado juntos – me dice.
• Parece ser – respondo sonriendo.
• Muy bien – me devuelven a la realidad las palabras de Noemí – Haremos un sorteo de las canciones que hemos propuesto. Después pasareis la mañana repartiendo la canción e iréis pasando grupo a grupo con nuestra profesora de coreografía, Vicky – nos presenta a la que podría ser mi futura profesora dentro de la academia. Si es que entraba claro.
• Muy buenas a todos chicos – nos saluda con una sonrisa radiante – Cuando estéis conmigo os enseñaré una pequeña coreografía si la canción lo permite y cambios en la formación. Queremos ver cómo os desenvolvéis encima de un escenario y si sois capaces de seguir las pautas que se os dan – termina de decir.
• Mañana por la mañana será la actuación y los veredictos los diremos por la tarde – continua Noemí – Ahora formar los mismos grupos de ayer para poder hacer el sorteo de las canciones – finaliza.