No he podido dormir nada bien, no dejo de darle vueltas a la conversación que he tenido anoche con María. Estoy tan desconcertado, tan perdido... No sé muy bien cómo afrontar todo esto. De verdad que no.
La música suena despertándonos a todos. Salgo de la cama para ponerme las zapatillas y cuando me doy la vuelta un cuerpo se choca contra mí. Miro quién es y me encuentro con María recién levantada. Al verla así no puedo evitar sonreír divertido.
Al ver que no va a decir nada más, voy en busca de mi micrófono y cuando vuelvo, ella ya no está, ha salido de la habitación. Hago lo mismo y voy hasta mi armario para coger la ropa que me voy a poner, después vuelvo a la habitación y me visto.
Salgo de la habitación y vuelvo a mi armario para dejar mi pijama, encontrándome con que Alba y María están teniendo una conversación bastante interesante y secreta, por el tono bajo en el que hablan. A María se la ve con gesto serio y Alba la mira preocupada. ¿Habrá pasado algo? ¿Se encontrará bien? Me quedo mirándolas hasta que terminan la conversación y la mirada de María conecta con la mía. Intento descifrar lo que le pasa pero ella se va al comedor rápidamente, evitándome.
Suspiro con fuerza y sigo el mismo camino de ella para poder desayunar porque me muero de hambre.
Cojo un par de tostadas, fruta, un zumo y un vaso de cola-cao porque no hay café. Voy a tener que preguntar a Noemí si nos pueden traer café porque sin él, me parece que no voy a aguantar todo el día.
Mientras estaba preparando el desayuno veo el saludo que se dan Carlos y María, lo que me provoca un nudo en el estómago. ¿Pueden ser celos? Me parece que sí y eso lo complica todo. Voy hasta la misma mesa y me siento justo enfrente mientras escucho la conversación que están teniendo.
La miro de vuelta pero al comprender sus palabras no puedo hacer otra cosa más que agachar la cabeza. No ha dormido por mi culpa, por la conversación que tuvimos anoche, por lo que la dije. Aunque me consuela saber que ella también ha estado pensando en mí, como yo en ella.
El desayuno se pasa tranquilamente gracias a que Alba cambia de tema y hablamos de todo un poco, pero no dejo de mirarla durante todo el desayuno. No puedo evitarlo.
Cuando estoy a punto de terminar de desayunar aparece Noemí que nos viene a saludar a todos.
Va saludando de uno a uno a todos. Llevo mis cosas del desayuno al fregadero para enjuagarlos un poco y después los meto en el lavaplatos.
Voy junto a Joan al lavabo para limpiarme los dientes y después al baño. Cuando voy dirección al comedor para ir al aula, me parece ver a gente en los lavabos, por lo que me acerco para decirles que ya es la hora, que se nos va a hacer tarde.
Asiento porque no puedo pronunciar ninguna palabra, me he quedado mudo. Verlos abrazados, así, solos, me ha dolido, mucho. La sigo mirando pero ella rehúye mi mirada por lo que me alejo de ellos y voy hasta los armarios para coger mi maletín.
La veo entrar en la sala del vestidor y revolver en su armario. Me acerco a ella lentamente y cuando cierra la puerta se vuelve a chocar por segunda vez en el día contra mi cuerpo.