Presiento 1 - Que vas a ser mi mejor error - Miki Núñez

Capítulo 14 - SENSACIONES

 

Narra Miki: 

 

Me levanto cuando suena la alarma del móvil. Como un autómata me levanto y entro dentro de la ducha. El agua fría me despierta pero aun tengo un nudo en el estómago desde anoche.

No puedo quitarme de la cabeza a María. Realmente no sé qué es lo que me pasa con ella, solo siento que necesito tenerla cerca y saber más de su vida. Mi instinto me dice que debo estar a su lado. Pero no entiendo nada.

Al salir me vista con una camiseta y un pantalón corto, cojo la llave de la habitación y mi móvil para salir de la habitación e ir a desayunar. Cuando llego ya hay mucha gente, busco a alguien conocido y al final veo a Joan sentado solo en una mesa. Me acerco a él y le sonrío.

  • Buenos días – saludo alegre apoyando mis manos en el respaldo de una silla libre.
  • Buenos días – me responde de igual forma.
  • Voy a pillarme algo para desayunar y vuelvo – le digo mientras voy hasta las mesas en las que hay comida.

Me sirvo un desayuno bastante abundante y vuelvo a la mesa, donde ya están sentados Dave y  Alba. Miro en la mesa pero no veo a María por ningún lado, siempre está con Alba o con Natalia. Busco y al final la encuentro sentada riendo con Carlos.

Me había olvidado por completo que habían quedado para desayunar. Mis manos se cierran en puños al ver la imagen. No dejo de mirarla aun después de que ella se diera cuenta de que la estaba mirando.

No entiendo porqué me siento así, es como si sintiera celos. ¿Pero por qué? Acabo de conocerla, es imposible. Pero tengo esa sensación dentro de querer estar con ella, de hacerla sonreír. Me levanto enfadado conmigo mismo de la mesa y sin despedirme me voy a mi habitación.

Al llegar voy al baño para lavarme la cara con agua fría y termino mirándome al espejo.

Sintiéndome así no voy a ir a ningún lado. Ella es libre de hacer lo que le dé la gana, de estar con quien quiera. Me estoy comportando como un completo gilipollas, como un ex novio celoso. Cuando lo que siento por ella no tiene nada que ver. Nunca he sido así, tengo que empezar de cero con ella. Olvidar estos dos días y ser yo mismo pero sin ser un capullo.

Tras estar unos minutos pensando, recojo mis cosas y me cuelgo mi acreditación del cuello para salir de la habitación. Al llegar al hall me cruzo con algún rostro conocido al que saludo con una sonrisa pero al no encontrar a quien busco, espero paciente junto al ascensor.

Finalmente las puertas del elevador se abren y aparece ella con una sonrisa y algo distraída. Me acerco con paso firme hasta ella, colocándome justo delante, interponiéndome en su camino. Alza la mirada y me mira algo confusa.

  • Hola – saludo – buenos días – sonrío.
  • Buenos días – me responde con una sonrisa amplia aunque en sus ojos puedo ver desconcierto. Se creerá que soy bipolar - ¿Qué haces aquí? – pregunta intrigada.
  • Estaba esperándote – contesto sincero.
  • ¿A mí? – me dice extrañada, sin entenderme.
  • Sí – afirmo intentando aguantar una carcajada al ver su cara de extrañeza – me apetece que vayamos juntos, anoche no pudimos estar mucho rato hablando – intento ser amable después de cómo me comporté ayer.
  • Está bien – sonríe feliz.

Comenzamos a andar, uno junto al otro, a la par. Nos metemos en el mismo bus. María se sienta junto a la ventanilla y yo ocupo el asiento contiguo. El resto del viaje la pasamos hablando de nosotros, de nuestra vida, de lo que nos gusta. Conociéndonos un poco más.

Al llegar nos espera Noemí que nos explica las instrucciones de lo que va a consistir esta fase dos del casting final. Cuando termina de hablar una sonrisa se me dibuja en la cara. Me ha tocado con María y eso significa poder pasar más tiempo en su compañía. Es una chica totalmente diferente a todas las que he conocido y eso me gusta mucho.

Mi mano roza sin querer la suya y mis ojos se encuentran con los suyos después de este acto tan inocente. Me fijo bien y veo que se ha ruborizado haciendo que mi sonrisa sea más ancha.

  • Parece ser que nos ha tocado juntos – hablo primero para romper el silencio incómodo que se ha instalado.
  • Parece ser – responde sonriendo.
  • Muy bien – interrumpe nuestra conversación Noemí – Haremos un sorteo de las canciones que hemos propuesto. Después pasareis la mañana repartiendo la canción e iréis pasando grupo a grupo con nuestra profesora de coreografía, Vicky – presenta a la profesora de la academia.

Sigo atento a todas las palabras que nos dice y cuando termina se produce un revuelo entre la gente porque todos buscan a sus compañeros de grupo. Agarro con fuerza la mano de María para que no se separe de mí y comienzo a caminar entre la gente. Ella se deja guiar por mí y sonrío internamente ya que no ha rechazado mi mano y porque me sigue sin ninguna objeción. Confía en mí, al menos en este caso.

Miro por encima de la gente hasta que encuentro a nuestro grupo y caminamos hasta allí. Me paro en seco y María también. Miro sonriendo al grupo con ganas de comenzar a trabajar y dar lo mejor de mí.

De repente la mano de María se desliza por la mía, separándose de mi agarre de manera delicada, intentando no hacerme de menos. La miro y veo que está roja por lo que pongo mi mejor sonrisa ladeada para poder ponerla más nerviosa, la situación me divierte. Pero no digo nada, no quiero hacerla sentir incomoda por más tiempo.

María se sienta en una mesa y yo la imito. Comenzamos a hablar de todo un poco, conociéndonos un poco más, sobre todo en lo que concierne a gustos musicales y a nuestro propio estilo. Intentamos que estos minutos en los que esperamos a que nos den la canción se pasen lo más rápido posible.

Al cabo de unos minutos aparece un miembro del staff y nos entrega unas hojas con la letra de la canción. Sabela reparte las hojas y miro el título. Nos ha tocado “Échame la culpa” de Luis Fonsi y Demi Lovato. Es todo un reto, sobre todo para mí.

  • Nos ha tocado bailar – digo un poco nervioso porque estas cosas no se me dan bien.
  • No te preocupes nos saldrá bien – me dice María mirándome al verme así de nervioso.
  • Eso es – habla Sabela animada – nos va a salir genial – sigue hablando – Ahora tenemos que repartir la canción, aprenderla para después por la tarde ir con Vicky – lee las últimas líneas de la hoja, en la que aparece que los ensayos de la puesta en escena se realizan por la tarde.




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