MARÍA
La tensión corre en el ambiente y más viniendo de mi parte. Solo quedan Julia y Miki, y solo hay una plaza para uno de los dos. Estoy inquieta y con miedo, la sola idea de pensar en la probabilidad de que Miki se vaya, me aterra enormemente. Me cuesta hasta respirar.
Miki pasea la mirada por todos los que hemos pasado a la final, hasta que se detiene en mí. Me mira profundamente y me sonríe débilmente. Intento imitarle, darle ánimos o desearle suerte, pero no puedo, son dejo de pensar en lo peor, en eso que hablamos anoche, en que él se vaya y me deje aquí sola.
Cada segundo de espera, es un mundo para mí. Necesito que acabe ya esta tortura, no puedo seguir con esto, está siendo demasiado para mí.
¡No! ¡No puede ser! ¿Por qué él? Sin poder evitarlo comienzo a llorar desconsoladamente. No quiero que se vaya, no se puede ir. No puede. Alba me abraza y yo apoyo mi cabeza en su hombro. Me tapo la cara con las manos mientras sigo llorando. Después, cuando me siento observada, levanto la cabeza y me cruzo con su mirada. Él me está observando, triste y con el dolor reflejado en su cara. Sé que no quiere irse, lo noto en sus ojos. Desearía quedarse aquí conmigo y seguir aprendiendo en el concurso, pero esto es así, unos se quedan y otros se van. Y aunque lo sé, no puedo evitar sentirme de esta forma.
Le ponen un video con sus mejores momentos, a modo de despedida, y de mientras, nos colocamos en la pasarela. Los cinco estamos listos para la última despedida y yo me coloco, sin pensarlo, sin preguntar a nadie, la última. Quiero que sea la última persona de la que despida.
Miki comienza a despedirse de los chicos y yo sigo sin poder evitar llorar, no puedo parar, aunque lo intente, es inevitable. Cuando llega a mi altura, intento contenerme pero no puedo, en cuanto siento sus brazos rodeándome y apoyo mi cara en la curva de su cuello, lloro sin parar. Lo aprieto con fuerza, temiendo que se aleje de mí. Una de sus manos va a mi pelo y me acaricia intentando consolarme. Aunque haga lo que haga, no puede evitar irse, no está en su mano.
No soy capaz de decirle nada, me quedo muda, solo me aferro a él, a su cuerpo, a la sensación de tenerle entre mis brazos. Miki finalmente se separa de mí, deja un suave beso en mi frente y me pasa una de sus manos por mis brazos desnudos, provocándome un escalofrío placentero. Nos miramos y lo último que hacemos es soltar nuestras manos que estaban unidas. Miki se aleja y se despide de todos los presentes. Alba se acerca con rapidez para abrazarme, es un sol. Justo antes de salir del escenario, Miki se gira y me da una última mirada, dedicándome una sonrisa amplia.
Sigo llorando sin parar mientras volvemos a los sofás. Nos sentamos y lo demás no se queda guardado en mi retina. No presto atención, solo pienso en Miki y en que cuando me vaya a dormir, no lo voy a tener a mi lado. Roberto despide el programa y nosotros volvemos a la Academia. Alba no se separa de mí ni un instante, ni siquiera pronuncia una sola palabra, sabe que diga lo que diga, nada va a mitigar mi dolor. Así que su sola presencia para mí ya es mucho, saber que la tengo a mi lado, pase lo que pase, es todo lo que necesito.
Al llegar a la Academia, nos hacen sentarnos en el sofá del salón e intento relajarme. Borro con mi mano las lágrimas que me quedan en la cara y Alba me ayuda a recomponer el destrozo que me he hecho, sobre todo en cuanto al maquillaje. Ricky, el presentador del chat y ex – concursante de la pasada edición, junto con los Javis, entran en escena y comienzan a saludar y hablar con nosotros. El primero en acercarse a mí es Javier Calvo, que me da un abrazo de oso. Nos siguen preguntando cosas, pero yo desconecto un poco, hasta que veo aparecer a Noemí junto con Miki. Él pasa por detrás del sofá, con paso decidido y cuando llega a mí, me da un abrazo fuerte, el cual correspondo. Se sienta a mi lado y me sonríe, yo apoyo mi cabeza en su hombro y él me agarra de la mano, entrelazando sus dedos con los míos.
La gala del chat sucede con normalidad, me río y me lo paso bien, gracias a que Miki no se ha apartado de mí en ningún momento. Creo que sabe que lo estoy pasando realmente mal y quiere reconfortarme de alguna forma. Hasta que el momento llega.
Ponen el video y yo solo tengo ojos para él. Veo como se emociona con cada imagen y es que lo ha vivido todo tan intensamente… Que es una experiencia que ninguno de nosotros va a poder olvidar nunca.