Presiento 1 - Que vas a ser mi mejor error - Miki Núñez

Capítulo 23 - UNA OPORTUNIDAD MÁS

Hoy es el día, hoy por la noche es la gala 0. A partir de hoy puedo comenzar una nueva vida dentro de la Academia. Estoy realmente nerviosa y el ambiente entre todos es bastante tenso. De los dieciocho que somos, solo vamos a entrar dieciséis, dos se quedarán fuera. ¿Quiénes serán? Aun no lo sé pero estoy segura de que tengo posibilidades de ser una de esas dos personas, ya que los demás son muy buenos.

Entro en el comedor junto a Alba y nos dirigimos a una mesa para desayunar. Nos sentamos en una mesa con otros de nuestros compañeros, dejando nuestras cosas y buscando qué es lo que vamos a comer. De vuelta, me siento en una de las sillas y cuando alzo la mirada me encuentro con sus preciosos ojos que me están mirando fijamente.

Miki me sonríe y yo le devuelvo la sonrisa débilmente. No hemos vuelto a hablar desde hace dos días, al menos no los dos solos, siempre hemos estado rodeados por el resto del grupo. Las cosas están raras pero no porque él no haya intentado hablar conmigo, sino que yo quiero mantener las distancias y la conversación que tuvimos en el olvido. Ahora tengo que centrarme en lo que va a pasar esta noche. ¿Pero cómo puedo hacerlo si cuando lo tengo cerca el corazón me late a mil por hora? Tengo que apartarle de mi cabeza, al menos durante unas horas hasta que el día de hoy termine. Si no entro en la academia es probable que no lo vuelva a ver y no tendré más comederos de cabeza, será más fácil olvidarme de él. En cambio si entro, si los dos lo hacemos, creo que la situación se va a volver algo tensa y difícil.

 

La mañana trascurre entre ensayos, nervios y risas. Por la tarde nos llevan a los camerinos para arreglarnos. Paso por peluquería y maquillaje y al mirarme al espejo no me reconozco. Estoy irreconocible, nunca me he visto así, tan diferente, radiante.

Salgo de la estancia y voy hasta el camerino que nos han asignado para terminar de vestirme. En esta ocasión somos nosotros quienes elegimos la ropa que nos vamos a poner, por lo que la semana pasada fui de compras con las chicas y terminamos comprando el conjunto que estoy sacando de la percha, un vestido azul corto, con encaje y de manga corta.

Me visto con cuidado de no marcharlo y me pongo los zapatos negros de tacón bajo para evitar futuras caídas pero que a la vez me aporte elegancia al atuendo. El vestido no es nada del otro mundo puesto que no quiero destacar demasiado. A veces menos es más y me gusta mucho la sencillez de este vestido.

Me contemplo una última vez en el espejo y salgo del camerino para reunirme con el resto de mis compañeros. Al entrar todos se me quedan mirando y la primera en llegar hasta mí es Alba, que va con un vestido rojo liso y el pelo recogido en un moño.

  • Estás preciosa – me dice con una sonrisa.
  • Tú también – devuelvo el cumplido siendo totalmente sincera – Estoy muerta de los nervios – cojo una de sus manos y la aprieto con fuerza.
  • Ya somos dos pero estoy segura de que nos va a ir bien – me responde.

Andamos hasta el grupo y todos me dicen que estoy muy guapa pero ellos lo están mucho más, incluso algunos parecen más mayores que yo. Una mano se posa en mi cintura y me giro para ver quién es.

  • Estás increíble – me dice Carlos – aunque siempre lo estás – me giña el ojo de forma coqueta.
  • Anda calla que me vas a hacer sonrojar – le doy un golpe en el pecho y ambos reímos.

Un chico del staff nos llama y nos dirigimos al escenario. Antes de entrar nos colocan los micrófonos del plató y esperamos ansiosos a que llegue el momento.

La cuenta atrás da comienzo mientras oímos a la gente del público gritar. Mis nervios crecen hasta que noto como una mano se entrelaza con la mía. Los ojos de Miki se encuentran con los míos y nos quedamos observándonos. Es una conexión que no sé explicar.

Roberto Leal aparece en el escenario y todo comienza. Vuelvo a centrarme en lo que está sucediendo en el escenario pero aun noto la mano cálida de Miki entre la mía, haciéndome sentir segura y tranquila.

Las imágenes sobre los castings comienzan y el momento de salir al escenario cada vez es más corto. Tan corto, que solo soy capaz de sentir un beso de Miki sobre mi pelo y como tira de mí hacia delante. La siguiente imagen de la que soy consciente es de estar delante del público, con los miles de focos en la cara. La sintonía de la academia suena en los altavoces y la gente nos aplaude, por lo que yo también lo hago. Miro a un lado y veo que Miki me observa con una sonrisa pero emocionado y al otro a Julia, que me abraza contenta.

Roberto nos da paso y todos corremos por la pasarela para cruzarla. La primera vez que la cruzo y espero que no sea la última. El sentimiento que tengo por dentro no se compara con nada, estoy feliz pero a la vez aterrada. Chocamos la mano con Roberto y me siento en el sofá entre Marilia y Noelia. Dos chicas absolutamente increíbles que cantan… ¡Dios tienen unas voces!

  • ¿Estáis nerviosos o son nervios bonitos? – nos pregunta Roberto.
  • Nervios bonitos – respondemos la mayoría de nosotros.
  • ¿Tenéis ganas de cantar? – vuelve a preguntarnos.
  • Sí – respondemos y yo solo rezo para que llegue el momento ya y esta presión que siento en el pecho se disipe.

Roberto sigue hablando y nos dice que va a ser una noche de muchas emociones, que solo pasaremos dieciséis y que tenemos que disfrutar de lo que nos va a pasar esta noche.

  • Hay alguien que os quiere decir algo también muy importante – nos dice  y todos lo miramos expectantes.

Una melodía suave comienza a sonar y miro al escenario al ver como las luces de los focos se van atenuando, creando una atmosfera más íntima. La gente grita en cuanto aparece una persona al fondo, bajando las escaleras. Miro más intensamente y me doy cuenta de que es Miriam, la tercera finalista de la edición del año pasado.

  • Hace menos de un año, nos dieron la oportunidad de vivir un sueño. Y creo que a día de hoy, todavía no somos conscientes del regalo que… Del regalo que nos han hecho – nos habla Miriam directamente a los dieciocho emocionada – Llegamos aquí con muchísimos miedos, muchas inseguridades, muchas ganas pero sobre todas las cosas, muchísima ilusión – sonríe y veo que alrededor del escenario empiezan a aparecer más personas y yo me pongo más nerviosa. No puedo creerme que sean ellos – Juntos creamos Camina, esta canción. Y hoy estamos aquí para acompañaros en un nuevo comienzo. Un comienzo de una etapa que estoy segura de que para vosotros va a ser única e irrepetible. Así que disfrutadla al máximo, trabajad muy duro, pero sobre todas las cosas y lo más importante, sed la mejor versión de vosotros mismos. Os deseamos lo mejor, de corazón – una sonrisa se me dibuja en la cara y aplaudo con entusiasmo las palabras de Miriam. Son tan ciertas… Tengo que disfrutar, trabajar duro, aprender y ser yo misma.




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