El aeropuerto está atestado de gente que va de un lugar a otro. Al ser pequeño se nota mucho más la cantidad de gente aunque no sea mucha. Mi vuelo sale dentro de media hora rumbo a Barcelona y me encuentro esperando en unas sillas, mirando por los cristales como los aviones despegan o aterrizan.
Aun no puedo creerme que sea el día. Hoy por fin vuelvo a Barcelona para poder ensayar en el escenario ya que la gala 0 se va a realizar dentro de unos días. Estoy muy nerviosa, no solo por coger el avión sino por todo lo que va venir. Me parece irreal que vaya a suceder pero va a pasar.
Veo en el panel mi puerta de embarque y que ya se puede entrar por lo que me levanto, cojo la maleta y la mochila y camino hasta allí. Llevo también otra maleta más grande pero la he facturado. No sé si voy a entrar o no, tengo posibilidades eso sí, así que nos dijeron que lleváramos bastantes cosas por si entrábamos. No llevo todo lo que voy a necesitar, en caso de que entre mi familia las enviará, por eso no hay problema.
Me pongo en la cola y espero pacientemente hasta que me toca. El azafato revisa mi billete y me deja pasar. Camino por el pasillo y entre en el avión. Unas azafatas me dan la bienvenida y yo les doy las gracias. Busco mi asiento y en cuanto lo localizo guardo mi maleta en el portaequipajes de arriba y me siento. Me ha tocado ventanilla por lo que voy a poder disfrutar de las vistas.
El vuelo dura menos de dos horas. Cuanto más cerca estoy, más nerviosa me pongo. Voy a reencontrarme con todos mis compañeros, voy a subirme encima de un escenario por primera vez pero lo que más nerviosa me pone es volver a ver a Miki.
Estas semanas me han servido para olvidarme un poco de él, pensar en mí, disfrutar del verano, de mis amigas, de mi familia. No había pensado mucho en él. Mentira y gorda. Todas las noches antes de dormir se me venía su imagen a la cabeza. Tampoco ayudaba el hecho de que me enviara mensajes. Al principio eran todos los días y como no le respondía fueron decayendo, hasta que la semana pasada dejó de enviarlos.
No me sentía con las suficientes fuerzas como para hablarle. Sé que he actuado como una cría pero a veces cuando hablamos detrás de una pantalla podemos interpretar los mensajes de muchas formas, ocasionando que a veces malinterpretemos lo que nos han querido decir o en el que contexto en el que está escrito. Creo que si él me hubiera dicho cualquier cosa, por pequeña que fuera, con gesto cariñoso o dulce, me habría derretido ahí mismo y mi cabeza se habría puesto a soñar. Haciendo que esta vuelta hubiera sido mucho más difícil si tengo una pizca de ilusión.
El avión aterriza y bajo de él para ir en busca de mi maleta facturada. Cuando la tengo lista me dirijo hasta la salida donde una persona del staff me está esperando con mi nombre. Me acerco a la chica, nos saludamos y me ayuda con las maletas. Cuando llegamos al coche ponemos rumbo al mismo hotel donde me alojé para el casting final.
Me bajo del coche y con las maletas camino hasta la recepción para registrarme y que me den la llave de mi habitación. Espero volver a compartirla con Alba. Tengo tantas ganas de verla y abrazarla… Hemos estado hablando mucho durante estas semanas, nos hemos ayudado con las canciones y lo más importante, hemos podido compartir nuestros pensamientos y sentimientos de lo que estamos viviendo y cómo nos está afectando.
El recepcionista me entrega la llave. Cojo las maletas y salgo de la fila en dirección al ascensor pero unos brazos me rodean de repente haciéndome perder el equilibrio, provocando que casi nos caigamos al suelo.
Me separo un poco soltando las maletas y me encuentro con la mirada de Alba que me sonríe entusiasmada.
Alba me ayuda con las maletas y juntas subimos a nuestra habitación. Hablamos un poco de todo hasta que llegamos. Al entrar dejo todo desperdigado por la habitación y me tumbo en la cama boca arriba. Estoy cansada por el viaje y a la vez emocionada.
Asiento con la cabeza mientras la sonrío. Dejo un par de cosas que había en mi bolso y cuando estoy lista juntas bajamos para cenar.
Un cosquilleo me recorre el cuerpo entero cuando comienza a bajar el ascensor al hall. Traspasamos las puertas y a la primera persona que veo es a Natalia que se acerca a mí sonriendo. Nos abrazamos fuerte y después lo hago con Sabela y Dave. Miro a mi alrededor pero no veo a nadie más, ni siquiera a Miki. Que raro.