Préstame tu felicidad

⌁Capítulo catorce: la felicidad dibuja sonrisas

Estoy en el cuarto del baño viendo mi reflejo mientras hago muecas, la prima de mi amiga, Sadie quien me ayudó a organizar un lavado de autos justo hoy, pero para atraer clientes las mujeres debíamos de estar en bikini. El que traigo puesto justamente me aplanaba los pechos. No soy insegura con mi cuerpo, con lo que sí, es que algo se mueva y muestre algo que no es apto en el horario familiar.

Escucho como alguien llama al baño por lo que grito para saber quien es.

—¡Ya debemos irnos, mis amigos ya están el lugar! —La voz de Sadie es reconocible porque canta a veces.

—Es que —farfullo mientras muerdo mi labio inferior— ¿me dejas ponerme una bata encima o algo

—No puedes salir así mujer, tú eres la protagonista de nuestro lavado —reprocha mientras veo como el picaporte intenta abrir.

Lo más absurdo es que lo sujeto, como si estuviera bloqueándola cuando sé que esta cerrada, aferrándome a lo último de mi dignidad.

—Me da mucha vergüenza —confieso.

—A ver mujer, tienes un cuerpo espectacular que no te debe dar vergüenza, además no lo hacemos por ti sino por Asher —balbucea esto último porque sabe que es golpe muy bajo.

Abro la puerta para encontrar la rubia con un bikini muy similar al mío que provocaba de alguna manera me sintiera más relajada.

—Bella te ha dicho todo, muchas gracias por ayudar con la organización para recaudar fondos para Asher.

—Sí, mi prima me ha dicho que hasta incluiste pastelillos en las cafeterías para recolectar dinero, y todo el mundo le encanta.

—Sí, me gusta mucho ayudar a los demás, pero estar vestida así...

—.. Atrae a un montón de clientes —cortó con una mueca incómoda—, además van a ir unos amigos. Tenemos que ir para presentarte todo el grupo. Hasta la Bella se fue que para cuidar su ganado ¿tu crees lo que dice la loca esta? Trata a Noah como si fuera un animal al cual se puede zangolotear.

—¿Noah va a estar? —pregunto con la boca seca ya que en ningún me fue comentado.

—¿Tu crees que él iba a dejar su ganado con mis amigos que van al gimnasio y están para untarles chocolate y lamerlos? Por supuesto que no.

Suelto una carcajada que no puedo evitar por la manera en que Sadie se refiere a las personas, como animales. Me gusta mucho su carisma junto con sus ocurrencias.

—Vamos —apresura mientras toma mi muñeca para encaminarme a la salida, toma las llaves de mi escarabajo que estaban en el sillón.

Sadie coloca música movida en el estero para moverse en el asiento del copiloto mientras me indica como llegar al lugar. Desde una cuadra atrás logro ver una larga fila de autos junto con unos chicos entrenados del gimnasio, parecían muñecos y por poco se me sale la baba.

—Te dije que están buenísimos, si gustas y te presento al que más te guste. —Alza sus cejas de manera picarona.

—¡Sadie, que pervertida! —exclamo mientras abro mis ojos de par en par.

—¿Qué? —replica ahogando una carcajada mientras golpea mi hombro con suma delicadeza—, las mujeres tenemos el derecho de ser pervertidas ¡igualdad de género! Deberías de ser más abierta con estas circunstancias.

Decido mantener mi boca sellada mientras estaciono mi automóvil un poco lejos. De la parte trasera tomo mi bata blanca transparente para colocarla encima de mi diminuto bikini color negro. Sadie suspira con cansancio pero deja el tema por la paz antes de acomodarme el cabello.

—Te aseguro que con esta vestimenta reunirá suficientes fondos para ayudar a Asher.

—Sí, el dinero se lo voy a entregar a Baxter para que el pueda...

—¿Qué yo que? —habla una voz masculina detrás de mí, la piel se me eriza porque puedo sentir su calor que emite de su cuerpo.

—Hola Baxter —hablo mientras giro mi anatomía sobre mi propio eje—, le decía a Sadie que te damos el dinero a ti par que lo recolectes...

Me quedo muda mientras mis ojos recorren el cuerpo de Baxter, esta irreconocible sin playera solo con unos short para la alberca, y lo más importante ¡no lleva gafas puestas! Por un momento creo que es el sexy gemelo de mi compañero.

—Te veo raro sin los lentes —confieso un poco incómoda porque me siento como una mujer pervertida, aparentemente mi razón se quedó en el escarabajo de brazos cruzados.

Puedo percibir que Sadie nota mi inconformidad por lo que una sonrisa traviesa se asoma en su delgado rostro.

—Y yo no veo mujer, ¿estás lista para lavar autos? Sadie vaya que ha hecho un gran trabajo con traer a los clientes ¿ya conoces a los chicos que nos van a estar ayudando?

Sacudo la cabeza de manera negativa porque estoy demasiado nerviosa para hablar y si lo hago siento que de mi boca saldrán miles de estupideces.

Baxter toma mi muñeca y me jala para presentarme a una chica de tono chocolate de su piel con su cabello chino, esponjoso. Su nombre es Xandra y es amiga de una amiga de Sadie, realmente me revolvió con un montón de nombres, pero por supuesto que le agradecí por haber venido.

Baxter continúa presentándome a las otras chicas muy sensuales que provocaban una larga fila de hombres lujuriosos ansiosos por ver el culo de las mujer o ¿por qué? El de los hombres también que Baxter todavía no me presenta.

—Mira Raven este es un amigo Troye, Troye esta es Raven.

El hombre de espalda ancha y musculosa extiende su brazo hacia a mi para apretarla de manera coqueta. La mano de Baxter interrumpe nuestro tacto de manera posesiva mientras se coloca a un costado mío.

Este Troye parece un hombre recién salido de una revista, hasta parece que el brillo solar lo hacía resplandecer más como una joya en bruto. Hasta parecía que Baxter ya no tiene su torax marcado y sus brazos trabajado, hasta se ve muy delgado.

—Bueno, tengo que seguir a trabajar —comenta incómodo Troye para luego guiñarme un ojo y seguir limpiando el carro.

—Ese truco de guiñar el ojo funciona para que las muchachas se derritan ¿verdad?




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