Miki me mira sorprendido sin saber qué decirme pero aun así descuelga la llamada. Me siento una completa estúpida y toda esta situación me resulta muy incómoda.
Supongo que es su novia. Saco mis pies del agua y me abrazo las rodillas, alzo la mirada al cielo estrellado pensando que cada una de ellas es un lugar diferente en el que me gustaría estar y no justamente aquí.
Lo miro de reojo y veo que está algo enfadado. No sé que estará pasando pero no es de mi incumbencia. No sé qué narices pinto yo aquí, cuando lo único que hago es hacerme más daño con esta situación.
Los minutos pasan y Miki aun sigue hablando con su novia por lo que decido salir de allí, no tiene ningún sentido esperar más. Me levanto cojo mis playeras con la mano y sin mirarle camino de vuelta al interior del edificio.
Estoy a punto de entrar cuando una mano agarra mi brazo para pararme y la otra se posa en mi cintura. El corazón se me acelera cuando me topo con sus ojos que me miran intensamente.
Voy casi corriendo hasta mi habitación. Cuando cierro las puerta tras de mí, me apoyo contra ella y suspiro con fuerza. No sé si voy a poder con esto, estar cerca de Miki.
La alarma del móvil suena y abro los ojos con pereza. Anoche cuando conseguí meterme en la cama era muy tarde ya, no dejaba de pensar en Miki, en todo lo que me estaba pasando con él.
Nos terminamos de arreglar y bajamos a desayunar juntas. Al terminar nos montamos en un autobus todos juntos y nos llevan al Parc Audiovisual. No he vuelto a cruzar ni una palabra ni una mirada con Miki, lo estoy evitando a posta, no sé cómo enfrentarme a él.
Al llegar nos conducen por los pasillos hasta que llegamos a la parte de atrás del plató. Los nervios me invaden y cuando subo encima del escenario me quedo sin respiración. Esto está ocurriendo de verdad. Está pasando.
Echamos un vistazo y veo a todos sonriendo y riendo. Parecemos niños pequeños estrenando un juguete nuevo. Nos sentamos en los sofás y esperamos indicaciones.
El tiempo pasa y aun no me ha tocado subirme en el escenario. Estoy nerviosa pero a la vez tengo unas ganas enormes de subirme y probar lo que se siente. Siempre me lo he imaginado y solo espero no quedarme en blanco o hacer el ridículo.
Cruzo la pasarela tímida y me coloco en el centro del escenario, donde me indican. Me dan un micrófono y los in ears para que me los coloque en mis orejas.
La sigo hasta que me indica el lugar en el que debo comenzar a cantar y después avisa a los técnicos para que coloquen la música. Las notas comienzan a sonar por los altavoces y los in ears. Respiro profundamente y comienzo a cantar, dejando fuera todo lo demás.
Al terminar miro a mis compañeros que me aplauden. Hablo con los técnicos, con Noemí, Vicky y Manu y tras sus indicaciones y consejos repetimos un par de veces hasta que todo queda perfecto. Los veo realmente contentos con mi elección y mi actuación por lo que me dejan tranquila. Vuelvo con mis compañeros sentándome entre Alba y Natalia.
Las chicas me felicitan y yo me quedo más tranquila, pudiendo disfrutar de las actuaciones de mis compañeros. Le toca ensayar a Natalia por lo que el hueco a mi lado queda libre, hasta que unos minutos más tarde siento que el sofá se hunde. Me giro y me encuentro con la mirada inquisitoria de Miki y rehúyo su mirada rápidamente.