MIKI
La actuación ha salido increíble, me he sentido en otro mundo cantando con ella. Es como sí solo estuviéramos nosotros dos. He sentido cada mirada, cada caricia, cada sonrisa que me ha dado y yo… Yo no he podido evitar poner mis manos sobre ella y seguirla con la mirada cada segundo. Es como si girara entorno a ella y necesitara verla para seguir viviendo.
Es una sensación extraña, nunca me he sentido así, pero creo que sin duda ha sido uno de los momentos más mágicos de mi vida. Y creo que la culpable de todo es María, ella hace que me sienta así, tan pleno, tan feliz.
La marcha de Carlos ha sido un golpe duro para todos, pero sobre todo para María. La miro sentada a mi lado y se me parte el corazón al verla en ese estado, tan apagada. Poso mi mano sobre la suya, le doy la vuelta y entrelazo su mano con la mía. Quiero que me sienta, que sepa que estoy con ella, que no me voy a mover de su lado, que si me necesita estoy aquí.
Las nominaciones comienzan y me pongo nervioso, moviendo las piernas, aunque no lo estoy por mí, sino por ella. Creo que no va a poder soportar otro disgusto más esta noche.
Sin darme tiempo a nada más, pronuncian el nombre de María y ella se levanta soltando mi mano. Manuel, uno de los miembros del jurado, expone sus argumentos, que terminan en la conclusión de que María tiene que cruzar la pasarela, lo que hace que suspire aliviado.
Me levanto rápidamente y la abrazo con fuerza. Ella posa sus manos sobre mi cintura y sonrío feliz al sentirla aferrarse a mí con tantas ganas.
Me separo de ella y la sonrío, ella me devuelve la sonrisa y se aleja de mí. Veo como camina por la pasarela y llega hasta el otro lado. Ahora solo falto yo y no lo tengo nada claro. No tengo ni idea de cuáles van a ser las conclusiones a las que van a llegar sobre mí, sobre mi futuro o cómo creen que lo he hecho esta noche. Yo al menos estoy orgulloso de lo que hemos conseguido, de la actuación que hemos brindado.
Abrazo a mis compañeros y sin pensarlo demasiado, cruzo la pasarela que me lleva al otro lado, donde esta el escenario. Al llegar al final voy directo hasta María, que me recibe con los brazos abiertos y con una sonrisa amplia pintada en la cara.
Atrapo su cintura entre mis brazos y me aferro a ella, pegando su cuerpo al mío, sintiendo su calor.
Nos separamos y volvemos a nuestros sitios en la fila, en mitad del escenario. Mi mente ya no está en las nominaciones que transcurren al otro lado del plató, sino en ella, en la chica que tengo a mi lado. Doy un paso hacia ella, haciendo que nuestros brazos se toquen y yo, de forma discreta, la cojo de uno de sus dedos para captar su atención. Ella se gira por la sorpresa y me mira.
Aprieto ahora su mano y la dejo ahí durante unos minutos. La miro y veo su perfil serio, ese que utiliza cuando está concentrada. Me deleito con su figura, ahora que ella no me ve y que voy a poder contemplar, al menos una semana más.
Ojalá permanecer así con ella, pero no va a ser tan sencillo. Las cosas no ocurren como uno lo desea. Y mucho menos, al ser consciente de que cada vez queda menos. El tiempo se acaba y esto está a punto de terminar.
Doy las buenas noches a Alba, que es la única que queda levantada en la habitación, y me acuesto en mi cama. Hoy ha sido un día muy largo, lleno de muchas emociones, ensayos, ultimando los últimos detalles, preparándome para la gala, realizar una buena actuación, después las nominaciones, el chat y la despedida definitiva de Carlos. Tener que decirle adiós ha sido duro, no tanto como cuando se marchó Joan, que para mí es como mi hermano, pero se ha marchado alguien importante para mí.
Intento dormir, pero no puedo, creo que estoy más despierto que antes. De repente unos sollozos llegan a mis oídos, unos que escucho demasiado cerca. Levanto la cabeza y miro por encima de la cama, en dirección a la de María, que tiene su almohada pegada a la mía. Me despejo totalmente al darme cuenta de que esos sollozos provienen de ella.